Infancias y adolescencias indígenas y afrodescendientes en México, una vida entre discriminación y racismo

La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) presentó estadísticas relevantes con relación a las infancias y adolescencias indígenas y afrodescendientes en México, al revisarlos nos preguntamos: ¿Cuáles son los problemas a los que se enfrentan estas niñas, niños y adolescentes? y ¿Qué hará Claudia Sheinbaum para garantizar los derechos de ambas poblaciones? 

Por: Alondra Angel Rodriguez / @AlondraAngelRo

Foto: Karen Rojas Kauffmann

Según el INEGI, para 2020, México tenía una población de 1.7 millones de personas indígenas de entre 3 y 17 años (50.1% mujeres y 49.9% hombres); es decir, una de cada 19 niñas, niños y adolescentes, del mismo rango de edad, en el país, forman parte de una comunidad indígena.

Con respecto a la población afrodescendiente, para 2020, en México había 654 mil niñas, niños y adolescentes afrodescendientes de a 17 años (49.4% mujeres y 50.6% hombres), lo que representa el 1.7% de la población nacional en el mismo rango de edad.

Lamentablemente, muchas de estas infancias y adolescencias ha sido discriminada, pues el 2.9% de esta población, equivalente a 108 mil personas adolescentes de 12 a 17 años, señalaron malos tratos por ser personas indígenas o afrodescendientes. Si lo ponemos en forma comparativa, es como si todas las personas que pueden caber en el Estadio Azteca hubieran sido discriminadas.

“Cuando ellos narran su experiencia de discriminación muchos dicen que fueron discriminados en México por ser indígenas o ser afrodescendientes; es decir, está creciendo el reconocimiento de que la discriminación está relacionada con esto”, quizá, ese dato nos ayude a dimensionar la cantidad de vidas humanas, no es que sea poco el 3%, chicas y chicas que ya están identificando esta problemática”, expresa Tania Ramírez, directora de la REDIM.

Además, explicó la activista, el 14.5% de las personas adolescentes que fueron discriminadas el último año en México padecieron esto por su tono de piel. Lo anterior implica que 550 mil personas de 12 a 17 años habían sido discriminadas por este motivo.

Tania Ramírez señala que la discriminación y el racismo en México se da desde dos cuestiones: la primera es la pertenencia a pueblos originarios y segundo tener afrodescendencia; además de que a menudo están estas dos raíces están combinadas en muchos de los pueblos

Con respecto a algunas de las causas de muerte de la población indígena en México, Tania Ramírez comparte que sólo en 2023: 44 personas niñas, niños y adolescentes perdieron la vida por suicidio; en el caso de los homicidios, 38 fueron las víctimas, esto solo hablando en concreto de niñez indígena, no en general. 

“Estos datos lo que están mostrando es una profunda desigualdad y en ese sentido decir que también hemos observado otras brechas muy preocupantes.”

Otras vulneraciones 

En 2022, el 82.3% de la población indígena de 3 a 17 años de edad en México vivía en situación de pobreza. Se trata de una población de 1.3 millones de niñas, niños y adolescentes indígenas en el país; en comparación con el porcentaje de la población no indígena del mismo rango de edad, el porcentaje fue 43.7%, una cifra 38.5 puntos inferior. 

Sin embargo, vale resaltar que, entre 2020 y 2022, la pobreza en la población indígena de 3 a 17 años de edad del país disminuyó de 90.2% a 82.3% (con un decremento de 8.8%). Si bien lo anterior puede ser tomado como algo bueno, Tania Ramírez de REDIM indicado que: 

“se requiere también apuntar que las cifras continúan mostrando una alta incidencia de pobreza y una evidente discriminación estructural en la población indígena, en especial en el acceso a sus derechos fundamentales. Niñas, niños y adolescentes que vivan en pobreza y pobreza extrema que nacieron en pueblos originarios, es decir son indígenas, hasta un 60% de estos niños están en pobreza y pobreza extrema frente a un 30% que no lo está. La pobreza está muy claramente repartida hacia niñez y adolescencia indígena y necesitamos desactivar esa correlación”.

Con respecto a lo anterior Tania hace hincapié en las causas estructurales detrás de esto:

“¿Por qué hemos dado por sentado como país que ser indígena es equivalente a ser pobre? ¿Por qué hemos naturalizado que niñas, niños y adolescentes que son indígenas tienen menos, alcanzan menos, comen menos, pueden menos? es profundamente injusto”.

Los retos de Claudia Sheinbaum para la atención a infancias y adolescencias indígenas y afrodescendientes

Con respecto a los retos que debe enfrentar la nueva administración federal para garantizar lo derechos de la infancias y adolescencias indígenas y afrodescendientes en México, Tania Ramírez considera que es de suma importancia la observación de las circunstancias y trabajar desde la evidencia para dimensionar las problemáticas y ubicar puntos ciegos; es decir, problemáticas no identificadas del todo

“Existe una preocupación que en los 100 puntos de campaña y 100 puntos de acción y de prioridad niñez y adolescencia están contempladas y no de acuerdo al estándar y con la particularidad que en nuestra opinión esto se merecería, pues No basta únicamente dar becas o apoyos, que pueden ser muy importantes a la hora de librar deficiencias nutricionales o desnutrición, pero que no terminan de resolver estructuralmente esta enorme desigualdad”, expresa la activista.

Además, la institucionalidad publica, la coordinación de instituciones en favor de la niñez debe mejorar. Entendiendo las circunstancias de desigualdad estructural en las que viven y que deben ser atendidas por todas las instituciones.

“Que se entienda que es a todas las instituciones públicas a las que les toca atender esta desigualdad y que lo pueden hacer de manera coordinada en un sistema de protección integral que sea garantista, que cuide que las acciones de gobierno sean orientadas a este interés superior, un enfoque en derechos y un enfoque de derechos de infancia”.

Si bien, ha habido acercamiento a organizaciones como la REDIM por parte de la administración de Claudia Sheinbaum y el nuevo gobierno de la Ciudad de México, aún falta bastante para poder trabajar en pro de los derechos de las infancias y adolescencias en México:

“Las organizaciones siempre vamos a estar abiertas y con la expectativa de que ese dialogo suceda porque hay mucho que construir, hay conocimiento y capacidad en la sociedad civil para desarrollar estas tareas, y porque queremos pensar que perseguimos el mismo propósito”, concluye Tania Ramírez.

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Alondra Angel
Alondra Angel
Soy estudiante de Comunicación Pública. Me gusta el color blanco, escuchar música y tomar café. Me encanta estar con mi familia. Creo que el periodismo es una manera de hacer algo frente a las problemáticas de hoy y las que tendrán un impacto en el futuro.

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