La Universidad de Guadalajara: cupos y desigualdad  educativa

#Reflexiones

Por Eduardo García Jaime / @lalo.garciaja (IG) / @lalogarciaj (X)

Fotografía: Yohan Rodriguez  / @yohnfoto

Ricardo Villanueva, exrector de la Universidad de Guadalajara, en su último informe señaló  la necesidad de seguir ampliando la matrícula de la casa de estudios. Y es que, en 2024, la  Universidad de Guadalajara rechazó al 45.7 % de los aspirantes a licenciatura, es decir, a  17,264 jóvenes. Y aunque el aumento de la matrícula es necesario y muy loable, hay otras  metas que también deberían ser una prioridad y de las que nadie habla. 

Un ejemplo de esto es el acceso de las clases más bajas a la educación preparatoria y  universitaria en Jalisco. El aumento de cupos es necesario para lograrlo, pero no es  suficiente. 

Con la encuesta del INEGI con escala geoelectoral del 2021 podemos darnos cuenta de las  diferencias en asistencia educativa por colonia. Por ejemplo, en Guadalajara, en Jardines del  Bosque, una colonia de alto poder adquisitivo, la asistencia escolar de los jóvenes de entre  18 y 24 años fue del 89%. En contraste, entre Rincón del Agua Azul y la Ferrocarrilera, una 

zona con marginación, tan solo el 12% de los mismos continuaron educándose. 

En Zapopan también existen diferencias abismales: en el Residencial Solares el 83% de los  jóvenes de las mismas edades siguieron preparándose, a diferencia del 1% en Ahuatan y  Rancho Bonito o del 13% en la Colonia Lomas de la Primavera. 

Gran cantidad de jóvenes en áreas menos afortunadas no están continuando sus estudios con  las implicaciones que conlleva. Como ilustración, en el Fraccionamiento Valle de los Molinos  y aledañas en Zapopan, el censo da 6,630 jóvenes de entre 15 y 24 años con una tasa de  asistencia promedio del 29%. También, podríamos mencionar Tesistán y Nuevo México, o  Miramar y La Floresta del Colli, con asistencia y número de jóvenes similares. 

No obstante, garantizar el acceso a la educación en las colonias marginadas implica una  coordinación entre la Universidad de Guadalajara y el Gobierno de Jalisco por dos razones. Primero, las colonias rezagadas también presentan números menores de asistencia  en niveles de educación básicos (≈70% en secundaria) en comparación a otras colonias.

Segundo, se debe considerar la pobreza: tener escuelas cerca, profesores y cupos son  indispensables, pero seguramente no serán suficientes para garantizar el acceso de la población marginada. Muchos de los jóvenes fuera de la escuela trabajan para sobrevivir y viven distintas barreras para continuar su educación.  

Un ejemplo del por qué los cupos no lo son todo son las preparatorias de la Universidad de  Guadalajara. Se habla de que en 2024 se garantizó el acceso de todos los aspirantes. Pero  parte de las personas con circunstancias económicas limitadas o que desertaron en secundaria  ni siquiera pudieron inscribirse y ser aspirantes. 

Otra muestra es que, de los ingresados a educación superior, aproximadamente el 10%  proviene de otras entidades del país. Los cupos extras podrían aumentar la cantidad de  aspirantes de otros estados. No cuestiono el derecho de todos a la Universidad de  Guadalajara, pero si el Gobierno de Jalisco aporta más al presupuesto que la federación,  podría justificarse priorizar a la población del estado que más lo necesita. 

¿Qué se puede proponer?

Una ilustración: 

En el pasado, se garantizaba la educación de la clase obrera con las escuelas nocturnas. Hoy  en día, ese modelo está algo obsoleto; las ciudades se han expandido tanto que trasladarse  desde los lugares de trabajo hasta la escuela nocturna más cercana resulta complicado, por  mencionar solo una razón. 

Sin embargo, con el uso de internet y la tecnología implementada durante la pandemia, es  posible ofrecer educación a distancia de calidad. La Universidad de Guadalajara ya lo hace a  través de UDG Plus. Por otro lado, esto no es suficiente, ya que para tomar clases en línea se  requiere acceso a internet, una computadora, un escritorio y un lugar tranquilo, entre otros  recursos de los que carecen los hogares en situación de precariedad. 

Por lo tanto, aparte de redoblar esfuerzos con la educación en línea, se necesitarían  bibliotecas e infraestructura con equipos computacionales en las zonas con más rezago  educativo, horarios flexibles y apoyos sociales, tan solo para empezar. 

Hay mucho por hacer y corresponde a todas nuestras instituciones involucrarse. Por justicia  social, el lugar donde naces y vives no debe ser determinante en las oportunidades que  tengas en la vida.

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Eduardo Garcia
Eduardo Garcia
Reflexiones es una columna de Eduardo García, Licenciado en Finanzas por la UdeG, con estancia académica en Texas A&M; Maestro en Administración Pública por la London School of Economics. Eduardo es un apasionado por los datos y la filosofía.

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