Reportaje
La acumulación y recolección de la basura en Jalisco es un gran problema, pero también es un muy buen negocio donde el nombre del políticos “Beto Casas” sale a relucir.
Por Michel Zamora
Don Luis, 79 años, ha sobrevivido por dos décadas criando ganado entre bolsas de plástico que terminan destrozando los estómagos de sus animales; ha soportado el hedor del humo de basura incendiarse por las noches; ha visto escurrir el líquido negro del vertedero que envenena el agua. Son los desperdicios que le arroja toda una ciudad: Ya no recuerda cuándo fue el día en que el basurero municipal apareció a 70 metros de su casa.
Cada mañana se levanta sin saber que el dueño de la empresa operadora de aquellas montañas de basura frente a su casa es un político ambientalista, el cual, alguna vez confesó haber experimentado con el uso de lixiviados en los campos cercanos a los vertederos que controlaban.
El 27 de Mayo de 2008, fue el día que marcó a Lagos de Moreno en materia ambiental: una nube de humo se vio acompañada de un olor a “plástico quemado” desde las ventanas de los salones de clases. De nueva cuenta el basurero municipal se incendiaba. Las comunidades aledañas, San Jorge y el Tepetate, percibieron nuevamente ese hedor. Ahora, por primera vez, significaba una alerta ambiental para toda la ciudad: por cuatro días evitar las actividades al aire libre.
La gran paradoja es que este relleno sanitario, incendiado en múltiples ocasiones y rodeado de malos manejos, ha sido uno de los negocios promovidos por un político que cultivó su carrera como defensor del medio ambiente. José Alberto Casas Reynoso fue en su momento director general de la empresa Enerwaste, concesionada a cargo del vertedero de Lagos de Moreno desde el año 2008. Además, su esposa Josefina Jiménez López es uno de las cuatro propietarios de la compañía.
Casas Reynoso también asesoró en el congreso a la bancada panista cuyos miembros fueron alcaldes encargados de darle concesiones para el manejo de la basura a su empresa.
La opacidad de un político y empresario «ecologista»
Candidato por el Partido Verde en 2004; candidato a la presidencia municipal de El Salto, Jalisco, por Movimiento Ciudadano en 2018; diputado por movimiento ciudadano en 2018; jefe de proyectos especiales en la comisión estatal del agua; y candidato a la alcaldía en el municipio de Tlaquepaque, Jalisco por el PES en 2021, son los momentos a destacar en la carrera política de Casas Reynoso, ex-director y propietario de la empresa Enerwaste a través de su esposa.
Sus primeras apariciones en los medios se dieron cuando se presentó como director de relaciones públicas de Enerwaste en el año 2007.
La empresa Enerwaste fue creada el 20 de junio de 2007 en Zapopan Jalisco teniendo como socios a 4 personas: Alejandro Loza Sánchez, Marcela Raquel Cabeza De Vaca Ramírez, Gerardo Wilmot Morales y Josefina Jiménez López.
Josefina Jiménez López, socia de la empresa Enerwaste y esposa de José Alberto Casas Reynoso, se muestra en sus perfiles de redes sociales y demás medios como “Toty” Jiménez López. Mientras que su esposo pasó de presentarse como Alberto Casas a ser «Beto» Casas.
La primer aparición pública de “Toty” Jiménez y Casas Reynoso es un documento donde aparecen respectivamente, ella como suplente y él como candidato en el año 2003 en la lista de aspirantes por el partido verde en el distrito 07.
Fue en 2007 que comenzó el trayecto de la pareja de empresarios, Josefina Jiménez como propietaria y Casas Reynoso como director en la empresa Enerwaste, a la que tan solo 4 meses después de iniciado su registro ya tenía su primer contrato de concesión por 20 años en el municipio de Zapotlanejo.
Concesionario y Asesor de políticos
“Me tocó haber sido asesor de muchos políticos, alcaldes, diputados, y lo que aprendí es: qué es lo que no debe de hacer un presidente municipal”, declaró Casas Reynoso en 2012 mientras aparecía ante los medios como presidente de la asociación civil “Contacto Verde”, la cual fundó junto a un grupo de ex militantes del Partido Verde. Ese mismo año hace pública su adhesión a Movimiento Ciudadano.
Casas Reynoso, pese a haber sido candidato a la presidencia municipal de San Pedro Tlaquepaque en 2021 y ocupado diversos puestos públicos en distintos partidos políticos, durante los años en los que a su vez ha sido propietario a través de su esposa de la empresa Enerwaste, concesionada en distintos municipios en Jalisco, nunca ha autorizado hacer públicas sus declaraciones patrimoniales ni de conflicto de intereses.
La ley de transparencia en el estado de Jalisco obliga a los funcionarios a presentar sus declaraciones patrimoniales y de conflicto de interés, sin embargo, esta ley permitía, antes del año 2021, que los funcionarios tuvieran la última palabra al momento de autorizar la versión pública de sus declaraciones.
Al borde, vivir detrás de un basurero
A las afueras de la ciudad, en una pequeña parcela camino a la temida sierra de Comanja – conocida por las fosas de cadáveres encontrados y ser un campamento del Cártel Jalisco Nueva Generación – rodeado de montañas de basura, Don Luis ha perdido la esperanza de ser escuchado.
En la década del 2005-2015, mientras Casas Reynoso ascendía paralelamente en el mundo empresarial y el de la política en Jalisco, Don Luis tuvo que incorporar nuevos hábitos a su rutina diaria: recoger cada mañana las bolsas de plástico que se esparcen del relleno sanitario para evitar que se las coman los animales; traer agua con una manguera desde 800 metros para que tome el ganado, ya que, el estanque del que bebían, se lleno de lixiviados. En tiempos de calor taparse la nariz para evitar el hedor a basura podrida del tiradero a cielo abierto.
“Se vuela todo el bolserío y cuando cortamos la milpaen lugar de darles tenemos que encerrar a los animales en el corral, para juntar toda esa bolsa, ¡sino se comen las bolsas! se nos han muerto muchas vacas”, precisó Don Luis, 75 años
«Yo no soy baboso, pero ese que esta haciendo esas cosas, tráiganlo para que vea el agua como está. Y si es el encargado del basurero, ¡tráiganlo para que vea cómo está el agua!, sentencia Don Luis al señalar el estanque de agua que alimentaba su casa al borde del basurero.
El rastreo de los malos manejos en el vertedero se remonta al año 2012. Al mismo tiempo que el municipio de Lagos de Moreno recibía la denominación de Pueblo Mágico, uno de los más emblemáticos del estado de Jalisco, el propio ayuntamiento señalaba en su plan urbano lo que durante lustros ya venía padeciendo la comunidad de San Jorge: “Los rellenos sanitarios se manejan con deficiencias, presentando contaminación de los predios vecinos debido al acarreo que el viento hace de los desechos, al escurrimiento e infiltración continua de lixiviados y al peligro de incendios y contaminación del aire«.
En 2017, tras realizarse una inspección en el basurero por parte de la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (PROEPA) se comprobó que el relleno sanitario operaba fuera de la norma federal NOM-083: la cobertura no era correcta, había fuga de lixiviados, fauna nociva y basura dispersada en los alrededores. (Ver documento)
En Mayo de 2018, debido al incumplimiento de las medidas correctivas impuestas por la PROEPA, se declaró una clausura parcial del relleno sanitario. Tan solo una semana más tarde el vertedero se incendio por más de 3 días, desatando la primer alerta ambiental en el ahora recién nombrado pueblo mágico.
El doctor Omar Arellano Aguilar de la facultad de Ciencias de la UNAM, quien realizó una evaluación de riesgo ecológico tras los incendios que duraron más de 5 días en el vertedero de Los Laureles en Guadalajara, Jalisco, menciona que:
«Cuando se quema basura, se generan sustancias que al entrar en contacto con seres vivos causan problemas de salud a largo plazo como enfermedades cardiovasculares, pulmonares y en exposiciones crónicas incluso pueden causar cáncer pulmonar. En estos incendios están presentes las partículas de 2.5 micras, estas son un problema real ya que son las que alcanzan a entrar a los pulmones y afectar los alveolos”.
Alicia, maestra de la Tele-secundaria Macedonio Ayala, asegura que, en sus más de 10 años trabajando en la comunidad, ha notado un aumento de complicaciones respiratorias en alumnos e incluso en animales como los perros que abundan en los alrededores del vertedero, los cuales, además, son un problema de fauna feral para muchos vecinos, ya que se forman jaurías de perros abandonados que atacan a otros animales.
«Hay varios estudios donde se muestra que en la ceniza después de la combustión de basura se pueden encontrar residuos de mercurio y metales tóxicos como el cadmio, el cromo y el cobre, esto genera problemas respiratorios, cuadros asmáticos y reducción de la función pulmonar. Existen evidencias de que, muchos de estos compuestos tóxicos a los que nos exponemos con la quema de basura, incluso podrían causar daños en los niños en gestación puesto que pueden alcanzar los vasos sanguíneos y atravesar la barrera placentaria» dijo en entrevista el Dr. Omar Arellano.
Para Macario, Carmela y Mario, habitantes de la comunidad de San Jorge colindar a poco más de mil metros del relleno sanitario, ha representado ver con frecuencia en temporada de lluvias un líquido negro escurrir por los canales y pastizales. «Es el jugo de la basura» denuncian con repugnancia.
Todos los días Mario entra al basurero con una decena de vacas, atraviesa la malla perimetral rota en la zona sur del vertedero por la que ingresan también pepenadores, jaurías de perros y “maleantes” que, como aseguran los trabajadores de la empresa Enerwaste, son los que terminan “provocando” incendios en el basurero.
Una vez dentro, Mario gira a la derecha esquivando los charcos llenos de brotes de jugo negro de la basura y las celdas contenedoras de lixiviados para subir a un terraplén y llevar al ganado a pastar hasta perderse de vista desde el otro lado de las montañas de basura.
Nadie recuerda la fecha exacta, pero todos ellos sostienen que en algún momento toda la comunidad, acompañada de José Luis Medrano, ex-director de la tele-secundaria de San Jorge, juntó firmas para reclamar al ayuntamiento y solicitar que les retiraran el basurero de su comunidad y de los escasos 1123 metros que los separan de la escuela tele-secundaria Macedonio Ayala. Nadie los tomó en serio.