En Pie de Paz
Por Ma Teresa Prieto Quezada, Coordinadora del Doctorado en Gestión de Paz y Prevención de las Violencias de la Universidad de Guadalajara.
Ilustración creada en Ideogram.ai
Una de las tecnologías referentes en los últimos años es la inteligencia artificial (IA), particularmente su innovación de optimizar el trabajo para ejecutar tareas repetitivas o sistematizadas contrario a una persona que necesitaría más tiempo para completar la misma tarea.
Pero también ha destacado una de las referencias más populares de la IA como Chat GPT, el cual sin ninguna intermediación humana puede sobre llevar conversaciones y responder a preguntas con una persona a través de prompts o instrucciones.
De hecho, al consultarle sobre las aportaciones que la IA puede hacer para la construcción de la paz, respondió que entre las más importantes podría estar la detección temprana de conflictos, monitoreo de discursos de odio y educación. Particularmente el punto de la educación es el que puede tener más proyección.
Ayudaría a amplificar un discurso de paz mediante contenidos enviados a distintos grupos sociales por los canales de consulta de información que utilicen. También ofrecer mensajes personalizados a personas que puedan encontrarse en una situación de violencia y le ayude a tomar decisiones adecuadas. como reportarla a una instancia de gobierno o buscar ayuda con otras personas u organizaciones.
Otro aspecto como la detección temprana de conflictos puede cumplirse con la IA, que puede aplicarse en, por ejemplo, una plataforma web o red social donde se presentan con frecuencia agresiones y amenazas, y así prevenir un evento violento de mayor gravedad; uno de los valores agregados es que la IA aprende con la repetición de los procesos y acota de manera más precisa sus actividades y respuestas.
En contraste de sus aportaciones, hay cuestionables efectos del uso de la AI, que radican en su programación siniestra. La AI de Chat GPT, por ejemplo, tiene como fuente de sus respuestas la información que se maneja y distribuye a través de internet y todas las instrucciones que recibe de parte personas, es decir, realmente no explota el potencial de esta tecnología para llegar a ofrecer una respuestas totalmente libres de sesgos humanos, por lo que contribuciones como soporte a víctimas o detección temprana de conflictos podría tener efectos adversos, debido a que siempre tendría una intervención humana con intereses particulares predeterminados desde su programación.
Diversas organizaciones han profundizado en sus beneficios como la organización no gubernamental Institute for Economics and Peace, que ha detectado el uso de la AI para difundir notificias falsas e influir en la opinión pública o uso de máquinas como drones para atacar poblaciones.
Contrariamente a estas actividades, el instituto coincide en que la AI puede ayudar a los procesos de paz a través de análisis de cantidades masivas de información recopiladas en congresos o diálogos por la paz, para transformarlas en propuestas viables, que de otra manera tomarían más tiempo. O analizar patrones de desinformación, incitación al odio y propaganda en línea, donde se presentan señales de alerta temprana de la violencia masiva que, eventualmente, podría incitar.
Ahora más que nunca, en toda discusión sobre la AI debe remitirse a las leyes de la robótica, principalmente: evitar que el diseño de la tecnología dañe a los humanos y que los seres humanos, no la tecnología, son los agentes responsables del mismo.
Por ello la ética en su explotación es un factor clave. El control y punto de vista humano siempre debe ser la base de cualquier desarrollo o implementación de la AI. Aunque una de las características más relevantes de esta tecnología es la capacidad de aprender y ejecutar acciones por sí misma, la programación debe radicar en una visión humanista y responsable. Ya que podría estar mediada por intereses que terminen provocando el efecto contrario: un conflicto entre los grupos de personas interesados en construir la paz.
Por el momento, la investigación aplicada sobre paz en México es limitada, pero la IA puede ser el eje detonador de su amplitud para llevar el discurso a la mayor cantidad de gente posible.