Pesimismo Esperanzador
Por Jorge Rocha, académico del ITESO / @JorgeRochaQ
El proceso de militarización de la seguridad pública comenzó en el sexenio de Ernesto Zedillo, continuó en la gestión de Vicente Fox, se acentuó con la presidencia de Felipe Calderón, luego Enrique Peña Nieto siguió en la misma política y ahora con Andrés Manuel López Obrador la presencia de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública se agudizó y profundizó.
Pasamos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al Partido Acción Nacional (PAN), de regreso al PRI y ahora con el Partido de Regeneración Nacional (MORENA) y las políticas de seguridad no sólo no cambian, sino que permanecen y se profundizan; y hasta ahora no hay resultados convincentes ni contundentes. La promesa de que algún día habrá seguridad no se cumple y la violencia persiste y encuentra nuevas formas para expresarse. No es una cosa de partidos, es una dinámica que la clase política (toda) ha sido incapaz de frenar.
Además de que las tendencias no mejoran, una de las mayores críticas al proceso de militarización de la seguridad, ha sido que las Fuerzas Armadas no tienen la preparación para hacer estas labores y por ello, en no pocas ocasiones, se actúa de forma desmedida y violando derechos humanos. Este riesgo ha sido demostrado por grupos defensores de derechos humanos desde hace años, sin embargo las acciones que adoptó el Gobierno Federal en la materia no tomaron en cuenta estas advertencias y no generaron las medidas para evitar posibles tragedias.
Los hechos acontecidos hace unos días en Nuevo Laredo, Tamaulipas, apuntan a ser una prueba más, de que no es buena idea que los militares anden en las calles haciendo tareas policiales. En este caso se están presentando situaciones muy preocupantes: hay cuatro jóvenes asesinados y uno herido, priva la desinformación en torno a los hechos y las narrativas de los militares parecen no cuadrar con las investigaciones. Al menos hasta ahora, no hay justificación de la reacción desmedida de los soldados y de ninguna forma, lo que pudieran haber hecho estos jóvenes, es una razón para que hoy estén muertos. La reacción de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) ha sido errática y por el bien de todas y todos, es necesario que se investigue a fondo lo que sucedió, pero, sobre todo, que se ponga en tela de juicio esta política de la presidencia, que al menos hasta ahora, parece que no tendrá marcha atrás. Se ha dicho hasta la saciedad que es necesario fortalecer las policías municipales, que los cuerpos de seguridad de los estados cuenten con mayores herramientas y que en todo caso, las Fuerzas Armadas realicen los operativos más estratégicos. Nadie está en contra de los militares y los marinos, lo que no está bien es que hagan una labor para la que no están preparados y capacitados. Volviendo al caso de Nuevo Laredo, es fundamental que se haga justicia, que se deslinden responsabilidades y si los militares cometieron un delito, que sean sancionados conforme a la ley.
Post Data 1. El llamado plan B de la reforma electoral fue publicado en el Diario Oficial de la Federación; y ahora veremos como avanza la batalla jurídica, sobre todo para aquellos que serán despedidos del Instituto Nacional Electoral (INE) y que muy seguramente interpondrán recursos legales para mantenerse en sus cargos. También veremos en las siguientes semanas cómo la Suprema Corte de Justicia de la Nación, resuelve los procesos jurídicos que se han colocado para pedir la inconstitucionalidad de esta reforma, que algunos anticipan, será echada para atrás por atentar contra la Carta Magna. Por lo pronto mientras son peras o son manzanas, el INE entrará en la mayor turbulencia desde que fue creado.
Post Data 2. Hace unas semanas la Zona Metropolitana de Guadalajara sufrió de una terrible contaminación derivada del primer incendio en el Bosque de la Primavera. Afortunadamente parece que este siniestro no generó daños mayores, pero es una fuerte llamada de atención para cuidar nuestros bosques en la temporada de estiaje. Varios especialistas comienzan a dar sugerencias e iniciativas para prevenir desastres mayores y las autoridades harían muy bien en escucharlos porque no nos podemos dar el lujo de permitir mayores afectaciones a este pulmón estratégico de la ciudad.
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