Piden justicia por el asesinato de sacerdotes jesuitas en la Sierra Tarahumara

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En una ceremonia religiosa, integrantes de la la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en la ciudad de Chihuahua exigieron a las autoridades que tomen las medidas necesarias para llegar a la paz y hacer justicia por los asesinatos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar en la Sierra Tarahumara

Texto Jaime Armendáriz / Raíchali

Fotos: Raúl Fernándo Pérez Lira / Raichali

CHIHUAHUA.- «¿Cómo no llorar cuando dos de nuestros hermanos se nos han adelantado? Nos los han arrebatado. ¿Cómo no llorar?» —dijo una de las hermanas religiosas que tomó el micrófono.

En la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en la ciudad de Chihuahua, la Compañía de Jesús celebró una misa en honor a los padres jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, asesinados el 20 de junio dentro del templo en Cerocahui.

En el posicionamiento de la parroquia, los religiosos exigieron a las autoridades que tomen las medidas necesarias para llegar a la paz y hacer justicia.

«Hoy su sangre se une a la de miles de mexicanos y mexicanas injustamente asesinados, al igual que Jesús. Queremos unir nuestra voz a muchas mujeres y hombres de nuestro país, para que disminuya esta violencia que llena de luto a miles de hogares».

Los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales (Padre Gallo) y Joaquín César Mora Salazar, fueron asesinados la tarde del lunes dentro del templo de la comunidad de Cerocahui, ubicada en el municipio de Urique, en la Sierra Tarahumara.

Las víctimas estaban en la iglesia cuando un hombre llegó a resguardarse de un ataque; pero quien lo seguía atacó tanto a esa persona como a los dos curas, y posteriormente se llevó los tres cuerpos sin que hayan aparecido al momento.

Versiones extraoficiales establecen que el atacante es Noriel Portillo, alias “El Chueco”, quien controla la tala ilegal de la zona.

La Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús (Jesuitas en México), condenó los asesinatos y exigió la recuperación de los cuerpos; también urgió a tener medidas de protección para salvaguardar la vida de los demás jesuitas, religiosas, laicos y de la comunidad en general de Cerocahui.

“Hechos como estos no son aislados. La Sierra Tarahumara, como muchas otras regiones del país, enfrenta condiciones de violencia y olvido que no han sido revertidas. Todos los días hombres y mujeres son privados arbitrariamente de la vida, como hoy fueron asesinados nuestros hermanos”, puntualizó la comunidad jesuita en un comunicado.

Subrayó que no callarán ante la realidad que vive la sociedad y continuarán con su trabajo por la misión de justicia, reconciliación y paz, a través de obras pastorales, educativas y sociales.

Al denunciar lo ocurrido hacemos notar también el dolor que vive nuestro pueblo por la violencia imperante y nos solidarizamos con tantas personas que padecen esta misma situación, sin que su sufrimiento suscite empatía y atención pública”.

“Confiamos que los testimonios de vida cristiana de nuestros queridos Javier y Joaquín sigan inspirando a hombres y mujeres a entregarse en el servicio de los más desprotegidos. Descansen en paz”, concluye el comunicado.

La Diócesis de la Tarahumara también exigió justicia. “Pedimos a las autoridades cumplan con su trabajo de encontrar a los responsables y hacer justicia, no solamente a ellos, sino a todos los que han sido víctimas en esta ola de terror y miedo en estos últimos diez años”.

Cualquiera pudiera decir que estuvieron en el lugar y en el momento equivocado, sin embargo no ha sido así, ya que ambos sacerdotes estaban cumpliendo con su deber de ayudar y socorrer física y espiritualmente a una persona que estaba perdiendo la vida”.

De igual forma condenó que los cuerpos hayan sido sustraídos.
“No conformes con matarlos, los asesinos se han llevado sus cuerpos, sufriendo la misma suerte de tantos desaparecidos dejando estela de dolor, tristeza e indignación en todos los que los queremos y quisiéramos rendirles el homenaje que se merecen con una exequias de cuerpo presente”.

Por su parte, el gobierno del Estado informó que fueron activados mecanismos de coordinación con Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional para brindar seguridad a los pobladores del lugar. Además de activar una línea especial en el número de teléfono 9-1-1 para personas que tengan familiares en el poblado y necesiten información.

La gobernadora María Eugenia Campos Galván aseguró haberse comunicado con sacerdotes para dar seguimiento al tema.

Pasada la una de la tarde de este martes, Campos Galván ofreció una breve rueda de prensa en la que aseguró que hay avances en la investigación pero no dio ningún detalle. “Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias”, dijo. También mandó un mensaje a la comunidad de Cerocahui y les expresó que cuentan con gobierno estatal y federal para protegerles de “quienes perturban nuestra tranquilidad”.

Javier Campos Morales, El Gallo

Nació el 13 de febrero de 1943 en la Ciudad de México. Durante su niñez y adolescencia vivió en Monterrey, Nuevo León. Posteriormente ingresó al Instituto de Ciencias en Guadalajara, Jalisco.

Ingresó a la Compañía de Jesús el 14 de agosto de 1959, a la edad de 16 años, para ser ordenado sacerdote el 8 de junio de 1972 en la Ciudad de México.

Un año después empezaría su misión como superior local, vicario pastoral y episcopal en la Sierra Tarahumara, en la comunidad de Norogachi. Llegando a ser Párroco en Guachochi (1974-1983), Chinatú (1987 – 1999), en Cerocahui (1996 – 2016), para regresar en 2019-2022 donde fungiría como Superior de la Misión Jesuita, Párroco, Vicario de Pastoral Indígena de la Diócesis de Tarahumara, Asesor Regional de CEB’S (Comunidades Eclesiales de Base).

Joaquín César Mora Salazar, El Morita

Nació el 28 de agosto de 1941 en Monterrey, NL. Ingresó a la Compañía de Jesús el 30 de julio de 1958, a los 16 años. Fue ordenado sacerdote el 1º de mayo de 1971 en Monterrey, NL, su ciudad natal.

Misionó en la Sierra Tarahumara durante durante 6 meses 1976 en Sisoguchi, donde fue Vicario Cooperador. En la misma Tarahumara realizó su Tercera Probación (1976 – 1977) y regresaría en 1998-1999. Desde el 2000 fungió como Vicario Parroquial en Chínipas, hasta 2006, posteriormente como Vicario Cooperador en Cerocahui, Chih., desde 2007 hasta la fecha.

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Este trabajo fue publicado originalmente por Raichali, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver la publicación original

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