Las personas sordas luchan contra las dificultades de la inclusión dentro de las instituciones educativas de Latinoamérica

A través de diversos paneles, talleres de sensibilización y actividades culturales-educativas como conciertos y lecturas de cuentos, personas especialistas e integrantes de la comunidad sorda en la región identificaron los problemas y dificultades a los que se enfrentan quienes viven con discapacidad auditiva al tener que adaptarse a los sistemas e instituciones educativas, mismos que, aseguraron, condicionan su progreso dentro de estos espacios.

Así, con el objetivo de desarrollar y socializar estrategias para la inclusión de las personas sordas en las instituciones de educación superior en Latinoamérica, este lunes 7 y martes 8 de noviembre se llevó a cabo el 4to Encuentro Internacional Cultura Auditiva que forma parte del Programa de Aplicación Profesional (PAP) Escucha México, cultura auditiva de la universidad ITESO.

Por Alondra Angel Rodriguez / @alondriixs

Miguel Ángel Salazar es licenciado en ciencias sociales por la Universidad Autónoma Latinoamericana y una persona sorda que, desde su trinchera, ha buscado luchar por su comunidad. Lleva más de 10 años siendo docente de lengua de señas y mediador pedagógico y lingüístico de la población con discapacidad auditiva en Colombia. Miguel, impartió la conferencia Estrategias para la inclusión de estudiantes con discapacidad auditiva en la educación superior latinoamericana y fue interpretado por Carlos Vélez, durante el 4to Encuentro Internacional Cultura Auditiva que forma parte del Programa de Aplicación Profesional (PAP) Escucha México, cultura auditiva de la universidad ITESO.

Miguel Ángel, quien se expresó en lengua de señas colombiana, recalcó que es necesario conocer lo que las personas sordas viven. Y es que aseguró que las personas sordas al igual que las personas oyentes tienen derechos y deberes, así como una lengua, identidad y cultura que les permite crear comunidades con las cuales se identifican.

Son sordos, no mudos ni sordomudos, ya que tienen una manera de expresarse” explicó a las personas asistentes al encuentro, con el objetivo de mostrar la forma correcta de referirse a la comunidad.

Si bien, la educación se considera una ventana a la inclusión social de las personas con discapacidad para el desarrollo de sus habilidades, precisó que los mayores retos están en encontrar las herramientas que les permitan lograrlo, así como identificar las carencias, estigmas y padecimientos a los que las personas sordas se enfrentan. Sin olvidar que estos se convierten en obstáculos y dificultades cotidianas para su desenvolvimiento dentro de la educación superior.

Aunado a ello, consideró vital desmitificar las ideas erróneas que han rodeado a las personas sordas a través del tiempo y dentro de las sociedades; por ejemplo, que “no pueden desarrollar ideas abstractas y morales” o que “la lengua de señas es una lengua inferior a la hablada”. Nociones que, precisó, se encuentran totalmente alejadas de la realidad. Estudios neurocientíficos demuestran que las personas sordas tienen la misma capacidad intelectual que las oyentes; mientras que, la lengua de señas está compuesta de riqueza expresiva y diversidad.

En el contexto social latinoamericano las personas usan el español, un idioma muy complejo, por lo que, dijo Miguel Ángel, la mayoría de las personas sordas no saben lengua de señas, así que advirtió que “todavía falta”. Sin embargo, aseguró que ya se trabaja en la creación de estrategias con las que se busca reconocer sus condiciones específicas y de inclusión, para así garantizar sus derechos dentro de los sistemas educativos.

Miguel Ángel señaló que, para plantear modelos educativos inclusivos es importante entender estas condiciones específicas desde dos enfoques: 1) el clínico: centrado en la discapacidad, las terapias y los procesos para ayudar a la persona, centrado más en el aspecto de la salud y su discapacidad y 2) el socio-antropológico: que tiene una propuesta desde la lingüística; se concentra en reconocer lo que la persona sorda puede hacer con la lengua de señas, considerando que ésta es un apoyo que crea identidad y comunidad.

Esto le permitiría a la comunidad sorda aprender dentro de la escuela la lengua de señas como primera lengua (monolingüismo) o, incluso, como segunda el español (bilingüismo), pero, además, para que también puedan desenvolverse dentro del espectro social. Planteó que la implementación de un bilingüismo y biculturalidad busca la inclusión tanto de personas sordas al aprender español, como de oyentes al aprender lengua de señas, generando un dialogo intercultural.

Además de los métodos de enseñanza del lenguaje, Miguel Ángel expresó que se debe poner atención en el contexto educativo, en éste se plantean dos tipos de maneras en las que se puede incluir a las personas sordas en ambientes escolares; el primero es con una integración completa, donde las y los estudiantes comparten con personas oyentes y se busca que una persona del grupo sea una interprete; y el segundo se basa en una especialidad completa en el que la convivencia sólo se da entre personas sordas y donde el modelo de lengua y cultura ofrece un sentido de pertenencia y de identidad en el grupo.

Estos modelos buscan basarse en la creencia de que la inclusión de las personas sordas no es solo en un lugar, sino una actitud y un valor que se refleja en el respeto de las diferencias y el compromiso de no hacerlas obstáculos, sino oportunidades.

Como parte de la investigación etnográfica que Miguel Ángel está llevando a cabo con personas sordas en Medellín, Colombia, ha identificado algunas claves sobre cómo es que se desenvuelven en el ambiente de la educación superior. Entre sus hallazgos está que las y los estudiantes experimentan sentimientos de exclusión, frustración y soledad vinculadas a las barreras con las que se enfrentan dentro de los ambientes educativos, debido a la falta de apoyo institucional y formativo. Son estas situaciones, las que les han llevado a buscar sus propias alternativas de adaptación a estos modelos no necesariamente incluyentes. En otros casos, destaca las dificultades que enfrentan al haberse integrado “tarde” a los entornos educativos y de aprendizaje de la lengua de señas.

Estos datos le permiten a Miguel Ángel hacer un llamado para el desarrollo de políticas que contemplen la realidad de las personas sordas dentro de los espacios educativos; para que se reconozcan las falencias y la carencia de oportunidades y adecuaciones dentro de este sector de educación superior en aspectos como el ingreso, permanencia y egreso, dándoles acompañamiento e integración.

En cuanto a las estrategias que deben adoptarse para la inclusión de las personas sordas en el ambiente escolar, Miguel Ángel afirmó que es necesario: 1) implementar medidas que mejoren el acceso a las instituciones; 2) que los procesos de selección sean más parejos entre personas oyentes y las minorías, en donde se ven involucradas la comunidad sorda y 3) la implementación de intérpretes que den acompañamiento a las personas dentro de las escuelas, esto hará que la institución se adapte y cumpla las necesidades que el alumnado tiene y no al revés.

Entre otras condiciones, señaló que es elemental tener adaptaciones curriculares de los planes educativos, donde se apueste por incorporar o ajustar actividades que son didácticas o graficas que permitan que las personas sordas utilicen sus habilidades visuales y kinestésicas para el aprendizaje y cumplimiento de las actividades escolares. Además, siguiendo con la línea de apoyo y acompañamiento, precisó que es importante crear redes de estudiantes sordos en donde se puedan compartir experiencias y aprendizajes que favorezcan su desenvolvimiento dentro del ambiente escolar.

Si bien el enfoque auditivo es un paradigma valido, también es importante reconocer que la cultura auditiva se enfoca en recuperar la audición y buscar lo que la persona sorda no puede, sin embargo, el enfoque abordado por Miguel Ángel se inclina por el de la lengua de señas, donde se le asume como un lenguaje propio de la comunidad, fundamental para los procesos de inclusión.

“Una forma distinta de ver el mundo, pero donde vemos que hay una realidad no un mundo oyente que manda a un sordo, sino un mundo igual, un mundo alternativo, donde podemos también lograr todos los sueños y abstracciones posibles del mundo oyente” finalizó Miguel Ángel.

Comparte

Alondra Angel
Alondra Angel
Soy estudiante de Comunicación Pública. Me gusta el color blanco, escuchar música y tomar café. Me encanta estar con mi familia. Creo que el periodismo es una manera de hacer algo frente a las problemáticas de hoy y las que tendrán un impacto en el futuro.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Quizás también te interese leer