Narraciones para la paz

En Pie de Paz

Por Guillermo Raúl Zepeda Lecuona, Director General del Instituto de Justicia Alternativa de Jalisco y miembro del Centro de Estudios para la Paz del IJA

Acabo de leer el libro de cuentos Aprendamos a resolver un conflicto. Una manera diferente de contarle a un niño, niña o adolescente como solucionar una controversia, que aparecerá bajo el sello editorial de Tirant lo blanch

Disfruté mucho su lectura y no pude dejar de recordar dos libros entrañables que acompañaron mi niñez: el antiguo libro de lecturas de la “primaria mayor”, Rosas de la infancia y el maravilloso Corazón: dario de un niño de Edmundo de Amicis. Acompañé el diario de Enrique y disfruté cada uno de los cuentos mensuales en los que cada uno abordaba un valor. 

En este libro se recogen doce narraciones muy bien logradas, haciendo gala de técnica literaria, que desconocía en destacados miembros de la comunidad de Métodos Alternativos de Solución de Conflictos (MASC) de occidente. En todos ellos se muestran las tensiones en convivencias cotidianas y situaciones conflictivas. 

A las capacidades narrativas de los autores se suma su conocimiento de los medios alternos por lo que hice dos lecturas simultáneas de las historias: pude disfrutar de la trama y apreciar y aprender del desafío técnico. En las narraciones se muestra la estructura e intensidad del conflicto y se aprecia cómo se dan las condiciones para gestionar la voluntad de las partes y lograr el acuerdo: la ingeniería del consenso y la alquimia emocional que alcanza las soluciones de fondo de los conflictos.

Una de las reflexiones que me despertó esta lectura es que los conflictos surgen y escalan en un entorno de indiferencia y apatía. En la mayoría de los cuentos se da la bendición de que aparece un personaje que logra romper ese ciclo de indiferencia y apatía, es el personaje que hace la diferencia (muy posiblemente el alter ego del autor-mediador). Por ejemplo, en “Las gafas de Victoria”, de Héctor Oscar Cardozo, es una maestra perceptiva y cariñosa quien detecta la profunda tristeza de su alumna Vicky a quien su mamá no le permite ver a su papá, después de la separación matrimonial. La maestra no solo simpatiza con el sentimiento y necesidad afectiva de su alumna, si no que empatiza (la antítesis de la indiferencia y la parte activa y resuelta de la mera simpatía pasiva) y habla con la madre de su alumna y la hace consciente de que independientemente de los problemas que haya tenido con el papá de Vicky, su hija, que llevaba una excelente relación con su papá, tiene la necesidad y el derecho de convivir con su padre. El final, lo “spoileo”, es feliz.

Pero la aparición en las historias de esos referentes comunitarios, de esos seres sabios (como Elisa, la majestuosa dragona de las montañas del cuento “Los desacuerdos de un bosque encantado: el totem misterioso” de Víctor Rea) ilustra que en nuestra comunidad, en nuestras sociedades son imprescindibles los gestores de paz, los mediadores, las personas sensibilizadas en la detección de problemas, el mapeo del conflicto, la mediación de las controversias. Personas capacitadas, sensibilizadas y con la determinación de romper esos ciclos de indiferencia. 

Lamentablemente, en otros ámbitos de la sociedad hay todavía muchos maestros, servidores públicos, comunicadores, miembros de la sociedad civil, entre otros, que pasan indiferentes, que dosifican su esfuerzo ante los indicios de problemas y conflictos entre alumnos, vecinos, compañeros de trabajo, ciudadanos; sin comprometerse, sin correr riesgos de sugerir, preguntar, de ofrecer ayuda. En ese entorno de indiferencia y apatía crece el sentimiento de abandono, la tristeza, la frustración, el encono, que llevan a la violencia a la pérdida de la salud mental y hasta el suicidio.

Estas historias muestran cómo la voluntad, la capacidad y la empatía cambian vidas y construyen comunidad. En estas historias hubo afortunadamente alguien atento, dispuesto avezado que hizo la diferencia para sembrar la paz.

Recomiendo ampliamente y sin reservas la lectura de estas bellas historias, que cautivan, enseñan y mueven a la empatía y la acción. Mi reconocimiento por esta sensible aportación para seguir construyendo una paz basada en la empatía y la justicia.

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En pie de paz
Es una columna colaborativa que busca colocar en el debate público la relevancia de la cultura y educación para la paz. Esta columna es escrita por Tzinti Ramírez, Carmen Chinas, Laura López y Darwin Franco.

1 COMENTARIO

  1. Dos ideas:
    1a. Los humanos necesitamos cuentos e historias porque estamos hechos de palabras y hacemos cosas con palabras.
    2a. Comprometernos con el conflicto tiene sus condiciones y posibilidades. En todos los casos debemos recordar que la RETIRADA o DESACOPLAMIENTO es siempre una alternativa pacífica para manejar conflictos.

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