Olimpia Coral Melo, activista impulsora de la #LeyOlimpia presentó su libro “Violencia digital y mediática”, la publicación a cargo de la editorial del Instituto Nacional Electoral (INE), plantea reflexiones sobre cómo las violencias que se trasladan a los espacios digitales tienen un impacto diferenciado entre hombres y mujeres, así como un análisis sobre la hipersexualización de los cuerpos femeninos.
Por Dalia Souza / @DaliaSouzal y Darwin Franco / @DarwinFranco
“Yo no tuve justicia por parte del Estado, yo no pude denunciar a mi agresor cuando difundieron mi video, porque cuando a mí me pasó esto no era violencia. Hoy mi única justicia es poder tener un texto en el cual mi nombre se reivindique ya no como la del vídeo sexual” afirmó Olimpia Coral Melo, defensora y activista contra la violencia digital en contra de las mujeres en México, durante la presentación de su primer libro en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL), 2024.
El libro que lleva por nombre “Violencia digital y mediática” fue publicado por la editorial del Instituto Nacional Electoral (INE), recupera las reflexiones de la activista sobre la hipersexualización del cuerpo femenino y cuestiona cómo las experiencias de violencia entre hombres y mujeres no sólo se perciben de manera distinta, sino que, se trasladan al entorno digital y forman parte de una violencia que “va más allá de lo visible”.
“Hombres y mujeres podemos vivir violencia, tanto sexual, psicológica, mediática, y hoy digital. Eso es verdad. Lo que no es verdad es que no nos impacta de la misma forma a mujeres y a hombres, lo que no es verdad es que la hipersexualización de los cuerpos de las mujeres en proporción a la hipersexualización de los cuerpos de los hombres no tienen el mismo impacto social”, explicó Olimpia.
De acuerdo con la activista, este análisis obliga a pensar también en “la extensión de la vida virtual” y los impactos diferenciados de estas violencias en la vida de hombres y mujeres, especialmente porque se ha “normalizado” que en los espacios digitales exista una hipersexualización de los cuerpos femeninos “cuando se difunde una fotografía sexual de una mujer vemos otra vez normalizado que los cuerpos de las mujeres son objetos sexuales y no como tal sujetas de derechos”. En sus palabras, en la violencia digital “hay una extensión del daño a nuestras vidas”.
Esta exposición o sobreexposición de los cuerpos de las mujeres, cuando se hace en espacios digitales y sin su consentimiento, “causa muchísimo más impacto y muchísimo más efecto” precisó Olimpia Coral Melo; este delito que gracias al impulso de la activista puede nombrarse como violación a la intimidad sexual, está cargado de “un doble sentido de moralidad”. Por un lado, la carga social y por el otro, la carga social, ahora ampliada por la viralidad, un segundo efecto de este tipo de violencia,
La violencia digital son todos aquellos actos agravados y perpetuados en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación que dañan la privacidad, la intimidad, la seguridad y los derechos humanos de las personas que habitan el internet y sus espacios digitales, explicó la defensora.
Antes de que la violación a la intimidad sexual, también llamada violencia sexual digital fuera nombrada y penalizada en el Código Penal Federal y la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, las violencias digitales sólo podían suscribirse o ser reconocidas en cuestiones económicas, financiares y bancarias. Ahora, es posible “hablar de los derechos humanos que tenemos las personas en los espacios digitales”, puntualizó Coral Melo.
En ese sentido, criticó que, pese a que el concepto de violencia digital reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue una victoria del movimiento que encabeza, hoy se busque, a través de organismos internacionales como la Organización de los Estados Americanos (OEA) renombrarla como “violencia facilitada por las tecnologías”. Desde su análisis, “decir que la violencia está facilitada por las tecnologías sería eliminar la responsabilidad de los grandes imperios tecnológicos que se hicieron dueños de nuestros datos e información”.
“Tienen una responsabilidad” argumentó Olimpia, como “medio comisivo digital”. Ya sea Facebook, X, Instagram, Tik Tok son responsables de las violencias porque “existe un algoritmo patriarcal con sesgos”. A la par, agregó que prevalece un “colonialismo digital”, evidente en las formas con las que se ha decidido “conceptualizar los fenómenos digitales” o tipos de violencia digital. Grooming, sexting, doxing o revenge porn, fueron algunos de los conceptos cuestionados por la activista, “están llenos de anglicismos” afirmó “cómo no queremos que haya una brecha digital si no podemos nombrarla en nuestro idioma”.
Con el lema que le ha acompañado a lo largo de su camino de lucha “no por ser virtual significa que no sea real” expuso que el 89.9% de las víctimas de violencia sexual digital son mujeres y el 69.3% son mujeres universitarias.
A propósito, recordó el caso de las estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) quienes fueron víctimas de la alteración y difusión de sus fotografías con inteligencia artificial por parte de uno de sus compañeros de escuela, Diego “N”.
Al respecto, informó que el próximo miércoles 4 de diciembre podría suceder un hecho histórico para el movimiento de defensoras digitales en México y en América Latina: la primera sentencia en el mundo por el uso de inteligencia artificial para cometer violencia sexual digital, a través de la jurisprudencia de la Ley Olimpia.
“Las ocho alumnas del Politécnico Nacional valientes lo denunciaron por la ley Olimpia y como la ley Olimpia reconoce a quien difunda o produzca fotografías, videos o imágenes de contenido real o alterado de una persona sin su consentimiento podría pasar hasta 12 años de cárcel”, aseguró.
Diego “N”, a quien se le señala de la comisión de estos actos podría recibir esta sentencia condenatoria “ejemplar”, afirma Olimpia Coral Melo. Para conseguirlo, solicitó la solidaridad de las personas presentes para sumarse a la exigencia de justicia para las estudiantes y así llamar al Juez Francisco Salar Silva a cargo del caso que “se ponga del lado de las víctimas y no de los agresores”.
“Sería conocido como el primer juez en el mundo que da una sentencia por el uso de inteligencia artificial para alterar imágenes sexuales”, explicó Olimpia, “buscamos que no vuelva a repetirse esta historia”, finalizó.
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Aquí puedes descargar el libro en su formato digital:
https://ine.mx/wp-content/uploads/2024/11/Deceyec-CM-53-Violencia-Digital.pdf