Nayeli y Janet se encuentran desaparecidas desde el 2 de mayo. Las acciones institucionales para buscarlas han sido deficientes; por ello, familiares, amigos y colectivos ciudadanos arribaron a Casa Jalisco esperando que ahí alguien escuchara sus demandas; sin embargo, nadie fue capaz de abrir siquiera la puerta para canalizar las exigencias de quienes tocaron casi una hora esperando que el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, saliera a dar la cara.
Por Darwin Franco Migues / @darwinfranco
En la imagen familiares de Nayeli Herrera.
Nada hizo que la puerta de Casa Jalisco, residencia oficial del gobernador Enrique Alfaro, se abriera para las familias de Nayeli Herrera Hernández y Karla Vázquez Covarrubias, ambas desaparecidas desde el 2 de mayo de 2019 en Guadalajara, Jalisco.
Tampoco se abrieron para las más de 12 familias que viajaron desde San Miguel El Alto esperando que ésta fuese su gran oportunidad para hablar con el gobernador sobre la grave crisis de desapariciones de jóvenes en aquel municipio de los Altos de Jalisco. Y mucho menos se abrieron para las madres de Ángel García Trejo, desaparecido el 24 de marzo de 2019, y de Erika Cueto, de quien no se sabe nada desde el 12 de noviembre de 2014.
Las puertas de la que se supone es la casa de todos los jaliscienses se mantuvieron cerradas porque, a decir del comunicado de prensa emitido a las 21:25 horas del 17 de mayo (tres horas después del inicio de la manifestación): “el Gobierno de Jalisco y su titular reiteran su total respeto a la libre manifestación, su apertura al diálogo, pero siempre que sea con respeto”.
Lo cierto es que el gobierno de Enrique Alfaro fue el primero en faltar a su palabra, ya que no existió ni atención ni respeto hacia las familias que entre, las 18:45 y las 19:30 horas, tocaron las puertas de Casa Jalisco, una y otra vez, sin obtener respuesta alguna.
Cada golpe a la puerta fue creciendo en intensidad porque las familias volvieron a experimentar, una vez más, como las autoridades ignoraban no sólo sus demandas sino también su presencia. “Sal Enrique Alfaro, sal a dar la cara”, comenzaron a corear las y los manifestantes; inmediatamente, una ciudadana tomó el turno del habla y expresó: “No venimos aquí a pedir un favor, venimos a exigir que nos digan dónde está Nayeli… dónde están todas las personas que desaparecieron (…) sal Enrique Alfaro, tú no desapareciste a Nayeli, pero sí es tu obligación buscarla; sal y da la cara”.
La invitación fue entonces a tocar la puerta hasta que el mandatario saliera; los primeros en golpearla fueron los familiares de las y los desaparecidos; después, lo hicieron quienes acompañaron la manifestación; incluso, los más pequeños -hijos o hermanos de algunos desaparecidos- tocaron la puerta hasta que, poco a poco, fueron quebrando su sentir porque no podían entender el por qué nadie les abría.
La que parecía ser una puerta resistente sucumbió ante los golpes de los manifestantes; algunos cuadros de madera abandonaron el diseño para dar paso a la luz que, desde adentro, dejaba ver al personal de seguridad de Casa Jalisco sosteniendo la puerta para impedir el paso a quienes afuera mostraban su rabia e impotencia.
En total, fueron cuatro elementos de la puerta los que se rompieron; el resto, quedó de pie. Quizá nada se hubiese roto, si la primera señal de respeto la hubiera dado la autoridad que, en casi tres horas de manifestación, nunca salió de Casa Jalisco, ni siquiera fueron capaces de hablar con los manifestantes antes de que las cosas se salieran de control para quienes convocaron a una manifestación pacífica.
Ciudadana toma la palabra en el acto de manifestación por la aparición con vida de Nayeli y Janet.
Las exigencias de búsqueda y localización
“¿De qué sirven las palabras sino son escuchadas?”, se preguntó una de las integrantes del Red Feminista #YoVoy8deMarzo al leer el pronunciamiento en torno a la desaparición de Nayeli y Janet; en su discurso precisó: “esta ciudad compañeros se está llenando de fantasmas, pero lo irónico es que nuestros fantasmas no son nuestras desaparecidas, somos nosotros”.
Las exigencias que tienen en torno a la desaparición de Nayeli y Janet son: 1) localización con vida; 2) investigación real y efectiva; 3) transparencia en los procesos de investigación; 4) conexión de la desaparición con otros delitos cometidos en la zona o en la temporalidad en que ambas desaparecieron; 5) activación de los protocolos de búsqueda en campo; y 6) acceso a las cámaras de seguridad de la zona, pues éstas ni siquiera han sido analizadas, precisó otra integrante de la Red; esta organización junto con el Comité de América Latina y el Caribe en defensa de los derechos de las Mujeres (CLADEM) y las familias de Nayeli y Janet fueron quienes convocaron a manifestarse fuera de Casa Jalisco.
En la lectura del pronunciamiento, la Red Feminista #YoVoy8deMarzo también denunció que el proceso ha estado cargado de irregularidades porque las primeras reacciones de la autoridad ocurrieron 144 horas después de la desaparición y, aunado a ello, las fichas de búsqueda de Protocolo Alba -organismo especializado en la desaparición de niñas y mujeres- se publicaron nueve días después y con diversos errores que impidieron su difusión inmediata.
El poco dialogo entre autoridad y manifestantes tuvo que darse a través de la puerta rota, ya que nadie salió de Casa Jalisco para hablar con las familias.
“Ábreme, por favor, estoy buscando a mi hermano”
Anahí, de 10 años, no se separó ni un momento de la puerta, incluso, no lo hizo cuando ésta fue golpeada con fuerza por un joven que con el rostro cubierto lanzó una piedra exigiendo al resto de las y los manifestantes incrementar las acciones de protesta. Ante esta reacción, la hermana de Nayeli le pidió calma a quien llegó de manera independiente a la manifestación, ya que las familias no querían generar más violencia de la que ya había ocurrido.
Mientras todo esto pasó, la pequeña habló varias veces con los policías estatales que dentro de Casa Jalisco protegían la puerta; a éstos les pedía que le ayudarán a buscar a su hermano, Brayan Manuel González Castañeda, desaparecido desde el 26 de octubre de 2018 en el municipio de San Miguel El Alto.
“Abran, yo lo único que quiero es que me ayuden a buscar a mi hermano”, repetía la menor que lloraba de impotencia porque creyó, al igual que su madre, que en esta ocasión podrían hablar con alguien importante para contarle sobre la crisis de seguridad de su municipio; en el cual -en menos de dos años-, han desaparecido 80 jóvenes entre los 14 y 29 años.
“Nosotros acudimos aquí para que el gobernados nos ayudará a todas las madres de desaparecidos… queríamos que él nos atendiera, pero él no quiso dar la cara… quisimos estar aquí porque ésta era nuestra esperanza y ahora que no nos abrieron, pues no sabemos qué va a pasar”, puntualizó Silvia, madre de Brayan y Anahí.
María, originaria de San Miguel El Alto, también contó a ZonaDocs sobre la desaparición de su hijo, Francisco Javier Vázquez Pérez, a quien no ve desde el 11 de marzo de 2019: “Las 12 familias que venimos de San Miguel, esperábamos hablar con el gobernador porque él era el único que creíamos nos podría ayudaren su búsqueda de nuestros hijos, ya que las autoridades de San Miguel no nos atienden… pero el gobernador nunca nos abrió y eso es lamentable porque cuando quería que votáramos por él si estaba para dar la cara”, señaló.
En San Miguel El Alto, en los últimos dos años han desaparecido cerca de 80 jóvenes; las autoridades municipales aseguran que esto les pasó porque andaban en malos pasos. La salida siempre fácil de las autoridades que optan por criminalizar antes que investigar qué está ocurriendo en su municipio.
Ficha de búsqueda de uno de los jóvenes desaparecidos en San Miguel El Alto.
“¿Y si fueran tus hijas, Alfaro?
En el marco de la manifestación también se pintaron, por primera vez en la historia, diversos mensajes sobre las paredes de Casa Jalisco. El mensaje que más generó polémica fue donde se le pregunta al gobernador: ¿Y si fueran tus hijas, Alfaro?, una frase que no sólo quedó ahí como una duda legítima, sino que acompañó el gran mural que se construyó entre los asistentes con la pega de todas las fichas de búsqueda de las y los desaparecidos presentes en la manifestación.
Las partes rotas de la puerta y las pintas generadas en el edificio provocaron diversas tensiones durante la manifestación, pero no sólo entre los asistentes que pedían calma a quienes deseaban incrementar el nivel del reclamo, sino también en torno a la autoridad, la cual mandó un camión lleno de granaderos por lo que seguramente consideraron fueron actos de vandalismo y daño a la propiedad pública; los policías estatales sí bajaron de la unidad; sin embargo, la reacción de los manifestantes los hizo regresar al camión en el que llegaron.
Sobre los actos de violencia sucedidos en la manifestación, CLADEM, a través de un comunicado, se deslindó de los actos vandálicos realizados en Casa Jalisco y reprobaron no sólo todo acto de violencia que desvirtúa las demandas legítimas de las familias de las y los desaparecidos, sino también: que no hubiese salido ninguna autoridad a escuchar a los familiares que se dejaron llevar por la frustración de llegar a la casa de gobierno con puertas cerradas sin que nadie saliera a establecer un diálogo”; además agregaron: “Nosotras mismas nos enfrentamos con personas encapuchadas a quienes les exigimos quitarse las máscaras y que dejaran de vandalizar la puerta. También entendemos aunque no justificamos cuando un familiar con el corazón roto, rompe una puerta. Las puertas se reparan, las vidas no. Esas niñas y niños que gritaban a las puertas de Casa Jalisco tienen más que un corazón roto. Tienen a su mamá desaparecida. Esperamos no más puertas rotas, pero sobre todo, no más familias resquebrajadas”.
Por su parte, desde la Red Feminista #YoVoy8deMarzo en sus redes sociales precisaron: “Entendemos la frustración que provocó la falta de respuesta, atención y acción de las autoridades hacia las exigencias de las familias de las y los desaparicidxs. Entendemos el recelo que puede provocar las reacciones de los asistentes, pero principalmente entendemos los sentimientos y las acciones llevadas acabo, algunos lo llamarán violencia, pero para nosotras la violencia es el silenciamiento y la falta de acción del estado“; además agregaron que igualmente reprobaban que ninguna autoridad hubiese salido a escuchar a los familiares.
Los ánimos, finalmente, fueron cediendo y sin la compresión plena de lo que había pasado frente a Casa Jalisco tras la catarsis que ocurrió por la no atención del gobierno de Enrique Alfaro; el padre de Nayeli Herrera agradeció a los asistentes no sólo su presencia, sino también la ayuda que han brindado para buscar tanto a su hija como a Janet: “Agradecemos que hayan venido hoy hasta aquí, pero más que no olviden a las muchachas. Gracias por su apoyo”, concluyó.
Las lonas generadas para visibilizar la desaparición de Nayeli Herrera Hernández y Karla Vázquez Covarrubias; al final de la concentración en Casa Jalisco fueron colocadas en la Glorieta de las y los desaparecidos; sitio que nos recuerda que, pese a las miles de acciones presumidas por Enrique Alfaro en su boletín de prensa; el problema de la desaparición no cesa porque la incidencia del delito no ha bajado desde 2011. Actualmente, en Fiscalía General de Jalisco se presentan entre 10 y 15 denuncias diarias por la desaparición de personas. Hoy existen en Jalisco más 8 mil desaparecidos.