Los peligros de la violencia digital en la vida de las mujeres

Desde Mujeres

Por Vianey Estrada / Desde Mujeres / @DesdeMujeres

Una de las grandes ventajas que nos ha dado el avance tecnológico es la inmediatez para adquirir nuevos conocimientos, para comunicarnos con el mundo y para la creación de diferentes tipos de contenido. Sin embargo, también nos ha dado un nuevo reto que enfrentar: la violencia digital.

De acuerdo con el INE:

“la violencia digital es toda acción dolosa realizada mediante el uso de tecnologías de la información y la comunicación, por la que se exponga, distribuya, difunda, exhiba, transmita, comercialice, oferte, intercambie o comparta imágenes, audios o videos reales o simulados de contenido íntimo sexual de una persona sin su consentimiento, sin su aprobación o sin su autorización y que le cause daño psicológico, emocional, en cualquier ámbito de su vida privada o en su imagen propia”.

Las personas pueden convertirse en víctimas de la violencia digital independientemente de su género y edad. Sin embargo, estos ataques suelen concentrarse más en las mujeres. En México, 9 millones de mujeres mayores de 12 años han sufrido acoso cibernético y mujeres de 18 a 24 años tienen 27% más de probabilidad de ser víctimas de violencia en línea.

Un estudio realizado por Kaspersky observó que en América Latina:

“más de una cuarta parte de las personas (28%) tiene imágenes explícitas de ellos mismos almacenadas en sus dispositivos móviles y casi el mismo porcentaje (32%) ha compartido esas fotografías íntimas con personas con las que salen o conversan”.

Al compartir estas imágenes íntimas, nos exponemos a mayor vulnerabilidad y mal uso de nuestra imagen. Lamentablemente, resulta difícil poder tener control de nuestra imagen y nuestros datos después de compartirlos.

Se observa una grave violación a los derechos humanos y una deshumanización de las mujeres al solamente observarlas como un objeto sexual que puede ser fácilmente intercambiando sin su consentimiento. Otro reto al que nos tenemos que enfrentar es la creación de de deepfakes, la cual implica la creación de imágenes pornográficas con el uso de la inteligencia artificial.

Lamentablemente, es sumamente fácil y accesible crear estos deepfakes, toma menos de 25 minutos la realización de estos videos y cuesta $0 crear un video pornográfico deepfake de 60 segundos de cualquier persona usando solo una imagen de rostro claro. Con el avance de la tecnología, la creación de deepfakes sigue aumentando, con mujeres y niñas siendo las más vulnerables.

En México existe un conjunto de reformas legislativas encaminadas a reconocer la violencia digital y sancionar los delitos que violen la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales, también conocida como ciberviolencia. Este conjunto de leyes se denomina como la Ley Olimpia, la cual ha resultado como una medida novedosa para sancionar a quienes ejercen este tipo de violencia digital, además de un esfuerzo por mitigar los casos de ciberviolencia.

La Ley Olimpia se ha tipificado en 29 entidades federativas del país, con sanciones variando desde 9 meses a 8 años de prisión, dependiendo de cada estado. Se nombró como Ley Olimpia en honor a Olimpia Corral Melo quien, después de ser víctima de la difusión de un video íntimo sin su consentimiento, logró que se reconociera la violencia digital y se sancionará. Es un logro histórico en el país y en Latinoamérica, pero también es una muestra que estos logros se impulsan por los intereses de las mujeres y las feministas, no necesariamente de parte del Estado o la sociedad.

También es importante señalar que a pesar de que esta ley es reconocida a nivel nacional, no siempre implica que se podrá aplicar exitosamente. Una de las cuestiones que puede alentar el proceso de investigación es la inmediatez de las autoridades para actuar ante las denuncias. Se debe realizar una investigación exhaustiva para poder procesar estos crímenes de manera adecuada, pero no siempre es tan fácil realizar la denuncia o todo el proceso que conlleva.

La huella digital no es fácil de borrar, por lo que estás imágenes pueden quedar en el espacio digital y seguir siendo difundidas. Esta ciberviolencia podría seguirlas durante el resto de su vida, asociando su identidad con sus imágenes sexuales, lo cuál puede despojarlas de su derecho a que se respete su libertad, seguridad y dignidad

Es un logro histórico tener nuevas medidas como la Ley Olimpia cuyo objetivo es penalizar a los perpetradores y crear conciencia sobre el peligro de la ciberviolencia, pero no debemos olvidar que esta problemática va más allá de lo legislativo. Estamos viviendo un cambio en los paradigmas culturales con un énfasis en el mundo digital, en donde es cada vez más común compartir cada minuto de nuestra vida.

Se debe comenzar por una alfabetización digital para crear conciencia sobre los peligros de la ciberviolencia y la vulneración de nuestra seguridad e intimidad. Además, se debe combatir las nuevas maneras de ejercer violencia contra las mujeres que están surgiendo, especialmente cuando será cada vez más dificil mitigar los daños y repercusiones en la vida de las víctimas.

No son casos aislados y tampoco es un problema insignificante, son crímenes que están sucediendo de manera global y están atacando directamente a las personas, pero sobre todo a las mujeres. La sociedad debe dejar de visualizar a las mujeres como un objeto sexual o creer que sus derechos no son válidos. Es necesario realizar cambios profundos en nuestra cultura y frenar cualquier tipo de violencia ejercida, especialmente aquella violencia silenciosa que tiene consecuencias graves en la vida y futuro de las mujeres.

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