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La nueva película sobre la vida de David Bowie pone en relieve la importancia del artista en medio de una sociedad que, hasta nuestros días, tiene profundamente arraigados los estereotipos respecto al género y las posibilidades de expandir la mente a través del arte
Texto: Andrea Sarmiento Pastrana / Pie de Página
Foto: Tomada del trailer oficial
David Robert Jones, conocido mundialmente como David Bowie, nació el 8 de enero de 1947. Fue una figura muy importante para la música y un parteaguas para la sociedad. Su legado sigue siendo relevante hasta nuestros días, pues rompió estereotipos y cuestionó toda norma establecida a finales de los 70, saliéndose de los roles y el binarismo de género, así como experimentando y modificando su arte, todo el tiempo.
Para los amantes del artista, Moonage Daydream ha llegado a las salas de cine. Este un filme que relata brevemente la historia de su vida. Pero no es la biografía de David Robert Jones, sino un viaje dentro de la mente de David Bowie.
La película es una explosión de luces y colores que viene acompañada de grandes éxitos. Está llena de escenas psicodélicas que buscan hacer sentir al espectador que está bajo el efecto de alguna sustancia. O quizá, que está viendo alguna presentación alienígena. Y esto es, en parte, lo que la cinta quiere transmitir.
Una de las razones por las que Bowie destacó fue por la creación de sus personajes, sus personalidades. Él no estaba sujeto a nada y se encontraba en constante cambio. Pensaba que las personas no debían quedarse en algo fijo por mucho tiempo, ya que parte de vivir es experimentar una transformación constante.
Al mismo tiempo, el artista trataba de impulsar a la gente a más. Nos provocaba de salir de nuestra zona de confort. De siempre probar algo nuevo que supere nuestros límites, para así conocernos más como humanos y explorar todo el tiempo lo que podemos llegar a ser (o hacer). Esta mentalidad se notaba en su arte. Si escuchamos sus discos notamos que cada uno es distinto al anterior, y en todos escuchamos una evolución musical.
Es por ello que la película nos presenta a distintas figuras: sus alteregos. Porque cuando digo que la película nos quiere hacer sentir que estamos en una abducción alienígena, no me parece descabellado pensarlo.
Si hablamos de David Bowie tenemos que hablar de su personaje más reconocido: Ziggy Stardust, un alien bisexual, andrógino y rockstar – así lo describía el artista–, y una de las mayores influencias en las juventudes de esos años.
Aparte de Ziggy, también tuvimos al Mayor Tom y al Duque Blanco, entre otros. Cada uno era una faceta distinta en la vida del artista. Una nueva personalidad que se iba desarrollando y modificando, hasta crear una nueva.
La película nos enseña que Bowie era un ser multifacético que no se regía por una personalidad definida. Cuando ibas a un concierto, dependiendo de la época que fuera, no veías David, veías a Ziggy, y cuando este anunció su retiro no fue la despedida de David Bowie sino de Ziggy Stardust, dando pie al siguiente personaje.
Pero todos sus personajes tenían algo en común: desafiaban todo lo acostumbrado. Su arte era una crítica social. Hablaba de temas políticos – como el Muro de Berlín –. Hablaba sobre la vida y la muerte de una forma que llegó a ser catalogada como “oscura”. Sobretodo, rompió con toda la construcción de género.
Se le recuerda como un ícono musical pero también como una imagen de rebeldía y liberación. Defendía que lo estético no tiene género, que quien sea puede maquillarse, ponerse cualquier ropa y que existe más que las relaciones heterosexuales.
Moonage Daydream nos enseña también la reacción de la gente ante estas ideas. Por un lado, vemos a la gente que lo seguía, a quienes lo tomaron como ejemplo; por otro, vemos a la parte de la sociedad que no lograba entenderlo todavía, los medios de comunicación que lo cuestionaban sin tener realmente idea de lo que expresaba. A todo ello David le daba la vuelta. Con el carisma que le caracterizaba respondía incomodando o confundiendo a sus entrevistadores.
En los años 70, Bowie era abiertamente bisexual y ya ponía en la mesa el tema del binarismo, los roles y los estereotipos de género; todo con su pura personalidad. Si bien no fue la primera persona en hacerlo, su importancia radica en la relevancia y el enorme alcance que tuvo.
David Bowie, cantante, escritor, pintor, actor, nos enseña que no hay nada definido en la vida. Que somos seres cambiantes que no pueden ser juzgados por normas estáticas. Con muchos efectos audiovisuales así como material inédito nunca antes mostrado, Moonage Daydream refleja una parte de la inigualable esencia de este personaje, nos da un breve recorrido por su interior tan abstracto y nos hace comprender por qué su legado ha logrado trascender con el paso de los años.
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La película estará hasta este sábado 1 de octubre en el cine Diana y también se puede ver esta semana en la Cineteca Nacional.