La exposición “Nosotras Sobrevivientes: Sostener la Vida Juntas” surge como un esfuerzo colectivo para visibilizar las violencias crónicas que niñas y adolescentes enfrentan en México. A través del arte, este proyecto, apoyado por la colectiva Nosotras Sobrevivientes y el ITESO, busca sensibilizar al público sobre estas realidades por medio de fotografías, videos y música para plasmar las experiencias de quienes participaron en su creación. El proceso creativo incluyó acompañamiento psicosocial y técnico, lo que permitió que las jóvenes expresaran sus historias, destacando la importancia del trabajo colaborativo e intergeneracional.
La exposición invita a reflexionar sobre la gravedad de estas violencias y el impacto que tienen en la vida de las niñas y adolescentes. Las mismas creadoras esperan que quienes visiten la muestra se sientan conmovidos y comprendan la fuerza y valentía detrás de cada pieza. La exposición estará disponible del 24 de septiembre al 16 de octubre de 2024 en la Galería Universitaria del ITESO.
Textos y fotos por Vanessa Briseño / @nevervb
En un contexto como el actual, donde las diversas manifestaciones de violencia que atraviesan a niñas y adolescentes son una problemática crónica, la exposición “Nosotras Sobrevivientes: Sostener la vida juntas” surge como un esfuerzo conjunto de la colectiva con el mismo nombre (Nosotras Sobrevivientes), el Fondo de Apoyo a la Investigación en ITESO, el Departamento de Psicología, Educación y Salud de la misma universidad, así como diferentes personas que colaboraron en la creación de la muestra, unieron sus manos para que, a través del arte, las asistentes pudieran sentir y hacer conciencia de la gravedad de estas violencias.
En conversación con ZonaDocs, Gabriela Sánchez López, coordinadora de la investigación del proyecto, antropóloga social y académica del Departamento de Psicología, Educación y Salud de ITESO, compartió que la idea de crear la exposición surgió a partir de una investigación iniciada en 2022. Este proyecto combinó un estudio cuantitativo de diseño exploratorio junto al Centro de Innovación Social de Alto Impacto y un proceso etnográfico colaborativo. El objetivo era entender las implicaciones de la violencia crónica generada por la “Guerra contra las drogas”.
La investigación realizada como parte del proyecto reveló hallazgos preocupantes sobre las violencias que enfrentan las infancias y adolescencias en su entorno inmediato. El estudio muestra que el 75% de la muestra acumuló cuatro de diez adversidades durante su niñez, destacando que la violencia se manifiesta tanto en el hogar como en sus comunidades. Un 44% de les entrevistades describió sus lugares de residencia como espacios donde grupos rivales pelean, queman y saquean casas y negocios; el mismo porcentaje reportó que en sus territorios se secuestra y roba a menores. Además, el 30% afirmó que algún miembro de su familia fue secuestrado, levantado o desaparecido. El 75% vive en familias violentas y el 40% de ellos está a cargo de cuidadores con problemas graves de salud mental. Casi el 90% conoce a personas que usan drogas, y el 82% tiene contacto con personas de su edad que también las consumen. Frente a estas situaciones adversas, el 76% ha experimentado una sensación de desprotección.
Como parte del mismo proceso, Gabriela mencionó que las niñas y adolescentes creadoras de la exposición, al formular su explicación sobre la violencia crónica, expresaron:
“Crece como un nido que se convierte en una casita. Toda nuestra vida creo que sufrimos de violencia crónica; lo vimos como algo normal. La violencia formó parte de nosotras, desde pequeñas aprendimos a vivir con ella. Todo el tiempo estás pensando: ¿qué me va a pasar? Nos sentíamos vacías, perdidas y solas. Teníamos miedo de que nos criticaran, de que nadie nos hiciera caso. La violencia se transforma en una bola de nieve que no deja de crecer.”
El acompañamiento con las 15 niñas y adolescentes protagonistas comenzó en febrero de 2023. Desde entonces, decidieron visibilizar y generar conciencia sobre las violencias que enfrentan en sus entornos. Su objetivo, de acuerdo con la coordinadora, era difundir y crear conciencia sobre “las violencias vividas, violencias que suceden sin que nadie haga nada.”
Querían hablar de lo que estaba ocurriendo, con la esperanza de detener los feminicidios y suicidios, y reducir la institucionalización de niñas, niños y adolescentes. En asambleas y talleres, acordaron cuatro aspectos: el dolor compartido como respuesta a la pregunta “¿Qué nos une?”, el propósito de conmover a las personas para hacerlas sentir, la necesidad de dirigirse a audiencias más allá de quienes viven situaciones similares, y la decisión de usar música, fotografía artística y videos cortos para transmitir su mensaje.
Así mismo, Gabriela destacó que uno de los valores fundamentales del proyecto es su componente intergeneracional.
“Nosotras estamos convencidas de que hay una ficción de que los proyectos de niñas y adolescentes tienen que hacerlos ellos solos, como aislados, como si tuvieran un mundo por sí mismos, pero la realidad es que el trabajo tiene que ser colaborativo e implicar a personas con muy diversos talentos, capacidades y saberes de diferentes edades”, comentó.
Este enfoque colaborativo fue clave y altamente valorado a lo largo de todo el proyecto.
Gabriela también explicó cómo fue el proceso para construir la exposición, resaltando que se realizaron talleres de producción audiovisual. Se diseñaron cuadernillos específicos para estos talleres, uno de ellos abordaba aspectos biográficos y el otro cubría temas técnicos relacionados con fotografía, audiovisual, maquillaje, estilismo y música. “En uno de estos cuadernillos se desarrollan temas más bien biográficos y en el otro aspectos técnicos, que al final, remataban con storyboard para colocar ahí sus guiones visuales y fragmentos de historia de vida”, puntualizó. Aunque la idea detrás de cada fotografía y video fue de las propias niñas y adolescentes, contaron con acompañamiento psicosocial y técnico en todo momento. Todo este proceso se realizó en el centro donde vivían, trabajando con muy pocos recursos materiales.
Por otro lado, durante el discurso inaugural de “Nosotras Sobrevivientes: Sostener la vida juntas”, se destacó la importancia de visibilizar las experiencias de las niñas y adolescentes que participaron en su creación. Se enfatizó que el propósito de la exposición es invitar a quienes la visiten a detenerse y sentir, no para educar o controlar sus emociones, sino para acogerlas desde una ética del dolor. “Un dolor que, como dice Sara Ahmed, no es privado y nos invita a conmovernos con lo que no nos pertenece”, se mencionó.
Así mismo, se aclaró que esta no es una exposición memorial ni un espacio de superación de heridas, ya que las protagonistas están presentes y rechazan ser vistas como víctimas. Se subrayó que el enfoque está en los cuidados y en la creación de un espacio seguro y colectivo, donde las niñas puedan expresar sus emociones y vivencias sin la expectativa de finales felices o soluciones definitivas. Además, se expresó que es un espacio para recordar a aquellas niñas y adolescentes que ya no están o que, por las mismas circunstancias de la problemática, no pudieron estar presentes.
Por su parte, varias de las creadoras de las piezas presentadas en la exposición estuvieron presentes, como Hatsumi, quién para ella ver todo su trabajo en un espacio común “representa toda la valentía, el esfuerzo, todo el dolor por el cual pasamos y el cual podemos demostrar de diferentes maneras. Nosotras decidimos hacerlo con el arte, porque es lo que mejor se nos da”. Igualmente, Hatsumi resaltó que al presenciar la exposición se sentía feliz y orgullosa de ver todo lo que lograron en conjunto, pues todo su esfuerzo se vió reflejado en el resultado final, además, también dejó en claro que ella espera que las personas que visiten Nosotras Sobrevivientes:
“sientan la empatía, que sientan que no están solas, que hay personas que llegan a sentir de alguna manera lo mismo y que no no se sientan como que sufres más que otras, porque realmente por más cosas diferentes que sea se sufre igual”.
Por su parte, Dalia creadora de varias piezas, al igual que sus compañeras, tuvo la oportunidad de contar su historia a través de fotografías y un poema de su autoría. Señaló que para ella, poder plasmar sus vivencias a través del arte le permitió abordar sus heridas “de papá y mamá”. Además, compartió que trabajar en este proyecto le llenó de felicidad y orgullo, aunado a la resistencia y resiliencia que representa para ella. Otro punto que destacó, fue la comunidad que se generó a través de Nosotras Sobrevivientes, donde se forjaron lazos entre todas, “nos hicimos más amigas”, comentó. Igualmente, Dalia invitó a las personas asistentes a sentir “la fuerza que hay entre nosotros, la fuerza de la resistencia”.
Como trabajo colaborativo, el proyecto de Nosotras Sobrevivientes estuvo acompañado por el grupo músical Lengua de Mapa, quienes se hicieron presentes con una intervención sonora para finalizar la inauguración. Pacha Medina, percusionista de la banda, comentó que para ella la exposición representa mucha valentía. “Creo yo que es un proyecto muy digno y es algo muy fuerte por lo que todas pasamos y no nos damos cuenta también el privilegio que tenemos de ciertas vivencias (…) para mí representa mucha fuerza, mucha hermandad y mucha sororidad”. Al ver la exposición montada, se sintió muy feliz, aunque también le invadió la nostalgia al recordar los inicios del proyecto. “Me encanta que haya gente que pueda ver todo esto, que se alce la voz y que puedan entender un poco de lo que estamos trabajando”. Pacha espera que, al visitar la exposición, las mujeres sientan un poco de luz, que comprendan que no están solas y que, si se unen, pueden con todo.
La exposición, “Nosotras Sobrevivientes: Sostener la Vida Juntas”, estará disponible en la Galería Universitaria en la planta baja del edificio V del ITESO desde el 24 de septiembre al 16 de octubre del 2024.
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