#FIL2022
Escritoras y escritores afro participaron en el conversatorio “Literatura Contemporánea Afro en América Latina” en la 36ª edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en la charla coincidieron en que sus historias se cruzan, es decir, que no escriben desde lo individual, sino desde sus antepasados, sus vidas y, sobre todo, desde aquello que la sociedad les deshumanizó al ser personas afrodescendientes.
Por Leslie Zepeda / @lesszep2
Los sueños, la medicina tradicional, los antepasados, los lazos familiares, la estética, el movimiento, la interconexión son solamente algunos de los temas que Gloriann Sacha Antonetty y Mayra Santos-Febres de Puerto Rico y Wingston González de Guatemala, como escritoras y escritores narran en sus libros. Así lo destacaron en el conversatorio “Literatura Contemporánea Afro en América Latina”.
En esta 36ª edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) las autoras y el autor abrieron un espacio a la reflexión sobre sus intereses como personas y profesionales de la literatura, a pesar de tener una nacionalidad, historias y vivencias diferentes, sus inspiraciones surgen de las mismas razones, contar aquello por lo que se les deshumanizó.
Así lo refirió la escritora Gloriann Sacha Antonetty, ya que, explicó, como su propio cuerpo ha sido una herramienta para narrarse a sí misma, pero al mismo tiempo, también contar la historia de su familia:
“Comencé leyendo desde lo que yo soy, desde mi cabello, desde haber estado dentro del cuerpo de una mujer, de mi madre, haber sido engendrada por mi padre, cómo llegué a este mundo, como me han tratado de cambiar, cómo me han deshumanizado. Yo escribo desde lo que soy, lo que se ve, desde mi piel, desde mi cabello, mi fenotipo como mujer negra, pero también desde lo que no se ve, y particularmente desde esa intención de tener una comunión conmigo misma, que a veces es el trabajo más difícil, pero como desde en comunión con les otres, nos toca resistir.
Por su parte, Mayra Santos-Febres también compartió esta idea. Partió de cómo se ha estigmatizado a las personas afro sobre lo que son y no son, lo que pueden y no pueden hacer dentro de la sociedad, por ello, como escritora se ha posicionado en contra:
“Cuando uno nace heredero de los procesos de la esclavización, del mestizaje de este lado del mundo, pasa una cosa muy curiosa, y es que uno es un yo desnegado, lo primero que ocurre es que te niegan, tú no eres una persona, tú no eres capaz de literatura, tú no eres capaz más que de la mafia, el folclor, el baile, mover las nalgas, criar niños o cuidar a mis viejos y darle pecho a mis hijos”.
Desde este punto es que Santos-Febres insistió en que el racismo y la historia de violencia hacia las personas en el mundo y, específicamente, en Latinoamérica, les ha traído una perspectiva colectiva donde tratan de construir sus trabajos desde sus antepasados, desde aquellas personas que la han formado, así como lo que representa en su caso la sociedad caribeña.
“Ahí nace un yo muy particular que es un yo que a la vez es una extensión de tu comunidad, el yo que yo conozco caribeño, no soy yo y mis circunstancias, así de manera desvinculada El yo desde el cual muchos de nosotros escribimos, y yo escribo, es el yo comunitario, es un yo y mis ancestros y que viene de un concepto filosófico africano, donde hay una interconexión entre todo lo vivo y yo soy el resultado de todas esas conexiones. no es el yo eurocentrado de las razones.”
Al respecto, el escritor Wingston González, al igual que ellas, coincidió en que su historia como autor de libros inició con su propia familia, cuando en su infancia no paraba de escuchar las historias que su madre y abuela contaban cada día al amanecer y cómo estas fantasías narraban desde entonces sus inquietudes:
“Cuando yo era pequeña escuchaba a mi mamá y a mi abuela todas las mañanas haciendo el mismo ritual, levantándose a las 4 o 5 de la mañana, dormíamos los tres en el mismo cuarto, y todas las mañanas las señoras lo primero que hacían era levantarse y contarse sus sueños. Soñaban todos los días y se pasaban contando los sueños hasta las 8 o 9 de la mañana cuando yo ya me tenía que ir a la escuela”.
Con ello también conectó la escritora puertorriqueña Mayra Santos-Febres, ya que narró cómo la medicina tradicional de su país ha sido vista como “primitiva”, cuando para ella, es una extensa tradición de hierberos, gente que aprendió a curar males físicos mediante hierbas, recetas que provenían a ellas y ellos en sus sueños, desde una observación muy profunda.
“Algo que ahora han llamado medicina natural ¿por qué nuestros saberes están vistos como primitivos? pero vienen los del norte, lo cogen y lo meten en un frasquito y te lo venden de nuevo”, insistió.
Así es que Gloriann Sacha Antonetty cree que lo que algún día los mantuvo en la esclavitud y hoy en día en un sistema racista, es precisamente su resistencia, desde cada familiar que dejó en ellas y ellos un aprendizaje comunitario que se cruza con las historias de otras personas afro.
Y es que hay otras formas de pensar, de formar el conocimiento, de escribir, de comunicarse a la que la historia de personas blancas y europeas nos han contado, sobre todo, en aquellas obras donde se ha negado la existencia a las personas negras.
Así, entre el cruce de ideas, sentires, pensamientos y vivencias las escritoras y el escritor determinaron que escriben para revivir a quienes les han formado, porque “Yo decidí escribir historias silenciadas de toda una comunidad”, concluyó Santos-Febres.