Desde Mujeres
Por Sharon Fernández / @shaa_fm / @DesdeMujeres
Afortunadamente tengo grandes amigOs. Ellos me han visto convertirme en la mujer que siempre soñé. Han creído en mí y mi potencial aun cuando yo no podía creer en nada, pero a pesar de que siempre su acompañamiento ha sido desde el amor, han puesto sobre mi una carga de expectativas tremendamente pesadas. Mis amigOs siempre piensan que yo puedo con todo y aunque la mayoría de las veces sí puedo, ha sido muy muy duro sostener la vida.
Pienso que esa expectativa viene de relaciones patriarcales y no los culpo, tampoco me culpo porque ha sido increíble ser cuidada y amada por ellos, también es mágico acompañar sus vidas. Pienso que viene desde la normalización de que las mujeres siempre podemos y ellos (hombres) se la creen. Además de que a algunos les cuesta mucho trabajo, sostener desde la ternura.
Por eso, este texto se lo quiero dedicar a ellas: mis amigas.
Ser mujeres y ser amigas ha sido el golpe más duro que le hemos dado al sistema patriarcal, ese que dice que la peor enemiga de una mujer es otra mujer.
Construir mis relaciones de amistad con mujeres ha sido el acto más conmovedor que hasta ahora he vivido en mis dulces 26 (excepto por el acontecimiento precioso que ha sido convertirme en tía de mi preciosa Mar). Mis amigas han llegado a mi vida de todas partes, de aquí y de allá. Han venido a enseñarme y dejarme enseñarles. Han caminado conmigo un bello camino de transformación.
En la sociedad poco se habla, escribe y canta de la importancia de tener buenas amigas. Y es que, no es fácil. Vuelvo un poco al comienzo: siempre nos han querido rivalizar. Algo precioso que nos ha dado el feminismo es contener ese movimiento de enfrentamiento. No tienes que ser amiga de todas las mujeres, es natural.
Las amigas acompañan diferente que los amigOs porque tienen la capacidad de verte como igual, no esperar más o menos de ti. Nada me hace más feliz que pasar horas hablando con mis amigas, aunque estén del otro lado del mundo y saber que nos acompañamos en la construcción de vidas que nos permitan ser felices.
Mis amigas me han enseñado al pie de la letra la importancia de la lealtad y la reciprocidad. Mis estándares son tan altos en muchas de mis relaciones porque ellas han puesto la vara por el cielo.
He perdido “amigas” que en su momento quise mucho, pero de esas perdidas he tomado las mejores lecciones sobre qué quiero y qué no en una relación de amistad.
Me gusta caminar en un mundo en el que ellas existen, en el que puedan pasar semanas sin hablar, pero el cariño está ahí, intacto. En el que cuando el mundo colapsa, están.
En una vida tan incierta, en un país tan violento, en una sociedad de odio: las amigas son el vinculo que sostiene la incertidumbre, porque sin importar que pase, están.
Me siento fuerte, aunque tenga miedo porque sé que ellas están. Ellas me hacen valiente. Si algo soy es una muy buena amiga y es porque tengo grandes mujeres a mi lado que sacan lo mejor de mí.
En algún momento tuve mucho miedo y puede que flojera de conocer nuevas amigas. Estaba feliz y cómoda con las amistades que había construido en mi vida. Agradezco a las que han llegado en los últimos años para darle un toque de adrenalina y frescura a la vida.
Es importante tener buenas amistades porque esos vínculos son un lazo maravilloso que nace de dos personas que deciden confiar y crecer juntas. Mi apuesta más fuerte es a la amistad.
Sean buenas amigas, acompañen y cuiden porque estarán construyendo ese salvavidas que las haga flotar cuando el mundo las ahogue. Las amigas salvas vidas, no tengo dudas, pero sí pruebas: que yo esté viva es una de ellas.
Las amo.
Y lOs amo por seguir aquí.