En México, las lenguas indígenas no se están muriendo, el Estado y la sociedad racista las han desaparecido. Junto con ellas se pierden cúmulos de saberes ancestrales, maneras de entender la realidad y pueblos enteros. Por eso las comunidades hablantes resisten cada día y en especial el Día Internacional de la Lengua Materna – 21 de febrero – se acompañan para abrazar la diversidad cultural mexicana a través de actividades como la charla “Lenguas Indígenas, un instrumento de resistencia”, organizada por el colectivo Nuestras Culturas (NUCU) ITESO el pasado 25 de febrero.
Por Ximena Torres /@ximena_tra
La voz hace al pueblo; por eso Carlos Ruiz Bautista asegura que: “una persona que rescata una lengua rescata un pueblo”. Así como este filósofo mazahua de San Felipe del Progreso, Estado de México, en cada región del país hay personas resistiendo el rechazo, los estereotipos y la violencia sistémica que ha provocado que desde inicios del siglo XIX los hablantes de una lengua indígena en México pasaran del 60% del total de la población a 6.6% en 2015 de acuerdo con el Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas (Inali).
La lengua, por ser como la bolsa en la que se almacenan y con la que se transmiten los saberes de una comunidad, es el frente principal para preservar la cultura. Ante eso el Día Internacional de la Lengua Materna, conmemorado el 21 de febrero desde hace 20 años, es un día para visibilizar la lucha alrededor de las 68 lenguas indígenas en México y sus 364 variantes.
Para conmemorar la fecha, el colectivo NUCU del ITESO en Guadalajara organizó una serie de actividades entre las que se encuentra la conferencia magistral y charla “Las lenguas indígenas, un instrumento de resistencia”, realizada el pasado martes 25 de febrero las instalaciones de la universidad.
“Existen muchas realidades para pensar y sentir lo que nos rodea, entre ellas la de cada pueblo originario en México”, dijo Nayeli Mateo Arenas, originaria de la comunidad cha’ jna’a – hablante de chatino – en Tataltepec de Valdés, Oaxaca durante la conferencia magistral que dirigió.
Nayeli explicó que la urgencia de pensar desde las lenguas originarias se fundamenta en la colectividad característica de los pueblos indígenas. La ausencia del sujeto individual o el “yo” en el lenguaje obliga a pensarse en relación a los otros y por lo tanto, a ver por ellos. Incluyendo la naturaleza.
Además, contrario al entendimiento del “desarrollo” de la cultura occidental, los pueblos indígenas no relacionan el consumo y producción de bienes al avance de sus comunidades, lo que también ha contribuido al cuidado del medio ambiente.
Después de explicar la importancia de construir el pensamiento desde la realidad de las lenguas indígenas, la charla continuó con un panel de discusión alrededor de tres preguntas, y en el que participaron Nayeli Mateo; Saraí Jiménez Orozco mixe de Oaxaca; Isidoro Felix Hernández wixárika de Jalisco; y Carlos Ruíz Bautista, mazahua del Estado de México.
¿Qué significa hablar una lengua indígena en México?
Para los participantes, su lengua materna, significa orgullo, identidad, pertenencia, tener la capacidad de entender la vida de otra manera, pero también barreras, romper y desestabilizar las normas de la civilización occidental, causar incomodidad en el espacio público. Incluso formar parte de lo que algunos consideran “subdesarrolladado”.
“Cuando voy en el tren o en colectivo y hablo con mi mamá, hablo en jñatio – autodenominación de los hablantes de mazahua – y hay personas a las que les incomoda. Entonces hablar mi lengua materna significa ser algo raro dentro de la hegemonía de la lengua castellana. Significa ser ‘atraso en el tiempo’”, dice Carlos Ruíz Bautista.
¿Cuáles han sido los factores que han incidido en la perdida de las lenguas indígenas después de la independencia?
Entre los panelistas hubo consenso: la estandarización de la educación pública que le apuesta al castellano y señala las lenguas indígenas como impedimentos del desarrollo de México.
“Se ha creado la idea de que lo indígena significa retroceso. En el 2012 hubo un candidato a la presidencia de México que dijo que los Estados de Chiapas, Guerrero y Oaxaca eran el retroceso para llegar al desarrollo nacional. Precisamente porque estos estados son donde hay mayor diversidad lingüística y cultural”, recuerda Saraí Jiménez.
Hasta 2015 las entidades que concentran el mayor número de población indígena eran: Oaxaca (14.4%), Chiapas (14.2%), Veracruz (9.2%), México (9.1%), Puebla (9.1%), Yucatán (8.8%), Guerrero (5.7%) e Hidalgo (5.0%). De acuerdo con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, estos estados reúnen el 75% de la población indígena a nivel nacional.
Desde el análisis de Isidoro Feliz Hernández, el Estado ha buscado construir una sola lengua, el español; una sola cultura, la mestiza; y una sola nación, México. Eso se refleja en políticas que tienen como objetivo aculturizar los pueblos indígenas al imponer la educación occidental sin considerar sus identidades.
Como factores de perdida también se mencionó la discriminación que termina en vergüenza y negación de los orígenes indígenas y la marginación de los pueblos que obliga a los indígenas a migrar a las ciudades en done el español es la única opción de comunicación.
¿Cómo se viven las luchas de los pueblos indígenas desde sus lenguas maternas?
Las comunidades indígenas han sido los primeros en reconocer la importancia de pensar desde sus lenguas y preservarlas principalmente entre ellos mismos. La lucha por su identidad se ha hecho presente como formas de organización política, como actividades formativas en universidades, en la religión y en otros espacios de lo cotidiano.
“En la comunidad hacemos una revista que se llama Nu Jñiñi Jñatjo (La voz de los del maíz). Las diferentes ediciones recuperan mitologías, gastronomía, ritos y otros saberes de nuestro pueblo y se publican en castellano y en jñatio. Entre otros esfuerzos está la traducción de la lotería y de cantos católicos al jñatio” ejemplifica Carlos Ruíz.
Según la UNESCO, Día Internacional de la Lengua Materna fue conmemorado por primera vez en el año 2000 debido a la creciente amenaza en la que se encuentran las más de 7 mil lenguas indígenas existentes en el mundo. En el caso de México, el pasado 21 de febrero el Inali declaró que 31 de las 68 lenguas indígenas en el país se encuentran en riesgo de desaparición.