#AMIC33
En el cierre del 33 Encuentro Nacional AMIC, celebrado en Tec de Monterrey Campus Puebla, Edgar Gómez Cruz presentó la conferencia magistral “Comunicación como indisciplina: una agenda de investigación para la era postdigital” donde incitó a la comunidad académica a indisciplinarse para renovar un campo académico donde la reproducción de esquemas teórico-metodológico parece ser la norma.
Por Darwin Franco / @DarwinFranco
Antes de iniciar su conferencia magistral en el 33 Encuentro de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC), el investigador Edgar Gómez Cruz advirtió que era “un comunicólogo en exilio”, circunstancia de vida que le permite ver con distancia crítica los estudios de comunicación en México y Latinoamérica y, por consecuencia, identificar que el trabajo de esta comunidad académica, al menos en México: “Carece de trabajo empírico a profundidad; tiende a la reproducción de marcos conceptuales y, por ende, evidencia una ausencia de teorización propia”.
Estos problemas, asegura Gómez Cruz, hace que -como Sísifo- las y los investigadores de la comunicación carguemos una y otra vez pesadas piedras por una colina infinita, lo que nos impide formular nuevas visiones sobre nuestro campo académico.
Su primera provocación para contrastar y contrarrestar estas problemáticas es pensar a la comunicación como: una postdisciplina, pero más aún verla como una acción investigativa indisciplinada: “no se trata de criticar a la disciplina, lo mío es plantear nuevos retos para plantearnos nuevos retos de investigación”, puntualizó.
Ser indisciplinados implicaría ser: “desordenado, imprevisible o incoherente”, pero ser así, señala Gómez Cruz, no es necesariamente malo porque, por ejemplo, el ser desordenados nos hace ser flexibles en nuestro proceder investigativo; el ser imprevisibles nos abre posibilidades para construir preguntas en aspectos que pueden parecer terriblemente obvios o cotidianos.
Y, finalmente, el ser incoherentes nos permite encontrar nuevas explicaciones en temas y/o sitios donde la coherencia que nos dice que no hay nada.
“La comunicación como indisciplina no tiene límites (…), y eso nos permite avanzar más allá de los límites que la comunicación, como disciplina, no está ofreciendo”.
Por tanto, “ser indisciplinados” también no permite ser irreverentes e innovadores, lo cual nos incita a cuestionar y romper los métodos con los que aprendimos a hacer investigación.
Gómez Cruz además agregó que esta indisciplina nos hace oponernos a la autoridad, tanto la que marca que “lo científico es la única forma de construir conocimiento”, algo que para él no es cierto porque se puede construir conocimiento desde el arte y la creatividad.
Pero la indisciplina también nos da herramientas para oponernos a los lineamientos científicos que vienen desde los polos hegemónicos en los que se genera y valida el conocimiento en el campo de la comunicación: “algo que ya hace el feminismo, el descolonialismo y las epistemologías del sur, posturas que nos han mostrado otros caminos”.
Y, por último, ser indisciplinados nos hace ser solidarios y, a la par, señala Edgar Gómez Cruz, esto propicia la generación de comunidades que se tejen desde los afectos y el cuidado: “Y mientras existan personas que construyan desde la indisciplina otras formas de conocimiento, el futuro del campo de la comunicación estará asegurado”.
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Esta conferencia magistral puede verse de manera íntegra en:
