Por Juan Luis García / @CausaNatura
El segundo debate presidencial incluyó por primera vez en estos encuentros la discusión sobre el cambio climático, donde la orientación de las propuestas de las candidatas subordinó el medioambiente al compás de las necesidades de la economía energética, lamentó el Investigador del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Luis Zambrano.
Al entrar a la sección de cambio climático y desarrollo sustentable, la transición energética fue el aspecto más recurrido por parte de las tres candidaturas presidenciales.
Xóchitl Gálvez, candidata por la coalición Fuerza y Corazón por México conformada por el Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido de la Revolución Democrática (PRD) recalcó su interés de instalar 2 millones de paneles solares para que las familias paguen menos dinero en luz.
La candidata de la oposición apuntó que la falta de energía en México está haciendo que las inversiones del nearshoring, en el que se relocalizan empresas en México con miras a exportar a Estados Unidos, se vayan a otros países. “Necesitamos energía limpia y barata”.
Por su parte, el candidato presidencial del partido Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, resaltó la importancia de atraer dichas cadenas de suministro del nearshoring. Ya el 3 de abril en entrevista con Causa Natura Media declaraba que alimentar con luz a las nuevas plantas se haría a través de energías limpias.
De esta cuenta, su propuesta es un modelo basado en energía solar y eólica. “Para eso necesitamos construir infraestructura también”.
Claudia Sheinbaum, candidata de la alianza entre Morena, Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM), apuntó que están considerando avanzar en la transición energética.
Destacó su labor en la CDMX al poner paneles solares en el techo de la central de abastos de la Ciudad de México capaz de producir 19 megawatts.
Entre varias propuestas, Sheinbaum destacó la planta de Puerto Peñasco, que es la más grande de América Latina, con 5 Gigawatts generados por medio de energía solar. Un proyecto que podría abastecer a los Estados Unidos, como lo aseveró el titular de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, en febrero del año pasado.
Para Zambrano la tecnología de las energías verdes puede tener beneficios de eficiencia, pero siempre dejará una huella ecológica.
“Estamos poniendo de nuevo a la economía como el fin último y no como la herramienta necesaria para resolver los programas. Si seguimos poniendo la economía como fin último no va a haber nunca tecnología suficiente para evitar destrozos ambientales, porque toda tecnología por muy eficiente que sea genera destrozos ambientales”, dijo el experto.
Gases de efecto invernadero
Jorge Máynez apuntó que el modelo actual de generación de energía genera el 51% de gases de efecto invernadero ya que está basado en combustibles fósiles, combustóleo y termoeléctricas.
Su intención también es ampliar el uso de las renovables a lo público. Refirió ampliar un programa como el implementado en Hermosillo donde se ponen paneles en escuelas y hospitales.
En lo referente a electromovilidad utilizar energías renovables en el transporte público como ocurre en Nuevo León, refirió. Para esto se propone utilizar todo el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) para electromovilidad y no motorizada. Además de 2 mil 500 kilómetros de ciclovías. “La inmensa mayoría de ciudades no lo tiene”.
Xóchitl Gálvez apuntó que su gobierno cumpliría con el acuerdo de París, para reducir las emisiones que se generan en el país. La propuesta es que hacia el 2030 el 50% de la energía sea renovable, lo que adelanta la expectativa actual de lograr dicho porcentaje hacia el 2050.
“¿De qué sirven grandes proyectos si el aire está contaminado como el que respiran los habitantes de la zona metropolitana de Monterrey y de la zona metropolitana del Valle de México?”, apuntó la candidata de la Coalición Fuerza y Corazón por México.
Sheinbaum reconoció que para aplacar el cambio climático hay que trabajar en la mitigación de gases de efecto invernadero.
“Eso significa reducir las emisiones que provocan el cambio climático. México tiene 1.8% de esas emisiones. Ahí vamos a avanzar en la transición energética”, dijo la candidata del oficialismo.
Destacó que la presente administración ha declarado 44 áreas naturales protegidas que suman 3.1 millones de hectáreas, de las cuales 1.9 millones están en los alrededores del Tren Maya; el programa Sembrando Vida con el que se han evitado 7.45 millones de toneladas de CO2; y la prohibición del fracking.
Para Marco Leopoldo Arellano, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, las propuestas de la candidata oficial son parte de una estrategia de mantenerse cerca de la ruta trazada en el actual sexenio por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Al menos en campaña, dijo.
“Ahorita estratégicamente la candidata no le conviene ni salir de la sombra que le da el paraguas presidencial ni tampoco reñir con las propuestas, las políticas y la línea de la cuarta transformación. No vería estratégicamente a ningún asesor o asesora que le recomendaría a un candidato que lleva esa ventaja en las encuestas”, dijo Arellano.
La transición energética no es todo
Zambrano refirió que los candidatos se concentraron en problemáticas de moda, sin ver el cambio climático como un todo. Explicó que se requieren dos grandes líneas para combatir el calentamiento global que incluyen acciones de adaptación y de mitigación.
Pero los candidatos se han concentrado sobre todo en la última, apuntó.
“La transición energética era un pedacito en términos de mitigación, pero la otra parte de la mitigación tiene que ver también con el mejoramiento en el manejo del territorio porque mucho del manejo del territorio involucra no sólo reducir misiones, sino captar el CO2”,
Respecto a las medidas de adaptación, hubo una ausencia de propuestas en la materia. Zambrano señaló que es fundamental hablar de los problemas derivados del cambio climático con los que ya convivimos como los huracanes, el incremento de incendios y la sequía.
“Tenemos que reducir sus efectos negativos con mitigación, pero tendremos que adaptarnos también. No podemos pensar en economías boyantes y desarrollo económico, en el transístmico, por ejemplo, como lo propusieron por ahí o con el tren maya, o decir lo que necesitamos es darle más facilidad a las empresas, les vamos a poner candados pero les vamos a dar facilidad, no podemos pensar en eso, sin considerar primero el cambio climático y los efectos que ya está teniendo”, apuntó.
Tema incómodo
El politólogo Marco Leopoldo Arellano explicó que la Comisión de Debates del Instituto Nacional Electoral cuenta con la representación de todos los partidos y es ahí donde se acordó que se incluyera cambio climático en el segundo debate.
“Esto viene de la comisión de debates que preside la consejera Carla Humphrey en donde pues el INE que siempre ha tratado de ser un instituto de vanguardia, en el que se discuten temas, pues vamos a decirlo así de gran actualidad y progresistas, decidió incluirlo como parte de este segundo debate en una sección porque al final no encajaba como tal en uno de los tres debates”, apuntó.
Arellano refirió que el cambio climático es un asunto que interesa a la gran mayoría de mexicanos y a nivel internacional, pero que a los políticos les es complicado atender con propuestas puntuales porque es amplio y transversal.
“Si realmente fuera algo que le interesara pues a la autoridad electoral y a los partidos habría que hacer un debate sobre cambio climático, no nada más un tema accesorio y parece que esto es más como para cubrirle el ojo al tema mucho más que realmente ser un desarrollo completo de la problemática”, dijo Arellano.
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Este artículo fue originalmente publicado en Causa Natura Media.
