Maroma
Por Michel Gutiérrez / integrante de Maroma: Observatorio de Niñez y Juventud
El 10 de enero en una rueda de prensa, la mesa de salud y el gobernador del estado de Jalisco, anunciaban, entre muchas estadísticas, las estrategias que se llevarían a cabo para afrontar los contagios de Covid-19 y Ómicron, resaltando por supuesto, que no estamos “tan mal” como el año pasado y mencionando dos cosas fundamentales: la primera, que no había desabasto de pruebas (sino personal fuera de circulación) y segundo, que pedirían el certificado de prueba de vacunación o prueba negativa para algunas actividades de carácter recreativo a partir del 14 de enero.
El jueves 13 de enero a las afueras de Catedral en el centro de Guadalajara, una mujer entró en labor de parto debido a que le negaron la entrada y la atención en el Hospital Materno Infantil Esperanza López Mateos porque no presentaba una prueba negativa de COVID-19, y al no encontrar en los alrededores un lugar donde realizaran dicha prueba, la mujer y su familiar caminaron hacia el centro en busca de algún laboratorio.
Al día siguiente con más calma, el hospital Materno Infantil Esperanza López Mateos, emitió un extenso comunicado tratando de explicar su vasto protocolo de atención a cualquier paciente, tachando de falsa la información presentada por Tráfico ZMG y culpabilizando por completo a la madre. Una vez cometida la violencia institucional por negligencia u omisión, se procede a la descalificación y culpabilización a la madre. Al mero estilo gubernamental de siempre.
No creo que se pueda poner en duda que exista dicho protocolo, pero si su aplicabilidad. Y no podemos evitar relacionar las órdenes dictadas en la mesa de salud por el gobernador días atrás y este hecho violento. Tal como en el caso de Giovanni López en mayo del 2020, justo cuando el gobernador había emitido un decreto que prohibía andar en la calle sin tapabocas y facultaba a las autoridades municipales a implementar las disposiciones consignadas en el decreto, derivando así en la brutalidad policial arbitraria que mató a Giovanni y afectó en las posteriores manifestaciones, a centenares de ciudadanos.
Brilló por su ausencia, alguna declaración del gobernador o el presidente municipal de Guadalajara, disculpándose por tremenda y penosa situación, debido a que activamente mencionan que les importan mucho los jaliscienses y su bienestar. ¿En qué momento se extienden las previas investigaciones y el protocolo de actuación para los hospitales, ante las declaraciones de la mesa de salud?
En lo que esperamos, notamos que para el circo siempre hay tiempo, el lunes 17 de enero en su cuenta de Facebook, el gobernador posteaba una fotografía donde mencionaba que desde hace un año había quedado con el Atlas de invitarles una carne asada si ganaban el campeonato y recibirlos en la casa de todos los jaliscienses.
Ahí si hubo palabra, respuesta, atención, recibimiento y diálogo para, en sus palabras, “el grupo de jóvenes que cambió la historia de un equipo tapatío con esfuerzo y determinación”.
Para las más de 15 mil personas desaparecidas en el estado y los esfuerzos titánicos que realizan a pie de calle las madres que buscan a sus hijxs desparecidxs, es una burla que el gobernador ignore los padecimientos de ellas, les niegue siempre la entrada a casa Jalisco, que es la casa de todos los jaliscienses.
Es imperdonable que ignore sus pliegos petitorios, y salga a decir en un vídeo, como lo hizo el 11 de enero, en su balance y corte en materia de seguridad, que ha bajado la incidencia delictiva y hay una gran baja en homicidios (sin dejar de revictimizar, mencionando que la mayoría está vinculado al tema de la droga y delincuencia organizada).Según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, indicando que Jalisco va por el camino correcto. De las personas desaparecidas no habló.
En respuesta el 12 de enero, el Colectivo Luz de Esperanza Jalisco se manifestó a las afueras de Ciudad Judicial para pedir que no se minimice la grave situación de las personas desaparecidas, ya que la Fiscalía del Estado de Jalisco no hace su labor de investigación y más bien son ellos quienes les preguntan a las madres ¿que han sabido acerca del caso de sus hijxs?
Hace unos meses, para el 30 de agosto, día internacional de la victima de desaparición forzada, en Maroma se compartía una infografía que mencionaba como la situación de las personas desaparecidas en Jalisco equivalía a la población total del municipio de Ayutla, bueno, el número por supuesto ha incrementado. Este título solo busca señalar los aspectos más cercanos a este año que recién comienza, porque queda claro que el sueño del gobierno por refundar Jalisco no va por buen camino, la gente afuera tiene otros datos y muchos traumas.
El pesar de las madres es lo que más conmueve estas líneas, ya que es el sector que más sufre tremendos agravios, desde que traen a sus hijxs al mundo y hasta cuando las amenazan porque se niegan a olvidarles o dejar de buscarles. Se vuelven víctimas de un gobierno centrado en ganar popularidad a costa del endeudamiento del estado, constantes amenazas a periodistas, berrinches, pagos exorbitantes a publicidad, corrupción e impunidad al interior de sus instituciones y como si hiciera falta, investigaciones por sus nexos con el crimen organizado.
No deberíamos esperar hasta el festejado 10 de mayo, para valorarlas y gritar a los cuatro vientos que son importantes. La maternidad por si sola es compleja como para que el gobierno les otorgue un camino espinoso y doloroso. ¿Qué se requiere? Que se les escuche y atienda porque la deuda es con ellas, se trabaja primero para ellas. El gobierno bien podría aprender lo que es luchar a brazo partido por el bienestar de los seres a los que ama y dejar de violentarlas.
