Buscadoras y defensoras de los derechos humanos se encontraron en la Plataforma para el diálogo: “Represión política, desaparición y estrategias de resiliencia en contextos de desigualdad” que organizó el Centro de Estudios Avanzados CALAS, para hablar sobre cómo el amor ha sido el principal motor para seguir buscando a sus seres queridos desaparecidos, pero también para hallar la fuerza con la que le han exigido justicia al Estado por todas las violencias que han sufrido en el proceso.
Por Aletse Torres Flores
“Yo cerca de 22 años estuve llorando, hasta que un día pensé: Ya no voy a llorar, porque nuestra vida es tan corta que hay que vivirla y la vamos a vivir junto a las historias dejadas por nuestros desaparecidos; así que tomé la decisión de ya no llorar su ausencia sino de revivir su historia”, narró la fundadora de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala (CONAVIGUA), Rosalina Tuyuc en el panel “Desaparición forzada desde una perspectiva de interseccionalidad y desigualdad de género”; en el cual también participaron Rosaneli Santos, coordinadora del Comité de Familiares Migrantes del Progreso (Cofamipro); la psicóloga, Susana Navarro; y la académica, Sonja Perkic.
La organización CONAVIGUA está conformada sólo por mujeres mayas que creen en el papel de sus muertos, ya que ellas han entendido que están más vivos que nosotros mismos y que nos guían para poder encontrarlos en un plano espiritual.
La activista de derechos humanos, Rosalina Tuyuc lleva buscando por treinta y ocho años a su padre y esposo que fueron desaparecidos por el ejército de Guatemala en 1982 y 1985, respectivamente; a pesar del tiempo que ha pasado jamás ha perdido la esperanza de encontrarlos, pero sí expresó lo difícil que fue no despedirse de ellos.
Recuerda que el lema “Vivos se los llevaron, vivos los queremos” fue de los principales cantos de protesta en Guatemala en esa época, pero conforme pasaron los años creyó que sería difícil de hallarlos con vida.
En el trabajo de la búsqueda de sus desaparecidos, Rosalina menciona que su papel es:
“tocar el espíritu de los que se quedaron en cada lugar porque ahí dejaron su fuerza (…) Es difícil confiar en el sistema político de un país, pues para empezar jamás brindaron ese sentimiento de seguridad y seguimiento a los casos”.
La defensora relata como en los años noventa se “jaló” a la policía, al ministerio público, a cualquiera que pudiera ayudar en la búsqueda de sus sus desaparecidos:
“En todos estos años no he encontrado a los míos, pero sí a los de otros y eso es lo importante”.
A pesar de que las autoridades deben de ser las responsables de este tipo investigaciones precisa que se debe de generar un trabajo de hormiga: “es un trabajo de convencimiento, de organización y de unidad en la familia”.
En el trabajo y trabajo de CONAVIGUA han aprendido de las leyes, pero también a ser médicos, acompañantes y, primordialmente, defensoras de los derechos humanos de las mujeres, indígenas y niños. Inicialmente, CONAVIGUA nació por la necesidad de encontrar a sus desaparecidos, pero conforme pasó el tiempo se han convertido en las defensores de los suyos: “No hago este trabajo para ganar premios, lo hago para que esto ya no vuelva a ocurrir”, mencionó Rosalina.
La búsqueda de las y los desaparecidos desde Honduras
Rosaneli Santos, coordinadora del Comité de Familiares Migrantes del Progreso (COFAMIPRO) –una de las organizaciones defensoras de los derechos humanos más reconocidas en Honduras-, contó el caso de su sobrino, con el cual perdieron comunicación después de un huracán, pero también creyeron que podría ser víctima de las drogas.
En el 2000, un año después de la fundación de COFAMIPRO, decidieron ir a la cancillería para exigir una comisión de búsqueda, pero sólo nos tildaron como “cuatro viejas locas que andamos gritando en la calle, no les hagas bola, decían”, pero esto nunca las detuvo.
En una caravana de búsqueda en 2010 una persona se le acerca para darles la localización de su sobrino; por ello, para su búsqueda han resultado muy importantes las caravanas que realizan cada año porque gracias a éstas se han encontrado a algunos de los desaparecidos que muestran en sus fotos. Una de las caravanas más importante es la que realizaron, junto con el Movimiento Migrante Mesoamericano, cada año a través de diversos estados de México.
“Una madre siempre espera su regreso, una madre no se cansa de esperar y no nos cansaremos hasta que los encontremos porque vivos se los llevaron y vivos los queremos”, cantó Rosali durante su presentación.
COFAMIPRO se definen así:
“Somos un grupo de familias hondureñas en búsqueda de nuestros familiares que se desaparecieron en el viaje de migrante hacia los Estados Unidos. Nacimos en septiembre en el año 1999 a través del programa radial, antes “Sin Fronteras” hoy “Abriendo Fronteras” que se transmite por Radio Progreso”.
Para saber de su trabajo tienen un perfil en Facebook: COFAMIPRO.
Desde la academia también darse la búsqueda
La psicóloga Susana Navarro durante su presentación aseguró que debemos de tener una doble mirada; la primera es la de la víctima, pero también la de los familiares (que en la mayoría de los casos son mujeres), ya que es necesario escuchar la historia del familiar que cuenta las vivencias que tienen con el desaparecido, es necesario crear ese vínculo de compromiso y confianza: “No es sólo descubrir qué le pasó al desaparecido, sino que también se eliminen las prácticas de desaparición forzada”, precisó.
Finalmente la académica, Sonja Perkic considera fundamental la herramienta multidisciplinaria de investigación de análisis contextual sobre todo en la localización de las personas desaparecidas, esto para reconocer los factores que influyen en el acontecimiento, pues al hacer esto: “Hemos entendido que todo un Estado puede propiciar la violación de los derechos humanos”, declaró la investigadora.
Y, si bien, puede ser que no todo Estado tenga la responsabilidad directa al omitir o evadir su responsabilidad, lo que ella ha descubierto en sus indagaciones y trabajos en unidades de análisis y contexto en México y Centroamérica es que el Estado: “No está respetando los derechos humanos; por ello, la desaparición no es sólo una práctica generalizada también es sistemática”, concluyó.