Durante años se ha hablado de las formas usuales de captación de víctimas para la trata, las cuales involucran violencia física y el rapto; no obstante, recientes investigaciones evidencian el papel que juega el internet y las redes sociales como herramienta de captación y explotación para las redes de trata desde donde se opera impunemente.
#AlianzaDeMedios: Investigación Especial de Lado B de Puebla
Ámbar Barrera | Dafne Betsabe Garcia Mendoza | María José Andrade Gabiño
@AstroBruja| @DafneBetsabe2 | @MajoAg23
Ilustración: Conejo Muerto
Los métodos de captación de víctimas de trata con fines de explotación sexual son variados y cambiantes.
Se trata de un delito que se concreta con la suma de varios factores de vulnerabilidad, y que encuentra campo fértil en una sociedad que normaliza y menosprecia la violencia contra las mujeres que desaparecen, aunque no dejan de existir, solo se vuelven invisibles.
Esta invisibilización actúa de varias formas. En primera instancia, cuando una mujer desaparece la autoridad hace poco o ningún esfuerzo por encontrarla, sobre todo si existe sospecha de haberse ido “por voluntad”, a pesar de que pudo ser influenciada o manipulada.
En este punto, la víctima se vuelve invisible para el sistema de justicia, y después, puede incluso ser despojada de su identidad por parte de los tratantes al considerarla una mercancía.
Pero, si bien para que una persona termine en situación de trata es necesario que coincidan varios factores, estos no son muy elaborados: se trata de mentira, manipulación, amenaza, así como violencia física y psicológica. De modo que las víctimas suelen quedarse ahí, en aparente voluntad, sin intentos evidentes de escapar, porque sus violentadores les han hecho creer que la única opción para sobrevivir es su explotación sexual.
La Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) considera a México como país de reclutamiento y destino de víctimas de trata. Y Puebla está entre los estados con más casos en el país, tanto de captación como de traslado de personas a otros estados y países para ser explotadas, sobre todo sexualmente.
La trata de personas, tanto con fines de explotación sexual como cualquier otro fin, es una forma extrema de violencia, y para que suceda hay todo un sistema que lo permite.
Internet y redes sociales: la tecnología como facilitadora de captación y explotación
Mariana conoció a “Edgar” por Facebook. Ella tenía 14 y él decía tener 17. Comenzaron a escribirse todos los días, se pasaron los números de teléfono y el contacto siguió por Whatsapp hasta que se hicieron novios. Él la agregó a un grupo de chat con supuestos amigos y primos, ahí Mariana platicaba con todos. Ellos comenzaron a decirle que Edgar era el hombre que siempre había deseado, que era perfecto y era lo que ella merecía. Por tres meses la manipularon, le sacaron información de su familia, de su casa, de su escuela, amigos… Hasta que la convencieron de trasladarse a Guadalajara sin que le dijera a sus padres.
Mariana se fue con la ilusión de que conocería al “amor de su vida”, al chico que le había prometido toda la atención y el amor con el que siempre había soñado. Sin embargo, desde que subió al autobús se dio cuenta que dos hombres la vigilaban. Al bajar del camión, tres hombres también la esperaban. A Mariana la salvó su familia. Una prima, a la única que le había contado de “Edgar”, dio las pistas para saber a dónde se dirigía la adolescente. Su padre y un tío también la esperaban en la estación de Guadalajara y pudieron interceptarla antes que los desconocidos que la esperaban.
Internet es la forma de captación más común actualmente, aunque se mezcla con otras modalidades como la seducción o falsas ofertas de empleo.
Incluso se podría decir que es más el medio de captación que la forma. Es ahí donde las personas suelen ser más vulnerables, pues no conocen físicamente a su violentador y aún así son manipuladas por este. Además suele ser el canal por donde se localizan víctimas menores de edad.
Por redes sociales, chats y foros, los tratantes suelen ponerse en contacto con las víctimas bajo falsas identidades. Las seducen románticamente, y también las engañan con una “amistad” o una promesa de empleo.
La manipulación puede incluir a más de una persona con identidad falsa; es decir, los tratantes pueden ser varios que entran en contacto con la víctima y la manipulan al mismo tiempo hasta que esta accede a conocerlos, allí es donde es raptada o sigue siendo manipulada hasta llegar a su explotación.
Falsas ofertas de trabajo
Las víctimas son enganchadas con promesas de empleos falsas. Últimamente estas suelen realizarse por medio de anuncios en redes sociales, pero también pueden ser por medio de personas alrededor de la víctima, conocidos que les hablan de algún empleo y las ponen en contacto con alguna red de tratantes.
El trabajo suele describirse como prometedor, con sueldos y horarios atractivos, pero al mismo tiempo realista para que la víctima no piense que es una estafa. La oferta de trabajo también puede incluir viajes al extranjero y algunos pagos económicos reales antes de tratar a la víctima.
En algunos casos la víctima es raptada durante la supuesta entrevista de trabajo o en el viaje al extranjero que le fue prometido. Puede ser obligada a realizar actos sexuales que son grabados o fotografiados, y luego se le amenaza con la distribución de ese material si no acepta ser explotada sexualmente.
La investigación “Mujeres en la Vitrina” –producto de colaboración de tres medios mexicanos y tres venezolanos a lo largo de un año de extenso trabajo– retrató cómo mujeres migrantes, principalmente de Venezuela, eran captadas para redes de trata.
En la investigación se revela la relación entre delincuentes, la prostitución de lujo y la trata de personas internacional.
Estas redes se aprovechaban de la vulnerabilidad y desesperación de mujeres que buscaban salir de su país de origen para tener una vida mejor; les ofrecían trabajo de “modelaje”, prometiendo ganancias lucrativas.
Al llegar a México se les tomaba una sesión de fotos profesional y después (sin que ellas supieran) les creaban una cuenta en Twitter y un perfil en la página Zonadivas.com para ofertarlas sexualmente. Testimonios recopilados por esta investigación manifiestan cómo a través de amenazas, violencia, coacción y abusos explotaban a estas mujeres, a quienes les retenían sus documentos para evitar que huyeran y denunciaran ante las autoridades.
Uno de los presuntos responsables, detenido en 2011 por transportar a ocho mujeres extranjeras para explotarlas sexualmente, tenía como zona de operación al estado de Puebla; hasta la fecha su proceso legal está en curso.
En Puebla se han detectado modos similares de operación de trata. Por ejemplo, el pasado 8 de octubre El Sol de Puebla dio a conocer que en Tehuacán detectaron anuncios de servicios de escorts difundidos a través de redes sociales, que han servido para que tratantes de personas recluten hombres y mujeres.
E incluso que personas víctimas estuvieron en contacto con tratantes “sin darse cuenta”, pues dichas personas se habían ganado su confianza hasta lograr que las jóvenes les mandaran fotos y contenido íntimo, material que después sería utilizado para chantajearlas y extorsionarlas con el fin de hacer que se prostituyeran.
Con el mismo modus operandi, la Fiscalía General de Puebla abrió la investigación 13/2017/FISDAI sobre unas cuentas en Twitter que eran utilizadas para ofrecer servicios sexuales. A pesar de la detención se detectó que la red de trata seguía operando con los mismos números de teléfono que tenían en las cuentas dadas de baja, solo cambiando el nombre de las cuentas y poniéndolas como privadas.
Estados Unidos intentó resolver esta problemática a través de la aprobación de la ley SESTA-FOSTA, en 2018. Esta atribuía responsabilidad civil y obligaciones a las páginas de internet que pudieran facilitar y beneficiarse de la trata de personas. Así, sus creadores y administradores podían ser demandados.
Sin embargo, esta ley ha sido duramente criticada por equiparar explotación sexual con trabajo sexual. Esto ha llevado a la censura en internet y no ha demostrado tener un impacto significativo en el combate al tráfico sexual, tal como documentó Washington Post en agosto de 2018.
Aunado a este esfuerzo en vano, el anonimato y la facilidad que existen para migrar sitios, así como crear cuentas en redes sociales, hace que la impunidad persista y estas redes de trata puedan seguir operando.
La más conocida, el rapto
El rapto es la forma de captación que más se conoce o, al menos, de la que más se habla en la trata de personas.
El rapto como una forma de sustraer a la persona, privándola de su libertad, para explotarla sexualmente. Sin embargo, en México hay al menos unas cinco formas más con las que se engancha a las víctimas y hacen que el delito de trata sea menos perseguible, pues dificultan la investigación para localizar a la víctima o ponen en juego el factor de la voluntad.
Asimismo, hay que tener en cuenta que las estrategias para captar a las víctimas van cambiando con el tiempo, pues los tratantes se van adaptando a las tecnologías y condiciones sociales por medio de las cuales pueden acercarse a sus víctimas y aprovecharse de sus vulnerabilidades.
La seducción y el amor romántico
Esta modalidad de captación es muy común. Una persona se dedica a seducir a la víctima, la enamora y engaña prometiéndole una mejor vida lejos de donde se encuentra. Así la engancha hasta que accede a ser trasladada, muchas veces pensando que vivirá con la persona de la que se enamoró, quien en realidad es un tratante.
En algunos casos, la seducción incluye contraer matrimonio. La manipulación y engaño es tal que la víctima se casa con el tratante y ya después se trasladan a otro lugar, donde ya no deja que la persona se comunique con sus familiares y amigos y, si se encuentran en otro país, la despoja de documentos para que no pueda regresar.
La seducción como forma de captación es muy delicada, pues en ocasiones ha servido para que las autoridades no busquen a las mujeres bajo el pretexto de que “se fue con el novio”.
Jessica Techalotzi, activista feminista que ha investigado acerca del amor romántico como factor que vulnera a las adolescentes en la trata de personas, cuestiona: “¿Qué hay detrás de la frase: se fue con el novio? De entrada estamos normalizando la violencia contra las mujeres más allá del secuestro, rapto o privación de la libertad. Quienes tienen a las mujeres desaparecidas creen que las mujeres son de su propiedad; muchas veces está el factor de incomunicación y se despliega toda una maquinaria para alegar que ellas están ahí por su voluntad”.
Por su parte, Oscar Montiel Torres advierte en una investigación acerca de la estructura de la explotación sexual y el proceso de proxenetización que, “los proxenetas se aprovechan de los vínculos emocionales que establecen con la mujer. Son capaces de convencer a niñas menores de edad para prostituirlas con discursos basados en el amor. Jugando con su vulnerabilidad, los estereotipos y las inseguridades, distorsionan el sentido de una joven sobre el bien y el mal a una velocidad alarmante”.
Al combinar estos dos factores, la inacción de las autoridades bajo el discurso de que la víctima “se fue por voluntad propia” y la manipulación tan elaborada que advierte Montiel Torres, el rescate de estas mujeres se vuelve difícil.
En primera instancia la víctima está en estado de indefensión total, y bajo el efecto del “amor romántico” es sometida constantemente a violencia de todo tipo (física, emocional, sexual, económica), por otra parte el tratante ha logrado aislar y cortar todas sus redes de apoyo (familia, amigos), en algunos casos el proxeneta obliga a las mujeres a comunicarse con su familia para decir que “todo está bien” con el fin de que la familia desista de buscar y rescatar a la víctima. La vuelve invisible.
Padrinazgo
Sucede cuando algún conocido o pariente ofrece una mejor calidad de vida sobre todo a niñas, niños o adolescentes. Las promesas suelen implicar educación o empleo a cambio de que la persona se mude con el tratante. No obstante, la oferta es falsa y termina convirtiéndose en una situación de explotación, pues el padrino puede estar ligado a una red de tratantes o simplemente explota a la víctima para su beneficio.
Adopción ilegal
Mediante esta forma personas y organizaciones logran adoptar a un niño, niña o adolescente, con fraudes o simulaciones para ganar la tutoría del menor y luego explotarle. La adopción ilegal es, tal vez, el modo de captación menos investigado porque implica que funcionarios públicos, profesionales de la salud y abogados están coludidos con redes de tratantes.
El padrinazgo y la adopción ilegal como formas de captación pueden entrecruzarse, llegando incluso a constituirse como redes criminales de trata de personas con fines de explotación sexual.
Tal vez el caso más famoso en México donde se presentaron este tipo de captaciones fue de Mamá Rosa en Michoacán, donde menores de edad fueron víctimas de trata con fines de mendicidad forzosa. En 2017, LADO B documentó el caso de menores de edad abusados sexualmente en la casa hogar Domingo Savio, aunque no hubo procesos penales por trata, a quienes familias en condiciones de pobreza de Puebla y Oaxaca entregaron a sus hijos por promesas de educación.
Capítulo 1
La trata en Puebla, sin fronteras ni límites
Capítulo 2
Los números de la trata: no hay forma de dimensionar estadísticamente
Capítulo 3
De amor, mentiras y trabajo: los métodos de trata
Capítulo 4
Las víctimas de trata no son un número
Capítulo 5
De qué hablamos cuando hablamos de trata
Investigación publicada originalmente en: https://ladobe.com.mx/2019/11/mujeres-invisibles/