#FIL2024
En el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara se presentaron los primeros resultados de la investigación “Interpretar la naturaleza para encontrar a quienes nos faltan”, el cual es un proyecto de ciencia forense ciudadana que puso al centro los saberes de las familias buscadoras de Jalisco para generar conocimiento que permita detectar de manera segura y eficaz sitios de inhumación clandestina.
Se trata de un proyecto editorial interinstitucional que es encabezado por la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Jalisco, la Universidad de Guadalajara, la Universidad de Oxford y el Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Por Darwin Franco / @DarwinFranco y Dalia Souza / @DaliaSouzal
Una flor que crece en un paraje baldío donde no debía crecer puede ser un indicio. La fauna e insectos que se hacen presentes en espacios no habituales, también pueden ser indicios, pues muchas veces la vida requiere de la muerte para crecer, florecer y reproducirse, incluso, en espacios donde esto no debía pasar.
Estos saberes no sólo forman parte de estudios científicos, sino que ahora también son parte del saber cotidiano que familias buscadoras han ido registrando y sistematizando desde que tomaron palas y picos para localizar sitios de inhumación clandestina en el estado con mayor número de personas desaparecidas en México.
La suma de sus saberes de búsqueda más los conocimientos científicos de investigadoras e investigadores de la Universidad de Guadalajara, la Universidad de Oxford y el Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial de la UNam, coordinados por la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Jalisco y el Instituto Jalisciense de Ciencias Forense, permitió idear y poner en marcha el proyecto de ciencia forense ciudadana “Interpretar la naturaleza para encontrar a quienes nos faltan”, mismo que presentó, el 5 de diciembre, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara sus resultados preliminares en una publicación que lleva el mismo nombre.
Este proyecto consistió en la creación de dos sitios experimentales, ubicados en los municipios de Tlajomulco de Zúñiga y Tonalá, los cuales cuentan cada uno con 16 inhumaciones clandestinas, las cuales reproducen las mismas condiciones que aquellas que han sido localizadas por familias buscadoras de Jalisco, y las que han sido localizadas por las autoridades locales de búsqueda.
En estas 32 fosas se colocaron de manera intencional cadáveres de cerdos donados al proyecto, pero no sólo eso sino que a éstos se les somete a procesos de fragmentación, exposición a calor extremo, pero además se les envuelven en plástico o cobijas para simular las mismas terribles condiciones en que son localizadas, dentro de fosas, a cientos de personas en Jalisco.
Y, en algunos casos, dichas fosas experimentales también son cubiertas por capas de cemento, cal o piedras, esto para emular a aquellas fosas que familias buscadoras han localizado dentro de viviendas abandonadas, sobre todo, en el municipio de Tlajomulco.
¿Y todo esto para qué? Para documentar las transformaciones botánicas, químicas y físicas que se registran en cada una de las 32 inhumaciones, esto con el objetivo de identificar cambios topográficos, diferencias en los parámetros térmicos, variaciones en el espectro de luz del suelo en los sitios de inhumación, así como la aparición de flora y fauna no habitual en el lugar, lo que permitiría tener indicios más certeros para identificar de manera más eficaz y segura sitios de inhumación clandestina en Jalisco.
Para el aún titular de la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Jalisco, Víctor Ávila, este proyecto busca acortar los tiempos de búsqueda en campo, enfocar el trabajo en ciertas zonas, pero también reducir el tiempo en campo para erradicar cualquier riesgo en las familias y autoridades.
“Los colectivos nos llevan a las autoridades, son ellas quienes nos llevan a sitios con información anónima que luego proviene del crimen organizado; así que el proyecto busca reducir la exposición de las familias con el crimen, pero también es un esfuerzo para que Estado asuma su responsabilidad a través de la ciencia, para encontrar esas fosas”, precisó.
Este proyecto que comenzó a realizarse en 2023, a decir del Comisionado, ha dejado ya buenos resultados, pues algunas de las técnicas empleadas en los procesos de experimentación ya las emplea la Comisión de Búsqueda: “Hasta ahora, dos fosas reales nos dieron resultados positivos a través de la tecnología aplicada al proyecto. De esas fosas de exhumaron 24 bolsas y dos cuerpos completos”, explicó el funcionario.
Por su parte, Miguel Alejandro Moctezuma de la Universidad de Oxford fue claro al señalar que todo el saber que da vida al proyecto y que se materializan a través del uso de dispositivos tecnológicos empleados para la búsqueda (tales como fotografías aéreas o satelitales, referencias geoespaciales, entre otras), proviene de las familias buscadoras de diversos colectivos que participaron en la elaboración y ejecución del proyecto.
“Este proyecto es lo que hemos aprendido de las mujeres y familias buscadoras de Jalisco. No es sobre encontrar fosas clandestinas, sino colaborar y llegar a un cierre. Pues las familias ya tenían información y pistas que encontraban tras sus hallazgos; por ejemplo, detectaban flores fuera de temporada o pasto más verde de lo normal… cambios en la composición de la tierra y los terrenos… y todo ello fue la base del saber que colectivamente dio vida a lo que hoy presentamos”, explicó el investigador.
Estos saberes de búsqueda emanados desde las familias correspondían por completo con la identificación que desde la ciencia forense ya se registraba en torno a la manera en que los nutrientes de los cuerpos inhumanos de manera clandestina afectaban la flora, el terreno y la fauna de un lugar.
“Las familias buscadoras ya se daban cuenta que sólo cierto tipo de plantas podrían prosperar en esos entierros clandestinos, pues se cambia el entorno químico. Eso ya lo sabían las familias, ahora tienen que usarse en los protocolos y utilizarse en las búsquedas. Pero también sabían que los terrenos cambiaban cerca de la construcción de torres eléctricas, pues habían registrado que cuando se quita la piedra en los montes donde se ponen las antenas se crean oportunidades para inhumar cuerpos”, ahondó el investigador.
Por su parte, otro de los especialistas que participó, Pablo López Ramírez, enfatizó el valor que tiene la creación de este tipo de ciencia forense ciudadana es porque
“las familias y la necesidad de encontrar; por ello, se creó esta forma de trabajar en conjunto… esto para construir conocimiento para que sea utilizado en este contexto, en este territorio, pero también en otros; y así aumentar las posibilidades de éxito de localización e identificación, pero también para reducir el riesgo de estar en campo”.
Por su parte, Gustavo Quesada, titular del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), explicó que este proyecto es relevante, sobre todo, para estar a la altura de las demandas de las familias que buscan personas desaparecidas de larga data.
“A nosotros nos toca gestionar recursos nacionales e internacionales para comprar equipo. Nos toca la parte de la identificación, no basta con encontrarlos. Es responsabilidad del Estado todo lugar donde se encuentre una persona inhumada clandestinamente, elaborar sitios de resguardo dignos”.
Esto lo señaló sin hacer mención a la crisis forense que persiste en Jalisco donde existen más de 4 mil cuerpos de personas fallecidas sin identificar dentro de las instalaciones del IJCF, el Centro de Identificación Humana, los Servicios Médicos Forenses, así como diversos panteones forenses y municipales de todo el estado.
Ante el inminente cambio de administración, la continuidad del proyecto de ciencia forense ciudadana “Interpretar la naturaleza para encontrar a quienes nos faltan” está en vilo, pues dependerá de si el nuevo gobernador, Pablo Lemus, decide no sólo aprovechar este estudio sino de otorgar los recursos necesarios para darle continuidad.
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“Interpretar la naturaleza para encontrar a quienes nos faltan” puede descargarse en el siguiente enlace: