El 23 de junio se presentó en el Mono Sílabo Café, el libro Clave 11. Diario de un fotógrafo de nota roja de Rafael Durán, un libro donde se presenta desde la experiencia propia de su autor el día a día de un fotógrafo de la nota roja, sus sentimientos, pensamientos y con un poco de ficción asomarse a una realidad de “escribir con prisa antes de que la muerte toque la puerta”.
El libro ha sido presentado desde noviembre de 2022 en el Encuentro Cultural FICO México, así como en los estados de Chiapas, Estado de México, Ciudad de México, Puebla, Querétaro y Guadalajara, teniendo un gran recibimiento.
Por Alondra Angel Rodriguez / @AlondraAngelRo
La Cruz Roja utiliza “la clave 11” para atender emergencias médicas; por ello, es que el fotoperiodista Rafael Durán decidió tomar este número para nombrar a su libro: “Clave 11. Diario de un fotógrafo de nota roja”, el cual retrata el andar de los periodistas que reportearon los servicios de emergencia, a quienes se les conocen como: “Los 11”.
Rafael Durán, desde el auto-exilio en la sierra de Puebla, ideó esta obra para seguir contando historias: “después de retratar la violencia durante tantos años era importante aterrizar algunas inquietudes y dialogar con algunos fantasmas que lo siguen a uno cuando deja de retratar la muerte”, expresa.
Agrega que la creación de este trabajo fue bastante rápida, ya que la necesidad está de por medio: “cuando hay una necesidad de contar historias, fue rápido aterrizarlo porque yo me sentaba frente a los archivos y de ahí salía el recuerdo de cada una de las coberturas”.
Esta necesidad de contar historias se remonta a cuando Rafael tenía entre 8 y 12 años, edad en la que presenció la violación a una mujer indígena por parte de 15 militares; es de ahí que nace su indignación y se da cuenta que necesita escribir historias, contar lo que veían sus ojos.
“De ahí el encabronamiento, las ganas de contar historias, desde ahí mis ojos quedaron marcados, desde ahí decidí contar historias, desde abajo, no la historia oficial, sino lo que está sucediendo en mi barrio”, expresa Rafael.
Luego de esto, Rafael trabajó durante 30 años como periodista, no sólo en nota roja, sino que también en otros temas como el Zapatismo, el Ejército Popular Revolucionario (EPR) o temas migratorios; hasta que, en 2018, salió amenazado al cubrir temas relacionados con el huachicol o, incluso, a la experiencia de casi perder la vida, lo que la hizo auto-exiliarse en la sierra donde realiza trabajo comunitario.
“Hay un fantasma que me sigue, abro mis archivos y hay muertos, abro una y otra carpeta y hay muertos, entonces quise aterrizar eso que no me dejaba dormir”.
Este libro, considera, también ayuda a una necesidad económica, ya que todos los proyectos realizados de manera auto-gestiva, por lo que cada libro que se vende se convierte en recursos para seguir realizando proyectos comunitarios en la sierra de Puebla y otros estados como parte del colectivo Casa Click.
Este es el cuarto libro del colectivo Casa Click, los otros trabajos son: Mirando al pajarito, Letratos y está próximo a presentarse “Wey, mi pared”.
Además, se están realizando otros proyectos; por ejemplo, una brigada musical para infancias y juventudes en Tlaxcala, con el cual se busca poco a poco llegar a más personas por medios de comunicación diferentes a los tradicionales, ya que Rafael Durán comenta que es bastante difícil el poder hablar de lo que uno ama o de la realidad en estos medios.
El autor considera que el trabajo de un periodista de la nota roja y, en general, tiende a ser sumamente violento, por dentro y por fuera, ya que los periodistas deben enfrentarse a la violencia laboral, a ambientes hostiles y, muchas veces, las y los periodistas no son bienvenidos:
“A la nota roja nadie te invitó, distinto al espectáculo o rueda de prensa, no eres bienvenido, nadie te está esperando y tu llegas y de alguna manera te conviertes en un intruso. Hay agresiones, por supuesto y muy naturales y entendibles, no es normal que alguien llegue a retratar a un muerto”, expresa.
Es por ello que Rafael Durán considera que hace falta una autocrítica de los medios de comunicación, una mejora de las condiciones laborales, además de desarrollar protocolos de seguridad digital y personal, así como protocolos de salud mental para poder sobrellevar esta labor y darle dignidad.
Al respecto, el fotoperiodista comenta que para poder sobrellevar toda la carga emocional realiza desde hace ya varios años trabajo comunitario; por ejemplo, impartía talleres para niñas, niños y jóvenes para que la fotografía sirviera como herramienta de cambio por infancias libres de violencia. Muchos de estos trabajos los realiza a través de su personaje de Señor Click.
“Eso también te da esa pila (energía) de decir, todo lo que estoy viendo no me va a llevar al alcoholismo o la drogadicción, todo eso no me va a llevar a la depresión y a la tristeza. Salgo y me convierto en un soñador en las calles y con esos sueños trabajo con niños, ancianos, campesinos, jornaleros agrícolas, migrantes y de norte a sur”, comenta Rafael.
Clave 11. Diario de un fotógrafo de nota roja está estructurado en 12 capítulos, los cuales representan cada mes del año, a la manera de un diario, así desde la narración de las experiencias de vida del propio Rafael Durán en sus años como fotógrafo de nota roja, además también incluyó un poco de ficción: “para que la realidad no salpique de sangre a los lectores”.
Rafael Durán comenta que este libro representa un cierre a un pasaje largo por la nota roja, pues le permite descansar de todo lo que implica realizar este trabajo, ya que pareciera ser que lo que uno ama hacer no está permitido. Además de que considera que este tipo de trabajos evidencian problemas de la sociedad y que puede ayudar a formar a las juventudes.
“Estoy vivo y creo que el camino que puedo hacer y proponer ante una sociedad es de formar juventudes que salgan comparten”.
Rafael Durán no espera que sea un libro que sirva como guía de seguridad para periodistas, sino que busca reflejar algo más allá de la tragedia que implica el hacer este trabajo:
“Es una parte personal y lo que en algún momento quise contar es que detrás de una cámara que retrata sangre hay un ser humano que tiene emociones, pasiones y cotorreo, en la nota roja es muy importante no perder la sonrisa”, expresa el autor.
El libro puede ser adquirido en preventa, lo que da la ventaja de incluir tu nombre como editor solidario; al respecto, Rafael Durán considera que los recursos que se obtendrán se convertirán en ladrillos para el trabajo que hacen en la montaña; “no queremos libros para guardar en cajas, sino para convertirlos en materiales que necesitamos en la montaña, la necesidad te hace creativo”.