El pasado 7 de julio el ayuntamiento de Tala, Jalisco, junto con la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), concedieron a la empresa privada Caabsa Eagle el permiso para ser la encargada de ejecutar el nuevo vertedero metropolitano anunciado por el gobierno estatal como una “respuesta” frente al inevitable cierre del relleno sanitario Los Laureles en Tonalá.
Además del largo historial de esta empresa sobre las múltiples violaciones e incumplimientos de las normas ambientales (documentadas por distintas organizaciones y especialistas), este nuevo proyecto que pretenden ejecutar en el municipio de Tala, tiene una serie de irregularidades que amenazan la salud y el bienestar de las y los habitantes de los fraccionamientos aledaños y de los ejidos.
Por ello, el nuevo proyecto al que oficialmente han nombrado Centro Integral de Economía Circular (CIEC), ha preocupado a las y los habitantes de Tala, quienes temen que este nuevo vertedero se convierta en una amenaza para sus vidas.
Además, desde un inicio este proyecto no debió ser autorizado, pues, antes que nada, “el gobierno que está calificando un proyecto que ve que no conviene, pero está velando antes por los intereses de una empresa privada que por los nuestros”, señala Georgina Vega, ambientalista y habitante de este municipio.
Por Samantha Anaya/@Sam_An16
Imagen de portada Colectivo Anillo Periférico
Las y los habitantes de Los Ruiseñores, El Refugio, de la colonia La Estación y de diversos ejidos en el municipio de Tala se han unido para exigir al Gobierno del estado y al Ayuntamiento municipal la cancelación del proyecto Centro Integral de Economía Circular (CIEC), un nuevo relleno sanitario metropolitano que pretende reemplazar la labor que llevaba a cabo el vertedero Los Laureles en Tonalá.
Sobre este último, organizaciones, habitantes de la zona y especialistas se han unido para exigir su cierre al denunciar “el manejo irregular y criminal” que la empresa Caabsa Eagle ha llevado a cabo al lado de autoridades estatales y nacionales, y que ha provocado daños irreparables para el medio ambiente y para más de 180 mil personas, de acuerdo con la recomendación 18/2020 de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHJ).
A pesar de que ya se ha ordenado cerrar este vertedero, a menos de un mes de la fecha acordada (18 de agosto de 2021), el Plan de Cierre, Rehabilitación y Abandono (PCRA) de Los Laureles tiene un avance de sólo 33%, según indica el reporte mayo-junio 2021 de Caabsa Eagle.
Por ello, las demandas y exigencias de las y los habitantes de Tala han surgido luego de enterarse que será la misma empresa a quien el ayuntamiento municipal ha otorgado el permiso para operar este nuevo vertedero dentro de su comunidad.
Alteración ecológica desencadenada por querer reubicar el almacenamiento de basura
Por su parte, sobre la ubicación geográfica del CIEC, el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), Sergio Graf Montero, explicó en una conferencia de prensa, el pasado 31 de agosto que, “para la manifestación de impacto ambiental se hizo un análisis integrado, con los análisis previos requeridos, de acuerdo a la normatividad 083-Semarnat-2003, que son los aspectos de geología, hidrogeología, hidrología, topografía, geotecnia, generación y composición de los residuos sólidos urbanos, generación y control de biogás y generación y control de lixiviados”.
Asimismo, indicó que “las manifestación de impacto ambiental se hizo desde los aspectos de construcción, operación y supervisión conjunta por Semadet y Proepa, donde se establece la gestión de impactos ambientales durante la operación, con seguimiento continuo de las acciones de prevención, mitigación y compensación de impactos ambientales, respectivos durante toda la vida útil del proyecto”.
A pesar de lo declarado por las autoridades responsables, el colectivo Anillo Primavera denuncia que el nuevo Basurero Metropolitano se ubica en las cercanías del Bosque La Primavera, dentro del corredor biológico que conecta el área natural protegida con el Volcán de Tequila y muy próximo al Río Salado, vínculo hidrológico entre La Primavera y La Presa de la Vega.
Al respecto, el colectivo Anillo Primavera manifiesta que la actitud del los gobiernos de Tala y de Jalisco al decidir otorgar el permiso para construir el vertedero a Caabsa Eagle es una “actitud que está siendo de total desprecio hacia la conservación del bosque y su zona de amortiguamiento”.
“La construcción de este basurero representa muy malas noticias para la conservación del Bosque La Primavera, generando afectaciones en la fauna que transita por el corredor biológico, en los mantos acuíferos que se verán contaminados por los lixiviados, así como de la calidad de vida de las comunidades cercanas”, declaran integrantes del colectivo.
Tanto el Bosque como la Presa son reconocidos por su valor ambiental de importancia internacional por la UNESCO en las categorías de Reserva de Biosfera y Sitio RAMSAR (es decir, es un humedal designado como de importancia internacional), por lo que “tenemos una responsabilidad que no estamos asumiendo”, aseguró el colectivo.
Nuevo vertedero plagado de irregularidades
La Semadet asegura que el CIEC cumple con todos los criterios establecidos por la NOM-083-SEMARNAT-2003. Dicha norma específica debe garantizar “la protección ambiental para la selección del sitio, diseño, construcción, operación, monitoreo, clausura y obras complementarias de un sitio de disposición final de residuos sólidos urbanos y de manejo especial”.
En contraste, Georgina Vega Padilla, licenciada en Geografía y ordenamiento territorial originaria de Tala y ambientalista, sentencia que el proyecto encabezado por Caabsa Eagle tiene “más irregularidades que otra cosa”.
Estas irregularidades, precisa Vega, comienzan con el mal manejo de la información que se está dando a las y los habitantes sobre el proyecto, es decir, la falta de transparencia acerca del mismo.
Y es que, el proyecto fue aprobado el 7 de julio de este año, y dentro de las cláusulas y puntos condicionantes de la Semadet se establece que Caabsa Eagle contaba con una plazo de 20 días para socializar el proyecto con las y los habitantes de zonas aledañas. Sin embargo, no fue hasta el 11 de agosto que las personas habitantes de las colonias alrededor de la zona de construcción y los ejidatarios se enteraron de este vertedero a través de las notas publicadas en medios de comunicación.
“En realidad nunca hubo socialización de nada” , señala la ambientalista.
Otras de las grandes irregularidades que existen es el mal uso de suelo y la identificación de propiedad, ya que, el nuevo vertedero metropolitano se está presentando como un proceso de preventa, lo que significa que aún no se ha finalizado la compra del terreno, precisa la ambientalista.
En ese sentido, afirma que el viernes 27 de agosto todas las personas y grupos inconformes con el proyecto agendaron una cita con representantes de la Semadet, sin embargo, ésta fue cancelada; “este fue otro indicio para darnos cuenta de que algo anda muy mal”.
El gobierno municipal de Tala expresa que la ejecución del nuevo vertedero metropolitano traerá consigo acciones para aumentar la capacidad de almacenaje, alternativas para el manejo de residuos, incentivar la economía circular, la reducción de costos económicos e impacto ambiental, la promoción de la participación ciudadana y educación ambiental. No obstante, cuestiona Georgina Vega “¿qué bondades puede traer la basura?”.
Como parte de las ciudadanas y ciudadanos que se posicionan en contra de la ejecución de este proyecto se encuentran los ejidatarios, quienes por su parte han comenzado a solicitar amparos para proteger sus tierras.
Los ejidatarios se han negado a vender caminos de tierra a la empresa Caabsa Eagle. Según explican, normalmente, la media de estos caminos suele ser de 7 metros de ancho para que puedan transitar sin problemas los camiones recolectores, sin embargo, se les ha solicitado vender 7 metros más de camino, para así tener dos carriles, uno de ida y otro de regreso.
Ante esta situación, los ejidatarios dijeron “no” a la venta de caminos, pues aseguran que -independientemente de vender 7 metros más o no-, saben que “al tener un basurero al lado de sus propiedades estas ya no valdrán nada”.
Otra de las irregularidades que acompañan a este proyecto (y, por ende, a la empresa privada Caabsa Eagles) es la discordancia entre quien firma el permiso para mover la tierra y quien firma el de la construcción de la barda perimetral:
“El permiso está a nombre de una persona física, Ofelia Leal, y la autorización está a nombre del representante de Caabsa. No compagina la autorización de Semadet ni la autorización del uso de suelo y de la construcción de la barda perimetral que está a nombre de la señora Ofelia, todo tendría que estar al mismo nombre”, denuncia Vega.
En cuanto a las acciones legales en contra del basurero metropolitano, los ejidos comenzaron a trabajar en las solicitudes de amparos, y, por su parte, las y los habitantes de los fraccionamientos aledaños ya han puesto quejas ante derechos humanos, además de presentar solicitudes al congreso para que estudien y analicen el caso. Otra de estas acciones ha sido recabar firmas: en formato físico, han recabado alrededor de 12 mil firmas, y otras 15 mil de manera virtual.
Violaciones a derechos humanos
Sergio Graf Montero, titular la Semadet, explicó que este nuevo modelo de recolección de residuos será de escala metropolitana e informó que se dará prioridad a acciones que permitan “aumentar la capacidad de almacenaje, alternativas para el manejo de residuos, incentivar la economía circular, la reducción de costos económicos e impacto ambiental, la promoción de la participación ciudadana y educación ambiental”.
Esta declaración, añade Vega, es preocupante para las y los habitantes de Tala, ya que, Tala ni siquiera forma parte de la Zona Metropolitana de Guadalajara, “entonces, tú dices ‘cómo voy a cargar con basura que no es mía’. Nosotros tenemos nuestro vertedero, pero cómo vas a comparar 100 toneladas de basura que pueden trabajar los pepenadores más fácil, con las 3 mil o 6 mil toneladas que van a llegar diariamente”, sentenció.
Además, se debe considerar que, aun cuando este vertedero metropolitano se pretende ubicar en Tala, la realidad es que los límites geográficos son “imaginarios, y más cuando se habla de la alteración de ecosistemas”.
Vega agrega que el presidente municipal y los regidores de Tala se han posicionado ya en contra del vertedero. Sin embargo, aún se debe de manifestar esta decisión a Caabsa Eagles y a la Semadet, ya que, en primer lugar, nunca se debió aprobar ni conceder el permiso para este proyecto.
La ambientalista cuestiona a las autoridades del Gobierno del estado de Jalisco:
“Por qué el gobierno que está calificando el proyecto está vendiendo al proyecto de una empresa privada, si deben de estar a favor de nosotros antes que nada, y están viendo que no nos conviene. Podemos sacar muchas conjeturas, pero una respuesta certera no tenemos”.
Finalmente, el pasado 28 de agosto el Gobierno de Guadalajara extendió la concesión que mantenía Caabsa Eagle por 15 años. Los acuerdos que se tomaron incluyen, además, un aumento en el pago que se hacía a la empresa por tonelada de basura recolectada, bajo la justificación del cierre del basurero de Los Laureles.