Explorando el Ikigai: Un viaje en el arte japonés para superar la crisis de identidad

Desde Mujeres

Por Diana J. Navarro / @DesdeMujeres

“Cuando patinamos sobre hielo quebradizo, nuestra seguridad depende de nuestra velocidad”, Ralph Waldo Emerson.

En la actualidad, es común observar a los nuevos adultos inmersos en la constante preocupación por el futuro y la toma de decisiones. El avance tecnológico y la presencia de las redes sociales imponen estándares cada vez más elevados para alcanzar una vida digna (“instagrameable”). Sin embargo, siendo honestos, con frecuencia perseguimos los sueños y expectativas de otros, esperando encontrar la felicidad en algún momento.

Zygmunt Bauman nos advirtió que: “debemos correr con todas nuestras fuerzas para mantenernos en el mismo lugar“, lo cual nos lleva a vivir en una sociedad estresada, con ritmos acelerados y horas interminables de trabajo, bajo la constante amenaza de que alguien mejor que tú pueda reemplazarte en tu empleo o relación. Esto se traduce en vivir con un nivel de autoexigencia y adaptación forzada a los cambios. La suma de todo esto nos ha llevado a vivir desconectados de nuestro verdadero ‘yo’. Pero no te preocupes, no es casualidad que estés leyendo estas líneas; espero que mis palabras te ayuden a vivir un poco más conscientemente cada día.

Recientemente, se ha hablado mucho acerca del IKIGAI. El término proviene del japonés: 生き ‘iki’ significa vida y 甲斐 ‘gai’ significa razón. Héctor García y Francesc Miralles han descrito a esta filosofía como: “la razón para levantarte de la cama cada mañana”. Consiste en encontrar los siguientes 4 factores para vivir una vida más plena y consciente.

1. Algo que te haga feliz: Una de las claves para encontrar el camino hacia nuestra plenitud radica en observar qué actividades disfrutamos hacer y podríamos realizar sin sentir que el tiempo está pasando, incluso podríamos hacerlo sin ningún beneficio económico.
2. Algo que te dé dinero: Si bien es cierto que, como personas independientes en un mundo que requiere pagar facturas y alimentos, necesitamos satisfacer nuestras necesidades básicas. Tener un trabajo es fundamental para solventar gastos, deseos y acercarnos a metas personales.
3. Algo en lo que seas bueno: Identifica qué actividades te hacen sentir realizado y satisfecho, es decir, encuentra ese factor determinante que te hace destacar de los demás, puede ser algo relacionado a tu vocación.
4. Algo que haga el mundo un lugar mejor: Debes identificar alguna problemática social que te cause molestia y actuar en pro de ayudar. Puedes empezar con algo tan sencillo como, por ejemplo, si te preocupa la contaminación, evitar usar productos o utensilios que no contribuyan al cuidado del medio ambiente. Cada paso que des para apoyar este fenómeno te permitirá sentir una mejor conexión contigo mismo.

No es necesario que identifiques estos cuatro en este preciso momento; tomará tiempo conocerte a ti mismo, y es un proceso constante, recuerda que el IKIGAI es expansivo y nunca restrictivo, cuando enfocas en encontrar y trabajar bajo esta filosofía te darás cuenta de que no hay dos personas con los mismos talentos y pasiones. El día que descubrí esta creencia japonesa, no dudé ni un segundo en compartirla con mis seres queridos, y hasta hoy recibo mensajes de ellos diciendo que han descubierto nuevos ‘Ikigais’ en su vida. 

Consejos prácticos para implementar el IKIGAI en tu vida cotidiana y conectar contigo mismo.

1. Comienza el descubrimiento de tu propósito de vida preguntándote quién eres y quién esperas ser: Te recomiendo realizar el siguiente ejercicio: en una hoja, escribe una autodescripción, es decir, redacta cómo te percibes a ti mismo el día de hoy (sin complejos ni tachaduras, al final solo tú eres quien va a leer ese párrafo). Posteriormente, pregunta a las personas más cercanas a tu círculo social cómo te perciben. Te sorprenderá ver cómo cambia la percepción que tienen tu mamá, papá, pareja, mejor amigo, mejor amiga, compañero de trabajo, acerca de ti. Es muy satisfactorio saber que cumples un rol importante en la vida de cada persona que te rodea.
2. Abre tu mente a nuevas actividades e interacciones: La mejor manera de conocerse a uno mismo es a través de los demás. Cuando abrimos nuestra mente a conocer e investigar sobre otras culturas y admiramos la diversidad que nos ofrece el mundo, podemos descubrir que existe una belleza que no habíamos apreciado. Por lo tanto, mi recomendación es viajar, hablar con personas de otras culturas, inscribirte a esas clases que te llaman la atención. Nunca es tarde para aprender algo nuevo, nunca es tarde para empezar a ser tú.
3. Disfruta el momento: Diviértete, trata de conectar con esas pequeñas cosas que te hacen feliz, sigue aprendiendo y sigue desarrollando tanto espiritual como intelectualmente. Rodéate de personas que te recuerden que es una bendición estar vivo. Aprender a valorar lo que realmente importa, suena bastante cliché, pero a lo largo de la vida nuestras preocupaciones van cambiando y es inevitable atravesar momentos difíciles, por lo que es fundamental aprender a conectar contigo mismo siempre que te necesites, porque créeme que, si tú estás bien, todo a tu alrededor estará en sintonía.

Agradezco que hayas leído mis palabras y espero sinceramente que te ayuden a descubrirte a ti mismo y a acercarte a la persona en la que quieres convertirte en esta trayectoria.