Lo siento, perdón, gracias, te amo

Oxímoron 

Por Andy Hernández Camacho coordinadora de La Mamá Cósmica / @andybrauni/@lamamacosmica

La maternidad me hizo cuestionar todas mis relaciones. Sí, también mi relación de pareja…la relación con el padre de mi hijo. 

Cuando la frase “me quiero separar” pasa por la cabeza, no surge de la nada. En ese momento, si se mira el camino andado, probablemente descubriremos que ya han tenido lugar muchas situaciones que han desembocado en una sensación general de estar harta, enfadada, frustrada, herida, decepcionada, triste… Y también muchos intentos (sin éxito) de que todo funcione, de que vuelva a ser como antes. Si no, la idea de separarse no tendría sentido. Y en ese momento la tiene. Lo que antes parecía una ilusión se ha convertido en solución. 

Llegados a este punto, tenemos claro que lo mejor es separarse

Cuando sientes que has encontrado una persona con la que quieres compartir tu vida e incluso tener hijes apuestas por construir un camino personal, de pareja y emocional con la idea (cortesía del amor romántico) de que dure mucho. ¡Que dure para siempre! 

Sin embargo, no he usado la palabra “apostar” por casualidad. En las apuestas una puede ganar. Y también perder. Y eso es porque no depende enteramente de una persona y sus ganas de que vaya bien, ni siquiera de lxs dos…existen tantos otros factores…

La separación de una pareja es una situación compleja para cualquier persona, implica quiebres, duelos, dolor, confusión, mucha incertidumbre y una montaña rusa de emociones. Cuando además la pareja se separa y tiene hijes, se agrega otra dificultad: la de no dejar de ser madres y padres a pesar del propio dolor. Este es un gran desafío, ya que como individuos vivimos nuestro duelo, pero al mismo tiempo debemos acompañar y contener el de les hijes.

Como ya lo dije, las separaciones tienen diversas causas y son experimentadas de múltiples maneras según la historia de cada persona. Lo que es cierto es que las estructuras que nos sostenían se derrumban, y este sentimiento de no tener estabilidad y seguridad (al menos en mí) genera miedo y un constante cuestionamiento…

Pero, ¿por qué le tenemos tanto miedo a la separación?, ¿a la ruptura, al divorcio?, ¿acaso decidir separarse es aceptar el fracaso?

Muchas veces son necesarias varias vueltas antes de poder tomar la decisión. Hay personas que son capaces de sostener lo insostenible con tal de no separarse. Y también quienes a la primera turbulencia prefieren salirse de esa relación…y no considero que una u otra esté mal, mucho menos que esas sean las únicas opciones.

Me parece que lo interesante, si logramos apartarnos de lo tradicional, del aguantarse todo, del amor romántico, de hacerlo por les hijes, y todas esas telarañas, es que la separación no debería ser algo objetivable o señalado con el tinte del fracaso o de lo que está mal.

Si nos apartamos de ese lugar, la separación se transforma en un suceso completamente subjetivo, teñido más bien por el sentir de cada persona, y con el sentido o significado que cada una, en esa nueva realidad, pueda darle.

Esto abre un mundo de posibilidades para la reconfiguración…

Sin embargo, para llegar a este punto hay un camino que largo o corto, acelerado o lento, es difícil…

Me gustaría hablarte a tí mamita que está experimentando (o está pensando) en una separación: 

Debo ser sincera, pues está será una etapa complicada. Y es que al tener hijes, el proceso de una separación o divorcio es aún más pesado y doloroso…pero te aseguro que no siempre será así y las cosas eventualmente van a mejorar. Al principio es muy normal experimentar sentimientos negativos como culpa o decepción, porque al ser madres, nos han enseñado que somos las responsables de que nuestrxs hijes tengan una vida plena y feliz, y al pasar por algo así, podemos sentir que les hemos fallado.

Mi principal pensamiento durante los primeros días y lo que me hacía alargar y evitar el momento de la separación definitiva, era la culpa. Sentía que elegir terminar una relación de pareja en la que ya no me sentía plenamente feliz era algo egoísta, pues de alguna forma le negaría a mi hijo la posibilidad de crecer y vivir el día a día al lado de su papá. 

Pero si algo me ha enseñado la maternidad durante estos tres años, es que para que les hijes estén bien, primero debemos estarlo nosotras. Así que finalmente entendí que lo correcto era hacer aquello que nos permitiera a todes estar mejor. Y en nuestro caso, fue la separación. 

Lo segundo que quiero decirte, y que probablemente ya te habrás dado cuenta o lo intuyes, es que las cosas se sentirán más pesadas, tanto emocional como físicamente. Esto no es necesariamente algo malo, simplemente es una realidad, pues ya no se compartirá la responsabilidad en todo momento con otra persona. 

Admito que a veces desearía que, al momento de distribuir las responsabilidades tras una separación, no solo se tratara de dinero, sino de la repartición igualitaria del tiempo, para que cada madre y padre tenga espacio para sí mismx. 

Me gustaría que en los momentos más complejos (y siempre que lo necesites) recuerdes que no estás sola, no es tu culpa y no eres mala madre por no poder con todo. Deseo que estés rodeada de una tribu que te abrace y a tus hijes, que te sostengan y en donde encuentres apoyo emocional, contención y un espacio seguro para desahogarte libremente…pero tampoco está mal llorar delante de les hijes, que enorme lección les damos cuando mostramos que está bien no estar bien y que los sentimientos no deberían ser silenciados. 

Una separación puede ser también un acto de resistencia desde el amor, pues deconstruir los vínculos familiares significa entender y mostrarle a les hijes (desde la empatía) que hay diversas formas de compartir, de amar y de sanar. 

P.D. Esta columna muy personal es también un agradecimiento a quienes han acompañado este proceso y han sido refugio, pero sobre todo a mí…lo siento, perdón, gracias, te amo…

Comparte

Oxímoron
Oxímoron
Andy Hernández Camacho es maternofeminista, profesora de literatura, comunicóloca pública, sentipensante, gestora de procesos comunitarios en distintos espacios, siempre en deconstrucción. Actualmente, reflexionando en tribu sobre maternidades desobedientes y las distintas narrativas para nombrar el trabajo de cuidados a través del proyecto La Mamá Cósmica. También es maestrante en gestión y desarrollo social.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Quizás también te interese leer