Jalisco es el segundo estado con mayor población de niñas, niños y adolescentes en México, en este espacio territorial trabaja el Colectivo Pro Derechos de la Niñez (CODENI), quienes desde hace 18 años brindan acompañamiento integral a infancias y adolescencias con familias que se dedican al trabajo informal en el Área Metropolitana de Guadalajara
Durante estas décadas han encaminado los proyectos de vida de niñas, niños y adolescentes, quienes ahora han logrado superar los escenarios de trabajo informal a través de la profesionalización de sus saberes, la conclusión de sus grados de estudio básico, medio superior o superior y la aspiración de “continuar cumpliendo sus sueños” y, con ello, “sus derechos”, afirmó Tania Ramírez, Directora Ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México, alianza de organizaciones a la que pertenece CODENI.
Por Dalia Souza / @DaliaSouzal
“La niñez y adolescencia trabajadora debe ser entendida desde un enfoque de derechos y una mirada no criminalizante” afirma Tania Ramírez, Directora Ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM). Asegurar lo anterior, explica, invita a repensar la labor que desempeñan organizaciones como el Colectivo Pro Derechos de la Niñez (CODENI) en Jalisco, quienes desde hace 18 años decidieron apoyar a niñas, niños y adolescentes que acompañaban a sus familias a trabajar en los cruceros, calles y plazas del Área Metropolitana de Guadalajara.
A decir de Tania Ramírez, en un país como México, incluso, en un estado como Jalisco, la participación de las infancias y adolescencias en el trabajo informal junto a sus familias responde a más de una explicación, desde la pertenencia social y familiar o el desarrollo de habilidades, hasta ser un “espacio de protección”.
Jalisco es el segundo estado con mayor población de niñas, niños y adolescentes, informa Tania Ramírez con datos del último censo del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), lo que es igual a 2.5 millones de personas entre los 0 y los 17 años de edad habitantes de este territorio. Sin embargo, también es la segunda entidad con mayor cantidad de víctimas de feminicidio en infancias y adolescencias, pasado de 7 casos en 2020 a 9 en 2021 y la quinta con mayor número de homicidios cometidos en contra de la población de 0 a 17 años de edad.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) 172 personas entre los 0 y los 17 años murieron por homicidio en Jalisco durante 2021, esta cifra representa un aumento, respecto a los 153 homicidios de niñas niños y adolescentes registrados durante 2020.
Estos datos fueron revelados el pasado jueves 20 de octubre durante el evento de graduación de 14 adolescentes y jóvenes que han sido acompañados por CODENI. Ellas y ellos pasaron de ser niñas y niños que apoyaban a sus familias en el desarrollo de actividades de comercio informal, ambulantaje o temporal en calle, a emprender sus propios proyectos de vida dentro de contextos más justos, igualitarios y cercanos a sus derechos.
“Somos parte de esta Casa Viva, somos parte de historias de vida y somos una comunidad que se interconecta” reconoció Amanda Cabrera, Directora general de la asociación.
Tania Ramírez, Directora Ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) y Amanda Cabrera, Directora del Colectivo Pro Derechos de la Niñez (CODENI).
Y es que, esta “Casa Viva” que se ubica en la calle Cruz Verde #19 de la colonia Americana en el centro de Guadalajara es un espacio donde decenas de niñas, niños y adolescentes reciben las herramientas que necesitan para seguir construyendo día con día y con la guía de sus mairos y mairas (apodo que reciben los maestros y maestras de la organización) sus sueños.
Karina, maira del taller de expresión.
Karina, maestra del taller de expresión habla sobre lo que dentro de su aula ocurre cada día que se reúne con sus estudiantes, donde entre las múltiples actividades artísticas que les invita a desarrollar se encuentran las manualidades y la pintura, así como teatro, yoga, danza aérea, circo, baile, cocina y arte experimentos, entro otras muchas más.
Junto con los talleres de expresión, se acompaña a estas infancias y adolescencias con el área de tutorías, psicología, educación y les ofrecen orientación sobre su proyecto de vida.
Casa CODENI.
“Cumplir sus sueños significa avanzar en la garantía de sus derechos” precisó Tania Ramírez durante el evento de graduación y agradecimiento a las organizaciones, empresas, negocios familiares y personas que han sido solidarias con estas infancias y adolescencias a través de sus donaciones.
Ismael Juan Mariano, lleva 17 años en CODENI, llegó a la organización cuando era un niño y ayudaba a su familia en la venta de películas, juguetes o lo que fuera “tuve tantos trabajos, que quién se lo iba a imaginar” afirmó como parte de su testimonio. Hoy se dedica a trabajar en un taller mecánico y “sigue estudiando porque eso nunca se acaba”.
Su mayor inspiración es su padre José Luis, operador del transporte público al que veía “meterse debajo de los camiones” para arreglarlos de sus desperfectos “ahí me nació el amor por la mecánica”.
Como Ismael, Vanessa Felipe y Eduardo Ventura asistieron al evento para recibir las placas que reconocen su trayectoria dentro de la organización y su andar hacia escribir su propia historia presente y futura. Las graduadas y graduados de este 2022 destacan en áreas como el Estilismo Profesional, alcanzar sus grados de estudio profesional en Trabajo Social, Administración de Empresas, Pedagogía, Mecánica Automotriz y Técnica en Aplicación de Uñas.
“Toca seguir soñando, esto es lo que hacemos todos” aseguró Ismael.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) en el 2019, 181 mil niñas, niños y adolescentes jaliscienses de entre 5 y 17 años de edad vivía en condición de trabajo infantil, lo que es igual a 9.9% de la población con este rango de edad. Estas cifras posicionan a la entidad como la número 19 en todo el país con mayor número de infancias y adolescencias trabajadoras.
Tania Ramírez, invita a reconocer la existencia de estas historias de vida desde un conceptualización más crítica y comprensiva sobre qué quiere decir el trabajo de niñas y niños, para “no tender a miradas criminalizantes y estigmatizantes”.
“Es una realidad que, además, se debe de reconocer en toda la dignidad” finalizó.
