Manos Libres
Por Francisco Macías Medina / @pacommedina (X) / @FranciscoMacias (TG)
Mi maestra de quinto de primaria era una donde la claridad, la disciplina y el cumplimiento de las tareas eran los aspectos más importantes de resaltar, al grado que cada actividad, trabajo independiente o respuesta a una pregunta tenía un valor monetario.
Ella se convertía en una moderna custodia del Banco de México porque emitía billetes de varias denominaciones, de tal manera que en algunos existía acumulación de capital, eran una especie de mini Carlos Slim; todavía me pregunto si en el patio de recreo a través de lonches o bolis, existían paraísos fiscales para obtener mayores ganancias.
En otros, la desesperación y la preocupación por “no contar” con los recursos necesarios para cumplir, forzaba a la existencia de robos, préstamos y amedrentamientos que no eran controlados por la impecable disciplina de la docente.
Algo parecido nos ocurrió con el proceso electoral pasado, el cual, aunque las reglas están claras en las leyes, los actos anticipados de campaña, los impulsos provocados por el marketing electoral, la narrativa de unos contra otros y la utilización de lo público para favorecer a algunas personas candidatas, coloca a algunos en una situación de triunfalismo que pasa por arriba de todos, incluso de personas, evitándose el necesario diálogo.
Otras personas, luego de los resultados electorales inflados por realidades alternas entre ellas las redes sociales, son colocados en el lugar de los engañados, vencidos y sin entender las razones de la situación que están pasando. Los pensamientos impulsan deseos de coraje y de buscar cobrar una deuda que en realidad no existió por tratarse de un cheque en blanco, por lo que la fuente de sus reclamos son aquellos grupos de personas con los que más tenemos desconexión.
La “bursatilización” de la política, nos evita pensar que la incompleta democracia electoral es para gestionar mayorías que tomen decisiones acotadas y vigiladas por la comunidad porque a final de cuentas la representan, no para convertirse en motosierras o nuevas fuentes de deseos o de autocomplacencias como ocurre con muchos de nuestros gobiernos, con todo y video en 4k incluido.
La política a final de cuentas es una herramienta que unida con otros fines y habilidades, como el diálogo, los principios justos y la toma de decisiones, es un vehículo ideal para construirnos como sociedad y salir de los retos en los que nos encontramos.
Lo que actualmente ocurre en el ambiente post electoral, dice mucho de como nos movemos como sociedad, contagiados por lo submarino de nuestras redes sociales le damos más valor a nuestras impresiones que a la evidencia, a la opinión de personas concretas que en entender que en los opuestos se encuentran partes fragmentadas de la verdad, en distinguir el sitio desde donde los actores se pronuncian y si en ellos verdaderamente estamos incluidas todas las personas o sólo una parte de ellas.
Pareciera que la ruta de lo simple ha sustituido a lo complejo de nuestros procesos sociales, lo cual confundimos con lo difícil. Lo complejo es lo que nos ha hecho desarrollarnos como sociedad en nuestros lenguajes, emociones y dinámicas vitales. Pareciera que nos encontramos en permanente fuga para no encontrarnos con ella.
Desafortunadamente para muchos, en esta ocasión no llegará un “Chat MexPT”, que te ayude a desarrollar el argumento, ha llegado el momento de aprovechar la oportunidad de deconstruirnos y al mismo tiempo construirnos de otras maneras. Aquí algunas ideas para reiniciar el camino:
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- Inicia con un diálogo contigo mismo/a, en el que puedas identificar lo que estás observando sin juicios ni valoraciones, los hechos puros: ¿Qué observas?, ¿qué se está moviendo independientemente de ti?; luego será importante que identifiques en ti lo que sientes y necesitas. Háblate como si fueras una persona amiga.
- Entiéndete, vive este momento y date cuenta de que si te detienes te darás cuenta de que todo cambia, por lo que tienes que tomar una decisión: quedarte inmóvil o aprovechar para encontrar la belleza aún en situaciones que pudieran causarte incomodidad o dolor, con lo incompleto que pudiera parecer la democracia.
- Canaliza tu reacción, si esta es de enojo o repulsión, trata de que sea tu combustible para transformarte en una persona ciudadana de tiempo completo, tú y tu comunidad te lo agradecerán.
- Evita las violencias, las provocadas contra ti mismo o las que expulsamos a través de palabras o acciones, recuerda que del otro lado está una comunidad con la que tenemos conexiones más profundas que una playera, un cintillo o un mandil con el logotipo de un partido político.
- Será necesario hacerte preguntas sobre los demás y sus situaciones de vida, así como sus decisiones. Es momento de abandonar nuestra propia isla segura de “nosotros/as mismos/as”, para viajar y encontrar razones que dan cuenta de las actitudes y decisiones de las demás personas. Entender será un nuevo ejercicio para incorporar.
- Vuélvete aficionado a la evidencia, consulta los informes que te proporcionan las notas reducidas de los medios de comunicación, suscríbete a medios independientes, visita páginas de internet de fuentes fiables y estadísticas, aprende de los datos como si fueran tus nuevos tesoros, eso te ayudará a poner sobre la mesa más información para siempre correr el riesgo de abrirnos a la verdad de los otros.
- Reconoce que no tienes toda la verdad y que hay una parte de ellas en los otros que son diferentes a ti. Atrévete a discernir lo que ocurre a tu alrededor.
- Finalmente, si consideras la existencia de un conflicto, intenta dar pasos para construirlo de forma positiva porque es parte de nuestra humanidad, pero sabiendo que hay más rasgos que nos unen de los que nos divide.¡
Como en muchos aspectos de nuestra joven democracia, nos encontramos en un proceso que implica un camino que hay que recorrer, vivir y dar cuenta de él.
Recuerda que la democracia como tal es mayor al sufragio (Lummis), es sólo un medio para que el ser humano desarrolle todo su potencial intelectual y moral, por lo que no hay más remedio que ejercerla. Te deseo toda la suerte ciudadana para hacerlo.