#HazDeporteComoNiña
Nuria Diosdado, 32 años,
Capitana de la Selección Mexicana de nado sincronizado
Por Mariana Recamier
Ilustración por: Mónica Soria | @moo.soria
Nuria se escapa de sus padres en un club deportivo de Guadalajara. No le tiene miedo al agua, nada desde los dos años y ya tiene cinco. Entra a la alberca donde otras niñas no sólo flotan o avanzan de una orilla a otra; bailan, mueven sus brazos y piernas siguiendo la música, practican un deporte que ella ve por primera vez: el nado sincronizado. Las observa y decide que también quiere hacer eso. Cuando sus padres por fin la encuentran, le preguntan si quiere entrar a clases, contesta que sí sin dudarlo.
Asiste a clases durante seis años, ama la música y nadar. Avanza poco a poco en el deporte y destaca entre sus compañeras, pero aún no lo ve como algo a lo que podría dedicarse por completo. Después, a sus 12 años, sus padres la invitan al X Campeonato Mundial de Natación que se realiza en Barcelona. Desde las gradas ve competir a la francesa Virginie Dedieu y la española Gemma Mengual. La primera se convierte en campeona mundial en ese evento deportivo. La observa girar lento bajo el agua al ritmo del tango “Hernando’s Hideaway” y mover sus hombros mientras suenan las castañuelas.
“Necesito nadar como ellas”, dice Nuria a sus papás cuando regresa a México. A partir de ese momento, a su manera y posibilidades, imita las rutinas de Dedieu y Mengual. Es ahí cuando decide que dedicará su vida al nado sincronizado e invertirá todo lo que sea necesario para llegar tan lejos como ellas.
A los 16 años se acerca a esa meta, participa en campeonatos mundiales y es constante, todo va bien hasta que en 2010 enfrenta el problema más importante de su carrera. En los XXI Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Mayagüez, Puerto Rico, gana medallas de oro, pero cuando vuelve a casa se le notifica que dio positivo a clembuterol, sustancia prohibida en las competencias porque, entre otras cosas, acelera el crecimiento del tejido muscular.
Nuria acude a un juicio en Suiza para defender su caso, en lugar de tener dos años de castigo fuera de los juegos, sólo le dan uno. Argumenta que había estado enferma de la garganta y había consumido, sin saber, un medicamento con clembuterol.
“Siempre dije la verdad y eso me hizo poder pasar el mal trago de la mejor forma porque sabía que había sido un error y que tenía que enfrentarlo y que podía enfrentarlo continuando y yendo a más competencias a limpiar mi nombre o diciendo hasta aquí llego”, cuenta Nuria.
Cuando pasa ese año, regresa con más impulso a bailar en el agua. En la edición del 2014 de las competencias centroamericanas, gana siete medallas de oro. Sus triunfos permiten que la delegación mexicana quede en segundo lugar por debajo de Cuba. En una de las rutinas, acaricia una de sus piernas mientras el resto de su cuerpo desaparece en el agua y Nina Simone canta: “It’s a new day, It’s a new life for me and I’m feeling good”.
Desde entonces, Nuria tiene una carrera sin tropiezos. Ha participado en tres Juegos Olímpicos: Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020. Ahora es capitana del equipo mexicano de nado sincronizado. No se queda quieta, siempre viaja hacia una competencia o para visitar a su familia.
Además de su larga trayectoria en natación, tiene una licenciatura en administración de negocios y una maestría en mercadotecnia; y ya casi termina otro posgrado en consultoría de imagen pública. Uno de sus sueños es crear clínicas o campamentos para enseñar a niñas, niños y otras nadadoras el arte del nado sincronizado.
“Mi consejo para los niños y niñas que quieran dedicarse a esto sería que lo prueben, que no se desesperen, no es un deporte donde sea fácil o rápido avanzar, nado sincronizado es un deporte que tienes que gozar, se necesita invertir muchas horas”.
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#HazDeporteComoNiña, periodismo narrativo sobre desigualdades que viven niñas, adolescentes y mujeres en el deporte” es un proyecto ideado por Fundación Marisa en el que ZonaDocs colaboró con el reporteo y redacción de los perfiles de mujeres deportistas.
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