Las niñas y adolescentes en México poseen un poder y una fuerza que no es visibilizada ni tomada en cuenta por la cultura machista y adultocentrista; por ello, Tejiendo Redes Infancia y la Red por los Derechos de las Infancias en México organizaron diversas conferencias para hablar de cómo es que niñas y adolescentes enfrentan diversas problemáticas sociales.
El objetivo de estas actividades fue impulsar una nueva narrativa para que se les mire y asuma como sujetas sociales y políticas que no sólo tienen (y deben tener) voz y voto, sino también la posibilidad de cambiar su entorno a través de las ideas y propuestas que poseen o son capaces de generar.
Por Alondra Angel Rodriguez / @alondriixs
En 2020 había 18.9 millones de niñas y mujeres adolescentes en México, ellas representan el 49.3% de la población entre los 0 y 17 años de edad; por tanto, no se les puede seguir ignorando, así se precisó en la presentación del informe temático: Las Niñas y Adolescentes en América Latina y el Caribe, desde un enfoque de derechos de la niñez y adolescencia con perspectiva de género y adolescentes.
Tania Ramírez, directora ejecutiva de Red por los Derechos de las Infancias en México (REDIM), reconoció que este documento busca proponer una línea de pensamiento que rompa con el paradigma de que “las infancias son vulnerables”, además propone que se reconozca que las niñas son poderosas aún dentro de los contextos violentos, el adultocentrismo dominante y la situación de pobreza que pueden experimentar.
Tania Ramírez resaltó lo importante que es escuchar de primera voz la reflexión de niñas y adolescentes, entender de y a través de ellas el cómo viven y afrontan diversas adversidades, pues éstas tienen voz, voto y poder decisión:
“Tenemos que avanzar rápidamente, es una deuda pendiente en una cultura como la mexicana que es todavía muy adultocéntrica y muy machista, tenemos que reconocerlas como titulares de derechos y no sólo eso, sino como sujetas sociales y políticas dentro del sector público”.
Pensarlas así es importante porque en el país:
“Las niñas y las adolescentes son casi el total de la población de un país como Chile, son más que la población total de un país como Holanda: Son una cosa enorme y poderosa”.
Sin embargo y a pesar de los avances que se han generado en pro de los derechos de las infancias de las niñas, en México aún se pueden ver las desigualdades, la violencia, la pobreza y los contextos de vulnerabilidad a los cuales se enfrentan día con día; algunas de estas problemáticas, por ejemplo, son: las dificultades para acceder a los servicios de salud, la desnutrición, la explotación laboral y el embarazo a temprana edad.
Por tanto, para REDIM es importante que la sociedad reconozca a las niñas y adolescentes como sujetas de derecho a la participación libre, informada, plena y protagónica “Necesitamos que se les visualice como poderosas y que, además, se les piense como diversas”, y para esto es necesario que:
“la sociedad esté dispuesta a realizar un cambio cultural que rompa los ciclos de violencia, comercialización y discriminación que persiste, por ejemplo, en las comunidades indígenas”.
Para que esto suceda, Tania Ramírez explicó que el Estado juega un papel importante para terminar con la desigualdad que afecta a niñas y adolescentes, así como generar todas las condiciones para garantizar el derecho a una vida sin violencia: “las niñas y adolescentes tiene un poder potencial, no sólo a futuro como como algo presente”.
En su participación, Karen de Aquino, adolescente y miembra del grupo de participación de niñas, niños y adolescentes de la REDIM, habló de que las niñas poderosas y líderes están en todas partes:
“jugando, siendo felices e interesándose por temas como la ciencia, la robótica, el arte y cualquier otra actividad que las enriquezca y les haga darles poder y voz”.
La activista también mencionó que las niñas que son poderosas cambian al mundo, ya que son sujetas de inspiración, pues “se acompañan para buscar fortalecerse unas a otras”, esto pese a las diversas dificultades que enfrentan en el lugar donde viven.
“Debemos estar en el centro de la toma de decisiones, en el centro de este famoso desarrollo sostenible, aportando ideas, soluciones, pues pueden ofrecer propuestas que ayuden al bienestar de la sociedad, no sólo de niñas y mujeres, sino de todo el público en general”.
Por su parte, Martha Elena Barrios, especialista en los derechos sexuales y reproductivos, precisó que para poder empoderar a las niñas y adolescentes se les debe de inculcar temas relacionados con su salud:
“La higiene es un factor muy importante, el cómo conocer y cuidar sus cuerpos, lo que permite prevenir situaciones en el que se presenten abusos debido a que no sabían qué tipo de prácticas estaban llevando”.
Además agregó que es necesario el iniciar con educación sexual desde la primera infancia, ya que esto:
“habla de las niñas poderosas, que conozcan su cuerpo desde edades tempranas, pues alguien que conoce su cuerpo lo va a amar, lo va a proteger”.
Esto sirve, desde su percepción, como una base de conocimientos que les permite a las niñas y adolescentes autocuidarse, conocerse y saber cuándo se encuentran en situaciones de riesgo donde se les violenten sus derechos e integridad.
En esta tarea, precisó, que los padres deben de involucrarse, ya que el tener una apertura y conocimiento les permite poder ayudar a que sus hijos eviten situaciones de riesgo en los que se pueden verse involucrados, pues aún prevalecen estigmas, tabúes y prejuicios en torno a la sexualidad y la educación sexual.
Por su parte, Evelyn Naomi, adolescente y miembro de la REDIM, comenta que ella al estar de cerca en comunidades indígenas de Oaxaca puede notar cómo es que el machismo, la desigualdad y las violencias contra las mujeres están más marcadas, pero que aún ahí, las niñas y adolescentes que se encuentran en estas condiciones están generando cambios dentro de sus propias comunidades:
“El punto está en que nosotras como mujeres podamos tener sororidad para poder transmitir a más mujeres lo que está pasando”.
Mediante un intercambio de experiencias en donde estas niñas y mujeres se han visto minimizadas por su género o por ser parte de las infancias dejaron claro que hoy en día las niñas deseamos ser poderosas desde tempranas edades:
“Deseamos que se nos reconozca como seres que ejercen sus derechos; por tanto, exigimos que se nos tome en cuenta en los ejercicios de participación”.
Tania Ramírez concluyó que estas niñas poderosas con su trabajo y claridad son quienes cambiarán la historia:
“Con su enorme capacidad y disposición van a tejer redes de solidaridad entre ellas, van a darse reconocimiento, no van a tener relaciones competitivas, sino constructivas, sororales, las cuales definitivamente cambiarán la historia de nuestra región”.
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Para seguir el trabajo y la labor que realiza REDIM puede hacerse en este link: