Del día de la liberación al viernes negro

Pesimismo Esperanzador

Por Jorge Rocha, académico del ITESO / @JorgeRochaQ

La semana pasada el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, inició lo que podría desencadenar una guerra comercial y arancelaria a nivel global. El primer mandatario del partido Republicano firmó una orden ejecutiva donde literalmente le pone aranceles recíprocos a medio mundo. Destacan los casos de China y la Unión Europea, a los que se les impuso un arancel del 34% a productos chinos y del 20% a los productos europeos. Para el caso de México y Canadá, no figuraron en la lista de los países con aranceles recíprocos, sin embargo, se mantienen los aranceles al aluminio, al acero y a los autos, todos ellos del 25%. Esto impactará directamente a la industria automotriz instalada en México y a productos como la cerveza mexicana que se exporta a Estados Unidos en latas de aluminio, por señalar algunos casos.

A la par Donald Trump criticó el T-MEC, que es el acuerdo comercial que mantienen México, Estados Unidos y Canadá, al que calificó como el peor tratado comercial de la historia. La narrativa del magnate republicano fue que “llegó el día de la liberación” de aquel país, que se acabará el maltrato de otras naciones hacia el vecino país del Norte y que nuevamente se asentarán en aquella nación miles de empresas que en el proceso de globalización salieron de Estados Unidos.

Las reacciones no se hicieron esperar, de parte de la presidenta Claudia Sheinbaum, celebró que México no haya sido mencionado en estas políticas (aunque ya hay nuevos aranceles establecidos) y presento una ampliación del Plan México, que básicamente consiste en reforzar la industria nacional en varios sectores, fortalecer el mercado interno, invertir en ciencia y tecnología, retomar el papel del Estado como promotor económico y seguir con la mejora del salario mínimo. Se extraña que no se mencione que se ampliarán y diversificarán los destinos de exportación que ahora están fuertemente concentrados en los Estados Unidos.

La otra respuesta fue la de los mercados globales. El llamado “día de la liberación” se convirtió en un “viernes negro”, donde las principales bolsas de valores sufrieron pérdidas muy considerables, Nueva York, Frankfurt, París, Londres, Madrid y Milán bajaron en poco más del 4% en un día. Además, el gobierno Chino anunció que impondrán un arancel del 34% a los productos de origen estadounidense y hubo amenazas de los gobiernos europeos de hacer lo mismo. A la par miles de estadounidenses salieron a las calles en 1,400 puntos de esa nación para protestar contra Donald Trump y Elon Musk por estar en desacuerdo por las políticas implementadas por el inquilino de la Casa Blanca y el empresario. Con el lema “manos fuera” se pronunciaron miles de personas por la forma de gobernar y por las políticas impulsadas por el republicano y sus asesores.

Habrá que estar atentos a cómo se desarrolla esta coyuntura política y económica internacional, pero más allá de estos acontecimientos, la pregunta de fondo es si ¿estamos llegando al fin de la globalización?, está claro que Donald Trump es una voz estridente y caprichosa que representa una idea cada vez más generalizada en el mundo y es que para estas personas el proceso de globalización económica que se empezó a gestar desde hace cuatro décadas dejó muchos saldos negativos de desigualdad económica y de territorios que no pudieron subirse al “barco” de la globalización y que entonces es el momento de dar marcha atrás y volver a economías más proteccionistas y cerradas.

Como en muchas otras agendas el debate al respecto está muy polarizado ya que hay algunos que defienden a la globalización como lo mejor que le pudo pasar al planeta y hay otros que señalan que las crisis de pobreza, desigualdad y crisis ambiental fueron provocadas por este proceso social y económico. Lo que no se puede negar es que en estos años hubo pocos ganadores y muchos perdedores y que ahora la crisis climática es un hecho. Más allá de las disputas políticas y económicas, quizá este sea el momento más oportuno de re-pensar la vida económica global para construir un modelo que genere más equidad, más sustentabilidad y más fraternidad. Habrá que recuperar las propuestas de la “Laudato Si” y de “Fratelli Tutti” para hacer esta reflexión.

Correo electrónico: jerqmex@hotmail.com

 

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Pesimismo esperanzador
“Pesimismo esperanzado” es una columna escrita por Jorge Rocha, Profesor e investigador del ITESO.

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