La sequía es un fenómeno que ha afectado al estado de Querétaro repetidamente por mucho tiempo, este año especialmente las presas. Sin embargo, ese sólo es parte de un problema mucho más grande.
Por Manuel Martínez, estudiante del Tecnológico de Monterrey, Campus Querétaro.
El estiaje es una temporada comprendida entre los meses de marzo a junio, momento en que las cuencas y cuerpos acuíferos están en su nivel más bajo del año. Desde sus inicios este año, Querétaro ha presentado una sequía y la amenaza inminente de una crisis hídrica. Debido a esto, en los últimos meses se ha tenido principal atención sobre los embalses de agua de nuestro estado. Los cuales han estado reportando niveles bajos e incluso nulos.
De acuerdo con información de la CONAGUA (Comisión Nacional del Agua), hasta finales del mes de julio la totalidad del territorio estatal padecía algún grado de sequía: 63.8% del territorio estaba en sequía moderada y 36.2% en sequía severa. Esto se ha reflejado en las presas, cuyos reportes de almacenamiento han oscilado entre el 0% y el 15%. Varias de ellas declarándose como “secas”.
La página de Monitoreo de Presas y el Sistema de Seguridad de Presas, los cuales permiten ver los niveles recientes de los y las características de los embalses ubicados en México respectivamente
“El uso de las presas de nuestro estado es muy vario y general, se divide en muchos sectores. El riego, lo agropecuario y lo ganadero” nos explicó Claudia Elvira Romero, docente e investigadora, cuyo trabajo se enfoca en el agua como derecho y la democratización de las decisiones hídricas. Comentó que existen numerosas presas en toda la región, algunas incluso con fines recreativos y privatizados.
Actualmente existen 228 presas localizadas en Querétaro, las cuales están registradas en el Sistema de Seguridad de presas de la página web de la CONAGUA. De estas, 19 se reportan fuera de uso. En dicho registro se pueden encontrar características sobre su capacidad, construcción, ubicación, gastos de diseño, organismo responsable, etcétera. El registro también muestra el uso destinado del agua de cada presa. Teniendo en total 135 de ellas para riego y otros usos, 69 de ellas exclusivas para riego; 67 para abrevadero y otros usos, 16 de ellas exclusivas para abrevadero; y 11 contempladas para agua potable y otros usos, cuatro destinados para uso exclusivo de agua potable.
Asimismo, la CONAGUA cuenta con una página de monitoreo de los mismos embalses. Registro que declara las características generales. ubicación y situación actual de las seis principales presas del estado, entre ellos sus niveles de agua. De las cuales, cuatro de ellas han presentado niveles nulos de almacenamiento en las últimas semanas: Divino Redentor / La Llave, La Venta, San Idelfonso/ El Tepozán, El Centenario; y las otras dos sin superar el 15% de capacidad: Hidalgo / Constitucion de 1917 (2.5%), y Los Arcos / El Batán (14.28%).
Otros medios del estado también han reportado 0% de almacenamiento en otras presas del estado, además de niveles muy bajos en otros embalses gracias a información directa de administración local. Entre ellos las presas de Jesús María, en El Marqués y de San Ildefonso, en Amealco.
Toma de acciones
Esta alarmante sequía en presas ha alarmado profundamente a los grupos agrícolas, ganaderos y agropecuarios de la región. Grupos que en años anteriores han sufrido repercusiones por la sequía en forma de pérdidas. Perjudicando los campos de cultivo por la falta de agua para riego e incluso provocando la necesidad de sacrificar animales ante la carencia de agua y forraje.
Esto no es un fenómeno inesperado, ya que en los últimos meses y años pasados, según reportes de la CONAGUA, en el pasado las presas ya habían bajado mucho de nivel de agua, se secándose la mayoría y no subiendo el promedio esperado. Las precipitaciones teniendo un efecto exiguo en su llenado. Esto lo evidencia las múltiples lluvias del mes pasado que tuvieron una captación muy baja de 1% en promedio.
Los métodos para tratar de reducir el impacto de esta sequía han sido varios. Medios del estado reportaron que la SEDEA (Secretaria de Desarrollo Agropecuario) prometió un programa de apoyo a productores ganaderos de la región en forma de maíz, pacas o pipas de agua. El presidente municipal de San Juan del Rio, Roberto Cabrera, declaró que los pescadores afectados por la falta de agua en sus dos presas de la entidad serían apoyados por la Secretaría de Desarrollo Agropecuario Municipal para establecer estrategias que los ayuden a salir adelante. Sin embargo, las presas secas solo es una parte del problema.
Sólo una parte del problema, ¿dónde más falta agua?
Claudia Elvira Romero nos informó que aún hoy en día en Queretaro, múltiples municipios de la zona circundante a la metrópoli sufren de algún problema de desabasto de agua. Y que aunque el problema de las presas secas es importante, de alguna manera opaca la escasez de agua y sus causas. Una problemática ampliamente investigada y divulgada por el grupo del que forma parte: Bajo Tierra.
Bajo Tierra, un proyecto cuya meta define el “poner el saber académico y popular al servicio de la acción ecológica en favor de la vida en la ciudad de Querétaro, personas académicas, artistas y activistas trabajando de forma colaborativa para la conservación y defensa de nuestro territorio”. Numerosas publicaciones del grupo se han centrado en el análisis de la gestión integral del agua en el estado de Querétaro. “Escasez provocada en la Zona Metropolitana de Querétaro” siendo el más reciente en publicación (2023) y el más riguroso en el estudio de las causas y consecuencias de este fenómeno.
“No de una manera maligna y malintencionada, pero el hecho de que tantos medios se concentren sobre el tema de las presas hace que se olviden de la otra problemática” nos comentó, haciendo alusión al hecho de que 9% de hogares conectados a la red de agua potable no tienen servicio durante entre 3 y 8 horas al día. Distintas colonias y residenciales de la ciudad que han reportado problemas habituales o prolongados de desabasto de agua en los últimos cinco años.
“No hay agua en la llave dos o incluso tres días seguidos. Este año está peor, años anteriores eran unas 2 o 3 horas. Ahora hay mucho más desabasto en toda esta zona” Declaró una dueña de una carnicería ubicada en San Pedrito de Peñuelas, uno de los 17 municipios que el año pasado declararon tener problemas en su red de abastecimiento en encuestas y entrevistas de Bajo Tierra.
Si bien hubo varios que mencionaron que el desabasto ya era menor comparado con el año pasado. Hubo muchos que comentaron que el servicio aún era irregular a pesar de tener un centro de la CEA (Comisión Estatal de Aguas) a pocas cuadras. “Nos afecta mucho ya que no tenemos el recurso para la higiene del negocio y es un gasto enorme el de una pipa” compartió un dueño de un abarrotes del mismo municipio.
“La gente tiende a ver al agua como un objeto. Una cantidad que da por hecho. Y olvida el aspecto del agua como dinámica natural. Como parte de un proceso del ecosistema donde cae, se filtra, se conjunta, se extrae y llega a nuestras manos”, nos explica la investigadora de Bajo Tierra para describir el pensamiento detrás del sistema de abastecimiento actual en Queretaro.
El procedimiento de gestión hídrica ocupado para nuestro sistema de distribución de agua es el de trasvase. La transferencia de agua de reservas acuíferas principalmente por medio de acueductos a embalses. Sus altos costos económicos y numerosas consecuencias socioambientales (desertificación, flujo de lodo, daño a los cultivos, pérdida del paisaje y disminución de la calidad de la conectividad ecológica) lo vuelven un sistema perjudicial a largo plazo.
El Acueducto II es evidencia de ello, teniendo una alta ineficacia en su uso, en su objetivo de conservar el acuífero abatido de Querétaro, y en su proyección de operatividad que lo declaraba como único ducto que se necesitaría construir en 30 años.
Las conclusiones del grupo BT sobre la escasez provocada son que la sobre explotación, contaminación, urbanización y acaparamiento del agua están vulnerando la subcuenca que habitamos; ocasionando que las sequías e inundaciones sean más frecuentes y severas; que la infiltración y recarga de las reservas de agua se este minimizando hasta desaparecer; y que haya presencia de estrés hídrico y desabasto en el estado de Querétaro.
El año pasado, la CEA había discutido la posibilidad de implementar tandeos como medida para resolver parte de los problemas de la crisis hídrica. Al preguntarle a la investigadora de Bajo Tierra sobre estas medidas esto es lo que nos respondió:
“En general los tandeos tienden a terminar como un criterio más social y selectivo de a quién dar el agua. Asimismo conllevan el estandarizar la necesidad personal del agua. El uso de agua potable de dos roomies sin hijos es muy diferente al uso o necesidad de una familia con hijos o alguien con adultos mayores”.
La investigadora recomendó, por otro lado, tomar una de las acciones implementadas hoy por el mismo organismo estatal. La cosecha de agua, es un proceso en el cual se consigue el recurso y a la vez se logra el objetivo de regenerar el suelo y el espacio afectado. Esto para poco a poco conseguir una restauración de la filtración del mismo.
Sin embargo, estas medidas son a fin de cuentas, sólo un impacto mínimo de restauración. Lo único que podría cambiar a mayor medida esto sería un cambio del manejo de gestión hídrica que permita la conservación de la subcuenca acuífera que habitamos
Por último Claudia Elvira Romero nos dijo:
“Hay que hacer que la gente se olvide de la idea del agua como un grifo, un recibo, o una pipa que conseguir; y que lo empiece a ver como el recurso invaluable que hay que proteger”.
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Este reportaje fue realizado en el marco del Bloque de Producción periodística convergente del Tec de Monterrey Campus Querétaro, del cual ZonaDocs fungió como socio formador.