#HazDeporteComoNiña
Diana Ibarra Muñoz, 22 años. Beisbolista e integrante de la Selección Mexicana de Béisbol Femenil.
Por Mariana Recamier
Ilustración por: Alejandra Artiga | @loopartdesign
Diana Ibarra Muñoz, a sus ocho años, ya bateaba, pichaba, ensuciaba su ropa, aprendía todo sobre béisbol en un campo baldío de Pegueros, un pueblo de los Altos de Jalisco conocido por sus índices de migración y claro, por sus peloteros.
Más de diez años después, en 2019, Diana pasó a portar un casco verde con una “M” en la parte frontal y vestir una casaca del mismo color con la palabra “México”, a nivel del pecho. Como ahora integrante de la Selección Mexicana de Béisbol Femenil, una de las imágenes habituales de Diana es aquella donde sujeta el bat detrás de la cabeza mientras ve de manera fija la pelota que será lanzada por su adversaria.
“Son momentos que no crees que ibas a vivir, pero los vives y hasta se te eriza la piel de tan bonito que se siente que la gente te apoye sin saber quien eres…Yo lo hacía por amor al deporte porque dije aquí es un pueblo muy chiquito y no creo que nunca vaya a sobresalir a algo más grande”.
El camino fue largo desde las cascaritas hasta llegar a la Selección Nacional. Cuando tenía 14 años, unas chicas crearon un equipo femenil en Pegueros y la invitaron a sumarse. Jugó dos temporadas y comenzaron a llegar otras oportunidades: la liga de Tepatitlán, la de Valle de Guadalupe, el equipo de Jalisco e, incluso, el de Baja California, con quien ganó el campeonato nacional en 2018.
Luego de ese recorrido, hubo convocatoria para las mejores jugadoras de las competencias nacionales. La llamaron, hizo una serie de pruebas y lo siguiente fue el casco verde y escuchar las ovaciones en el estadio de Aguascalientes, donde debutó como seleccionada nacional.
También enfrentó problemas que no tenían relación con su talento. No asistió al juego de la selección en República Dominicana porque le avisaron doce días antes del viaje y no tenía credencial ni pasaporte.
Además, a diferencia de los hombres, quienes tienen recurso para todo el proceso, Diana comenta que, cuando reciben la convocatoria para formar parte de la Selección Nacional, las mujeres pagan de su bolso los viáticos para llegar a los puntos de encuentro.
“No creen que podemos destacar en algún deporte, somos machistas y creemos que el béisbol es sólo para hombres y que las mujeres sólo pierden el tiempo y no van a llegar a nada”.
Ahora, a sus 22 años, juega en el equipo Valle femenil integrado por cuatro mujeres más y siete hombres. También forma parte del equipo de sóftbol Sox en Guadalajara. Además, fue la primera mujer en participar en la Liga Regional Alteña varonil.
“Hay muchos comentarios machistas, pero si me invitan es porque tengo la capacidad y acepto porque sé que puedo hacerlo a lo mejor no igual que ellos, pero a mi manera y bien”.
La vida de Diana es el béisbol. Cuando no está en un partido, entrena o va al gimnasio para que su cuerpo siempre esté preparado para alcanzar las pelotas; también trabaja y cuida a su mamá. Sus objetivos son participar en los campeonatos nacionales y en la selección mexicana todas las veces que se pueda.
“Mi mayor sueño es representar a México en un mundial y servir como inspiración para que niñas se animen a jugar. Los límites solamente nos los ponemos nosotras y si nosotras estamos seguras de que es lo que queremos, lo podemos lograr… Va a haber tropiezos y de ellos debemos aprender y siempre seguir adelante… Podemos demostrar que nosotras también tenemos las cualidades que tiene un hombre para ser alguien en cualquier deporte”.
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#HazDeporteComoNiña, periodismo narrativo sobre desigualdades que viven niñas, adolescentes y mujeres en el deporte” es un proyecto ideado por Fundación Marisa en el que ZonaDocs colaboró con el reporteo y redacción de los perfiles de mujeres deportistas.
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¡Qué chulada de historia!