Después de ocho años de estar encarcelada injustamente en una prisión de Reynosa, Tamaulipas, la indígena Maya Chuj, Juana Alonzo Santizo, se encuentra con su familia en San Mateo Ixtatán, Huehuetenango, Guatemala.
Por Mario Marlo / @Mariomarlo / @Somoselmedio
«Estoy muy agradecida con mi familia que luchó por mí, ellos me ayudaron mucho. Yo soy inmigrante, yo no soy secuestradora, por ignorante, a mí me paso esto porqué nunca hubo un traductor, no hubo nadie, no estuvo mi consulado conmigo, por eso se aprovecharon todos de mí, pero ahorita, gracias a Dios, estoy libre, estoy feliz», declaró Juana Alonzo Santizo durante su llegada al Aeropuerto Internacional Aurora, en la ciudad de Guatemala.
«Hay muchas personas de muchos lugares ahí, ojalá que se haga justicia por que ya llevan muchos años ahí en la cárcel. Qué se revisen sus expedientes, porque cuando uno no tiene papeles está difícil», explicó en conferencia de prensa en el Aeropuerto Internacional Aurora, Juana Alonzo Santizo, explicó que fue una gran sorpresa cuando le avisaron que saldría de la cárcel ese día.
«Lo que me pasó me parece un sueño, cuando me dijeron, te vas, yo me quede sorprendida. Me sentí emocionada, lloré cuándo me fueron a notificar».
Acompañada de sus familiares, la joven indígena Maya Chuj, relató cómo vivió estos años en la cárcel… para poder sobrevivir sin saber el idioma y sin ningún familiar o amigo.
«Cuando yo viví ahí, yo no tenía familia, no tenía a nadie, ayudé a las muchachas, lavaba su ropa, limpiaba su celda, y me pagaban. Gracias a las muchachas de ahí, me ayudaron, cuando salían libres venían a visitarme, estoy muy agradecida con las muchachas, aunque yo no tenía visitas, ellas me visitaban y me llevaban de comer».
«Para entrar ahí en la cárcel está fácil, pero para salir está difícil. Ahora hay muchos otros guatemaltecos ahí en la cárcel, muchos inocentes con hijos. Muchas de mis compañeras llevan ahí 20 años.»
Por su parte, Pedro Alonzo García, gobernante de San Mateo IxtatánHuehuetenango y tío de Juana, declaró que el delito más grande que cometió su sobrina, fue el haber nacido en un pueblo donde se habla Chuj, y no haber ido a la escuela para aprender castellano. Ese fue el delito que la mantuvo ocho años en prisión.
«¿Quién va a pagar esas cicatrices que le dejaron? Juanita merece el asilo en México, resarcir el daño y juzgar a los culpables que injustamente encarcelaron a Juanita».
Pedro Alonzo García, detalló que Juanita, como le dicen de cariño, salió de su comunidad con la intención de poder dar estudios a sus hermanos más pequeños y ayudar a su mamá; sin embargo, esto nunca pasó.
«Lamentablemente, seguimos viviendo como siempre, Juanita va a regresar a su misma choza, en su misma pobreza, a comer frijoles con tortillas, y su mamá está enferma y quiso ayudar a su familia, pero no se pudo. Ese sueño seguirá siendo un sueño”.
La Historia
En el mes de agosto de 2014, Juana o Juanita, como la llama su familia de cariño, salió de San Mateo Ixtatán, Huehuetenango, rumbo a Estados Unidos, en la ciudad de Reynosa, a pocos kilómetros de la frontera de Estados Unidos, el coyote que la acompañaba, le sugirió que se quedara en una casa privada donde ella y otras dos mujeres fueron forzadas a trabajar.
Después de que una de ellas escapará y logrará denunciar, llegó la policía y capturó a Juana Alonzo a quién la acusaron de ser cómplice de los secuestradores. Juana, al no hablar español, no supo defenderse.
Tras amenazas y torturas, Juana, quién nunca tuvo abogado intérprete, firmó una declaración auto- incriminatoria
Fue hasta el año 2018, cuándo su familia supo de la detención de Juana, desde ese día, comenzaron a luchar por la libertad de Juana.
En septiembre de 2021, el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, aprobó la decisión No. 35/2021 en la que declaran que la privación de libertad de Juana, contraviene la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de derechos civiles y políticos.
Por lo que solicitaron a las autoridades mexicanas realizaran una investigación exhaustiva e independiente, sobre la detención de Juana y liberarla inmediatamente, así como concederle el derecho a obtener una indemnización y otros tipos de reparación del daño.
Sin embargo, no fue hasta que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tomara el caso y ordenara la liberación inmediata de la indígena Maya Chuj, orden que obedecieron de manera puntual las autoridades de Reynosa, Tamaulipas, dejando libre a Juana Alonso Santizo.
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