“Rondando, Rodando los Caminos de Xuchitlán”: La lucha comunitaria contra el despojo del desarrollo urbano-industrial rapaz

El Comité Agua y Vida de Santa Cruz de las Flores, en Tlajomulco, organizó la rodada y festival familiar “Rondando, Rodando los Caminos de Xuchitlán” en respuesta al impacto que los proyectos industriales y de urbanización han tenido en el antiguo valle de Xuchitlán.

La movilización surgió como una forma de visibilizar la devastación ambiental y el despojo territorial que enfrentan las comunidades locales, quienes buscan resignificar los caminos tradicionales como espacios de tránsito comunitario. La rodada y el festival incluyeron un pronunciamiento en el que se exigió la protección del aire, agua y tierra, destacando la necesidad de políticas que prioricen la salud y el bienestar de los habitantes sobre intereses industriales.

A pesar de los obstáculos, como la falta de apoyo gubernamental para el cierre total de la vialidad durante la rodada, el evento fue un éxito, evidenciando la unión y resiliencia de las comunidades. Además, se organizó una ceremonia coca que destacó la resistencia histórica del territorio frente a las imposiciones del desarrollo urbano-industrial. El Comité hizo un llamado a detener la construcción de parques industriales y atender la crisis de salud que afecta a la región, señalando el vínculo entre la contaminación y las enfermedades que enfrentan sus habitantes. Este movimiento es solo el comienzo de una campaña más amplia que busca frenar la degradación ambiental y proteger la región.

Por Vanessa Briseño / @nevervb 

A raíz de un contexto donde se priorizan las políticas de desarrollo urbano-industrial, sin considerar las repercusiones que estas pueden tener en el bienestar de les habitantes de los espacios designados para dichos proyectos, las comunidades, especialmente en las periferias de la ciudad, han sido vulneradas por los efectos de estas prioridades gubernamentales.

Frente a esta problemática, el Comité Agua y Vida de Santa Cruz de las Flores en Tlajomulco, Jalisco hizo un llamado a otras localidades dentro de la zona para formar una movilización en defensa del antiguo valle de Xuchitlán la cual, en sus palabras, se realizó buscando:

“resignificar y reapropiar el movimiento y desplazamiento originario de las personas en su vida cotidiana, frente a la incursión del despojo y la devastación de los procesos productivos, industriales, agroindustriales y la urbanización rapaz”. 

Estos procesos no solo generan residuos asociados con enfermedades y muertes en la comunidad, sino que también están acompañados del cercamiento de los pueblos por gasoductos, agravando la situación de despojo y la devastación ambiental en la región.

La idea de organizar la rodada y el festival familiar “Rondando, Rodando los Caminos de Xuchitlán” surgió a principios de este año, tras un trágico accidente ocurrido en el Circuito Metropolitano Sur, una vialidad que fue impuesta por las autoridades, transformando antiguos caminos rurales en rutas de tránsito pesado. Integrantes del Comité Agua y Vida recuerdan el evento que cobró la vida de un joven del pueblo, arrollado por un camión de transporte de personal de una empresa farmacéutica situada en las periferias de la zona. Este evento despertó la indignación. A partir de este hecho, las personas de los barrios cercanos decidieron organizarse para manifestar su preocupación por el creciente tránsito de camiones industriales y de transporte de personal, que afectan la vida diaria y la seguridad de las personas que habitan la región.

La comunidad se movilizó, bloqueando el paso de los vehículos y exigiendo una regulación del tránsito en la zona. “Este camino no es para transportar mercancías o trabajadores”, comentó una de las integrantes del comité para ZonaDocs, explicando cómo la carretera que antes conectaba a los pueblos de la región, ahora es utilizada exclusivamente para actividades industriales relegando a sus habitantes.

A partir de esa reflexión colectiva, nació la idea de la rodada. Lo que comenzó como una demanda por una ciclovía, pronto evolucionó en un evento más amplio que buscó resignificar los caminos del antiguo valle de Xuchitlán como espacios de tránsito comunitario y no de explotación industrial.

“Justo de toda esa emoción que surge social y colectivamente y también de ver que para nosotras es una vialidad de alta peligrosidad (…), surge el  cómo la vamos resignificar”, agregó otra integrante del colectivo. 

La organización del evento tomó varios meses, ya que el comité no solo se coordinó internamente, sino también con otras organizaciones como la Asamblea de Pueblos en Resistencia, que incluye a colectivos como  Salto de Vida, Pueblos de la Barranca, Mezcala entre otras. Para las integrantes, este esfuerzo es un primer paso dentro de una campaña más grande, que busca visibilizar los efectos de la urbanización descontrolada y la imposición de parques industriales en la región:

“Estamos resistiendo, todo el desecho, toda la basura de la ciudad y no es nada más como la basura sólida,  sino todo lo que eso implica”, aseguraron. 

Así mismo, con “Rondando, Rodando los Caminos de Xuchitlán” se logró convocar a personas de diversas localidades, tanto de Santa Cruz de las Flores como de pueblos aledaños y de Guadalajara. Además, la Asamblea de Pueblos en Resistencia movilizó a juventudes y familias que reconocieron la importancia de crear un espacio para resignificar el tránsito cotidiano de la zona.

Según las organizadoras, “participaron personas tanto del pueblo como de Guadalajara, también de los otros pueblos que acuden a la asamblea”, lo que evidenció el interés comunitario por construir una nueva narrativa en torno al uso de la vialidad, más allá de la rodada como un acto temporal. Para complementar esta iniciativa, se organizó un festival político-cultural en Santa Cruz de las Flores, cuyo objetivo era visibilizar el deterioro ecológico y territorial de la región a través de registros y fotografías que documentaban tanto la vida natural como la destrucción del entorno.

El evento fue recibido con entusiasmo por la comunidad, generando un ambiente de empatía y emoción.

Las integrantes del comité observaron que “para ellos era muy importante que se hiciera eso, que se realizara”, especialmente para las juventudes, quienes no suelen tener alternativas de actividades culturales o de recreación en la zona. Sin embargo, también surgió frustración cuando la gestión acordada con las autoridades de vialidad incumplieron con lo prometido: en lugar de cerrar los cuatro carriles acordados, solo cerraron dos, y al final, la Secretaría de Transporte justificó su negativa alegando que “era una vialidad de alta peligrosidad” diseñada para el tránsito de vehículos de carga pesada.

Esta situación forzó al comité organizador a ajustar el recorrido de la rodada, priorizando la seguridad de los infancias, juventudes y personas adultas al desviar el trayecto por dentro del pueblo.

El cambio improvisado en la ruta no solo fue una solución logística, sino también una muestra de la capacidad del colectivo para sobrellevar la falta de apoyo gubernamental. “Nos dejaron solas ahí, botadas en la vialidad,” comentaron, destacando el abandono por parte de las autoridades, a pesar de haber realizado gestiones previas y haber entregado oficios para garantizar el cierre de la vialidad.

Las comunidades se unieron y el evento transcurrió con éxito, poniendo en evidencia el profundo vínculo que las personas tienen con su territorio y la necesidad de estos espacios para mantener vivas sus luchas.

Además de la rodada, el evento incluyó una ceremonia coca, que para las organizadoras fue un acto fundamental para resignificar la resistencia histórica del territorio. “Este territorio es coca y ha resistido desde hace siglos”, señalaron y subrayan que, la lucha por conservar y defender su identidad está profundamente enraizada en la historia de la región.

A través de esta ceremonia, también reflexionaron sobre las formas de vida impuestas por el sistema actual y la violencia estructural que enfrentan las comunidades locales, que se manifiestan en problemas como atropellamientos y enfermedades graves. Así, la rodada y el festival no solo se enfocaron en la movilidad y la seguridad, sino también en la necesidad de recuperar el sentido de dignidad y autonomía frente a las imposiciones del modelo de desarrollo urbano-industrial.

Durante el evento, el Comité Agua y Vida hizo un llamado contundente a la justicia y al respeto por los cuerpos y las vidas de todes les habitantes, tanto humanos como los seres vivos no humanos que comparten los recursos naturales del territorio. Exigieron la protección del aire, agua y tierra frente a las amenazas de la industrialización y el modelo capitalista que, de acuerdo con el Comité, ha generado una grave degradación ambiental y una preocupante pérdida de biodiversidad en la región. En esa línea, pidieron que se reconozca la importancia de defender estos recursos como pilares fundamentales para la preservación de la vida y el bienestar de la comunidad.

El mensaje hacia la comunidad y las autoridades fue directo: se demandó un compromiso activo y firme para proteger el medio ambiente y garantizar una vida digna para todes los habitantes.

En su pronunciamiento, se solicitó a las autoridades actuar con responsabilidad e implementar políticas que prioricen la salud y la sostenibilidad del territorio, en vez de favorecer intereses económicos que deterioran el entorno. El Comité también hizo un llamado a la comunidad a tomar conciencia de la interconexión entre los seres humanos y la naturaleza, señalando que la conservación de estos recursos es una responsabilidad compartida que requiere la acción colectiva para asegurar el futuro del ecosistema.

Las integrantes del colectivo señalaron tres exigencias prioritarias hacia el gobierno para salvaguardar tanto el territorio como el bienestar de su comunidad.

    1. Demandaron el rechazo al proyecto de actualización del POTmet, que, en su opinión, está borrando a los pueblos originarios al imponer corredores industriales y desarrollos inmobiliarios que destruyen zonas protegidas y el entorno natural.

    2. Exigieron detener la industrialización y la construcción de parques industriales y centros comerciales en la zona de Santa Cruz, como parte de un esfuerzo por frenar la devastación ambiental.

    3. Urgen atender la crisis de salud en la comunidad, ya que un número alarmante de personas ha fallecido, y se cree que esto está relacionado con la contaminación del agua, la tierra y el aire.

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Vanessa Briseno
Vanessa Briseno
Melómana por excelencia y apasionada de la lectura. Creo firmemente que el periodismo es una gran herramienta que te permite contar historias reales desde la verdad.

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