#HastaEncontrarles
El quinto día de la Primera Brigada de Búsqueda en Jalisco dio los mayores resultados: cinco fincas abandonadas con hallazgos positivos en el fraccionamiento Chulavista en Tlajomulco de Zúñiga en una distancia no mayor a cien metros entre sí. Las llamadas anónimas fueron clave, pues indicaron los puntos específicos de rastreo.
Las madres buscadoras de Jalisco y Sonora volvieron a la colonia, a pesar de que el martes las autoridades les aseguraron mediante geo rastreadores que ahí ya no había indicios de restos humanos. El conocimiento, experiencia, amor e instinto no les falló, la muestra son las osamentas encontradas.
Hasta el momento se desconoce la cantidad de cuerpos encontrados, ya que es personal del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses quienes deben realizar las pruebas pertinentes para identificar los restos hallados desde el primer día en que la Brigada tuvo hallazgos positivos.
Texto y fotos por Leslie Zepeda / @lesszep2
Los dos primeros hallazgos del quinto día de actividades de la Primera Brigada de Búsqueda se dieron casi en simultáneo y al interior de dos casas abandonadas que estaban a menos de 10 metros de distancia. Esto ocurrió en la colonia Chulavista en Tlajomulco de Zúñiga, lugar donde un día antes -a través de una llamada anónima- las madres buscadoras encontraron en un parque infantil: ocho bolsas plásticas con seis cuerpos en su interior.
Tras este primer hallazgo, las familias insistieron a las autoridades de Jalisco en regresar a la zona no sólo para supervisar que se hubieran hecho bien los trabajos forenses, sino también para buscar en una zona donde la Fiscalía del Estado de Jalisco, les aseguró que ya no había nada más. Eso no convenció a la líder de las Madres Buscadoras de Sonora, Cecilia Flores, quien insistió en regresar a la zona considerada de riesgo.
“Nosotras es a lo que venimos, a buscar cuerpos. Nosotras estábamos en otra búsqueda cuando recibimos el reporte Llegamos y nos dijeron que no había nada, que porque ahí ya se había escarbado, que se había metido el georadar, le dije yo no creo en ese aparato, yo creo más en mi varilla que en ese aparato que Ustedes cargan y quiero descartar mínimo medio metro, si llegamos a medio metro y meter la varilla, nos vamos. A medio metro fue cuando empezó a salir mucha cal”, señaló la líder.
Al arribar a la zona los colectivos de familiares de personas desaparecidas tanto de Jalisco como de Sonora, tenían estimadas las acciones de búsqueda en dos fincas que quedaron pendientes la noche anterior; sin embargo, cuando apenas pasaban las dos de la tarde ya habían picado, desenterrado e insertado la varilla en cinco fincas con hallazgos positivos. Con ello se evidenció la dinámica delictiva en el estado que consiste en hacer de las casas abandonadas en Tlajomulco sitios de inhumación clandestina.
Por ello, era importante -como lo exigieron desde el primer día- tener seguridad suficiente para poder ingresar a cada una de las fincas que no tuvieran puertas cerradas; algo que no pasó hasta después del conflicto que se dio con el gobernador, Enrique Alfaro, quien luego de encontrarse con las madres buscadoras otorgó más seguridad.
La quinta jornada tuvo presencia de elementos de la Policía Estatal, la Fiscalía de Jalisco, la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Jalisco, la Guardia Nacional, Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses y del Ejército Méxicano que también se sumó.
Baudelia Castillo, integrante del colectivo Madres Buscadoras de Sonora y quien busca a su hijo que fue desaparecido hace cinco años, es una de las maestras buscadoras en esta Primera Brigada de Búsqueda en Jalisco, ya que es ella quien enseña a las madres de los diferentes municipios de Jalisco cada una de las habilidades que ha aprendido en el monte para encontrar a sus tesoros; sin embargo, es clara en señalar que hacer los hallazgos en casa es algo que nunca varía imaginado:
“Nunca me había tocado tanta tristeza en casas, porque las casas son para tu familia, para habitarla, para el porvenir de tus hijos, y que tengas que dejarla abandonada por lo que sea y que haya cuerpos ahí está canijo. Luego ayer nos encontramos en un parque ¿cómo es posible en un parque con niños?”.
Niños observando la labor de las buscadoras.
Entre una enseñanza y otra, ella fue de las primeras en gritarles a sus compañeras que habían encontrado algo en una finca abandonada: “Ya encontramos un tesoro shamacas” gritó con gusto la buscadora con su acento sonorense.
A partir de ese momento las decenas de madres buscadoras se distribuyeron sobre el extenso parque y en fincas abandonadas porque aseguraban que ni siquiera el cansancio acumulado de cinco días continuos bajo el sol, las detendría en la búsqueda de sus corazones. Den con sus hijos o no, ellas se apoyan mutuamente con la esperanza de que la incertidumbre de alguna madre termine.
La misma Baudelia señaló que los múltiples hallazgos fueron gracias a las, también, múltiples miradas de vecinas y vecinos que han visto como su fraccionamiento funciona como un panteón clandestino para los delincuentes, y que este viernes decidieron ayudarlas a pesar del temor:
“La gente sabe en dónde están y tienen miedo, pero ahora parece que lo están perdiendo porque el teléfono de la líder no ha parado de sonar, están llamando y llamando, con ubicaciones y ubicaciones. El día de hoy en especial porque ahorita están tronando los dos teléfonos.”
Ellas están preparadas para todo, pues los riesgos inminentes en una zona con tantos cuerpos enterrados no las amedrentan, ellas afrontan todo con tal de encontrar al ser querido de alguna: “Nosotras si nos dan un punto nosotras vamos y checamos, porque allá nosotras somos las rebeldes, somos las cabronas” dijo orgullosa la madre sonorense.
En cada llamada recibida, las madres se sintieron observadas, pues sabían que quienes les marcaban estaban ahí en la zona. Estas personas les indicaron los pasos precisos para dar con hallazgos positivos: “Aquí nos están vigilando los buenos y los malos,” reconoció una madre y otra más agregó: “¿Es una colonia o un cementerio?”.
Ante ello las mamás de las y los desaparecidos repetían constantemente que no buscan culpables, tampoco justicia, solamente anhelaban dar con sus corazones desaparecidos, esto luego de meses o años de búsqueda:
“Venimos con mucha esperanza, con mucha fe porque la gente ya se animó a hablar, se animó a reportar después de tanto tiempo que han estado callados. Estamos trabajando aquí porque nos hablaron de muchos puntos y queremos descartarlos, ya que no venimos a buscar justicia, ni culpables, nosotras solamente venimos a ayudar a las víctimas de Jalisco que no tienen el apoyo de nadie para buscar a su desaparecidos,” dijo la líder Cecilia Flores.
Material de búsqueda insuficiente
En cuanto a las herramientas de búsqueda, las madres sonorenses reconocieron que hacen falta más; por un lado, las autoridades que acudieron no contaban con instrumentos adecuados, pues a la Brigada llevaron palas demasiado cortas y varillas delgadas que no resisten el peso de casi nadie, se doblan y, así, es imposible que entren hasta medio metro para poder identificar el olor de la tierra.
Por lo que Baudelia Castillo comentó que es vital contar con varilla, talacho, pico y palas, “pero aquí son palas muy chiquitas que para nosotras no son buenas ni para aquí, porque se necesitan palas grandes y fuertes que aguanten el trancazo.”
El no tenerlas detuvo su productividad, pero no su ímpetu:
“Vamos y checamos porque todo se hace por llamada anónima, a la líder le llega y ella nos manda al lugar. Nosotras, si hay un hundimiento o algo que nos indique que puede haber un cuerpo escarbamos unos 50 centímetros y de ahí metemos varilla, la varilla ya nos guía a todo”.
Tras contar con los instrumentos idóneos, las mujeres buscan partes con tierra removida, olor a restos en descomposición, materiales como cal y pertenencias personales, todo esto son indicios que les abren la posibilidad de seguir buscando y escarbando.
Así, cuando tiembla la tierra es porque está removida, y eso indica un posible positivo, pero ellas se sienten más seguras hasta meter la varilla medio metro para después oler su punta, pues el olfato es una herramienta más que no se ve, pero que siempre cargan y en la que confían demasiado.
“Venimos a aprender y a enseñar, porque aquí no estamos más arriba de nadie, aquí todas somos iguales, todas tenemos el mismo dolor,” agregaron.
Las Madres buscadoras de Sonora han instruido a las madres de los distintos colectivos de Jalisco, y son ellas quienes han tomado la iniciativa, la fuerza física y emocional de escarbar en donde sea necesario para dar con sus tesoros. Un ejemplo de esa resistencia es Norma González, quien busca a su hermano Jonathan Raymundo Rubalcaba, desaparecido el 27 de noviembre de 2018. A él se lo llevaron de su propia casa.
Ella, con sus manos y su cuerpo completo buscó más allá de su cansancio, y fue Norma quien avisó a las autoridades sobre hallazgos positivos en al menos tres fincas de las cinco en que hubo resultados. Esto lo logró porque quitó basura con y sin herramientas, quitó ramas, pasto crecido y demás cosas, asegura que esto lo hizo porque las otras madres: “nos dieron fuerza para seguir y lo hacemos porque ya soltamos el miedo”.
“apenas vamos empezando, los vamos a encontrar,” agregó una más.
La jornada de búsqueda del quinto día terminó a las cuatro de la tarde, pues a las madres buscadoras de Jalisco le ofrecieron una misa en agradecimiento a las madres buscadoras que vinieron de otros estados a apoyarles, y con quienes iniciaron las acciones de búsqueda desde el 21 de febrero.
Y así ante la posibilidad de que alguno de los restos encontrados este viernes pertenezca a alguno de sus hijas e hijos, ellas cerraron la jornada gritando con fuerza: “Hijo escucha, tu madre está en la lucha” con la esperanza de que la fuerza del viento les haga llegar el mensaje hasta donde estén.