Pide Congreso Nacional Indígena unir fuerzas contra el despojo en Jalisco

Actualmente, colectivos y comunidades de todo Jalisco luchan contra el despojo de sus territorios y formas de vida por parte de los gobiernos, las empresas privadas e, incluso, el crimen organizado. Una de las amenazas más latentes son el gasoducto Villa de Reyes-Aguascalientes-Guadalajara, así como cuatro termoeléctricas que se planean construir a lo largo de la rivera del Río Santiago.

Por Gabriel Trujillo/@gabrieltrujg

En el Cerro de La Reina, sede de gobierno de la recién declarada comunidad indígena de Tonalá, Jalisco; el Concejo del Congreso Nacional Indígena (CNI), sección Occidente, inauguró la Jornada de Lucha Global “Samir Vive”, en homenaje al activista y comunicador náhuatl Samir Flores, asesinado el 20 de febrero en Cuautla, Morelos, por su oposición activa a la termoeléctrica de la Huexca y al Proyecto Integral Morelos, ambos megaproyectos del actual Gobierno de México.

Ante la presencia de colectivos y pueblos organizados contra los despojos, Rocío Moreno, concejala del CNI y comunera de la comunidad indígena de Mezcala, enfatizó en que el nuevo gobierno indígena de Tonalá no está solo, ya que 217 años después del inicio de la colonización de América, los pueblos originarios continúan en resistencia frente al Estado Mexicano, el cual ha negado históricamente su existencia en Jalisco imponiéndoles requisitos burocráticos para que demuestren sus orígenes. 

El evento, celebrado el 12 de octubre de 2019, se realizó en tres fases. Un primer momento para el reconocimiento entre sí de los participantes, que presentaron sus luchas y discutieron en dos mesas de trabajo los temas centrales del encuentro: ¿Cuál es el papel de las mujeres en la lucha? y ¿Qué es lo que sigue para la organización colectiva de los pueblos contra la destrucción capitalista?

En un segundo momento, se presentaron los megaproyectos de desarrollo del actual sexenio que asechan a comunidades indígenas, entre los que destacaron el Tren Maya en el Sureste del país; el Corredor Transístmico en el Istmo de Tehuantepec; y en Jalisco, el gasoducto Villa de Reyes-Aguascalientes-Guadalajara, así como cuatro termoeléctricas que se planean construir a lo largo de la rivera del Río Santiago, y que afectarán las condiciones socioambientales de los habitantes del Área Metropolitana de Guadalajara, según datos del colectivo Un Salto de Vida A.C.

Como cierre, las mujeres asistentes se organizaron dentro del mismo encuentro para denunciar las violencias machistas que aún viven por parte de sus compañeros en los procesos de lucha, mismos que replican constantemente el orden patriarcal en todas sus formas y normalizan la desigualdad de género.

Rocío Moreno posa para un retrato mientras su hija juega en el suelo. Para ella, estar en la lucha por su territorio y, a la par, ser concejala del CNI, le ha implicado viajar con su pequeña a todos los destinos a los que su cargo la lleva.

La lucha por la vida y contra el capitalismo será anti-patriarcal o no será.

La imagen de una mujer zapatista cargando a sus hijos en las espaldas y portando un palo, un arma, en pleno levantamiento zapatista, no se le olvida a Rocío Moreno, concejala del CNI que dirigió el evento. Ese fue su momento de inspiración. Con esa imagen entendió que sin la presencia de las mujeres es imposible hablar de luchas emancipadoras.

 “Si en las luchas de los pueblos no están las mujeres estamos hablando de otro tipo de movilización, pero no una lucha que permita reconstruir la sociedad, generar otra vez la vida comunitaria con todos los sujetos que la habitamos. Para nosotros es vital y es la forma en la que nos explicamos, y esa es la invitación de decir que si no están presente las mujeres no es una lucha contra el capitalismo; va a ser otra lucha, pero no contra el capitalismo.”

Y es que esa escena que recuerda la concejala es protagonizada por la mayoría de las mujeres que luchan por sus pueblos.  Cada vez que se mueven cargan con sus hijos, algunas tienen que convencer a sus parejas sentimentales de que es relevante el trabajo que están haciendo; incluso, se han dado casos de compañeras con cargos importantes dentro de las comunidades a las que sus esposos no les permiten que asistan a los encuentros. Estas situaciones han empobrecido la organización, pero es un tema del que cada vez se habla más, explica Rocío mientras calma el llanto de su hija de cuatro años.

Para ella, lo más difícil en la lucha de las mujeres por el reconocimiento al interior de sus pueblos y comunidades ha sido aspirar a los cargos comunitarios. Esto ha implicado barrer con cientos de años en los que solo los hombres han tenido el derecho de desempeñarse como presidentes, secretarios y tesoreros, los tres cargos más visibles y públicos del gobierno tradicional.

“Como pueblos indígenas decimos que queremos luchar por la vida, esa es una palabra que han puesto las compañeras. Los compañeros eran la denuncia agraria, los juicios, que también nosotras lo llevamos, pero aquí había otra palabra, otro sentido. Hay que luchar por la vida. Y ese ha sido el gran triunfo.”

Otro de los triunfos más claros que destaca la concejala fue impulsar a Marichuy como Vocera del Consejo Indígena de Gobierno. Con esta iniciativa se incorporaron más mujeres al Consejo Nacional Indígena, un proceso lento pero que una vez iniciado y a medida que más mujeres participen, ya no tendrá marcha atrás.

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