En Pie de Paz
Por Verónica Hurtado Lopéz*
“No basta con hablar de paz; uno debe creer en ella”
Eleanor Roosevelt
México, un país de contrastes, oportunidades y desafíos. Su desarrollo cultural e histórico marca constantemente su propio devenir en el tiempo. A partir del nuevo milenio, la violencia en México se ha convertido en una problemática que afecta actualmente a todos los sectores de la sociedad. A pesar de ello, frente a la violencia actual, surgen importantes e interesantes oportunidades para construir un mejor presente y futuro en un marco de paz, justicia y reconciliación social.
¿Cuáles son los factores del incremento de violencia en nuestro territorio nacional?
Hoy, podemos reconocer que la violencia en México es multifactorial, se identifica la desigualdad social, la corrupción, la impunidad y el crimen organizado como principales factores; hay además una brecha económica que ha dejado a una parte considerable de la población en condiciones de vulnerabilidad, lo que facilita la captación de mexicanos por el crimen organizado. La impunidad ha permitido que los delitos vayan en aumento sin consecuencias jurídicas efectivas, generando un espiral de violencia que afecta a la población en general propiciando con ello una percepción de inseguridad en aumento.
Una Oportunidad a la Paz
La idea de que la violencia puede ser en estos momentos una oportunidad para un México en paz, puede parecer contradictoria, pero en realidad es un momento crítico y de transición para un cambio de rumbo en la dinámica de la violencia en un posible avance hacia la paz nacional.
Aquí, algunas razones por las que la violencia puede ser una oportunidad para la paz:
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- Reconocer la Problemática de la Violencia: La violencia puede ser un catalizador para que las personas en lo individual o en colectivo en la sociedad, reconozcan la gravedad de la situación y busquen soluciones.
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- Activar la Movilización Social: La violencia puede generar una movilización social, política y cultural para abordar las causas subyacentes de la violencia y construir paz.
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- Promover el Diálogo y la Reconciliación: La violencia puede crear un espacio para el diálogo, el perdón y la reconciliación entre las partes en conflicto, lo que puede llevar a una mayor comprensión y respeto mutuo.
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- Generar un Cambio de Narrativa: La violencia puede ser un momento para cambiar la narrativa y la forma en que se habla sobre ella o el conflicto, lo que puede ayudar a desescalar estereotipos y prejuicios.
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- Impulsar la Acción Colectiva: La violencia puede generar una acción colectiva para abordar las causas estructurales de la violencia y generar paz.
De acuerdo a lo anterior es importante destacar que la violencia no es una condición necesaria para la paz. La paz puede ser construida y sostenida a través de la cooperación, el diálogo, el perdón y la resolución pacífica de conflictos. Pueden destacarse algunas estrategias para transformar la violencia; entre otras:
- Promover el diálogo y la reconciliación
- Fomentar la participación ciudadana y la movilización social
- Identificar las causas estructurales de la violencia
- Promover la educación y la cultura de paz y no violencia
- Apoyar la implementación de medios o mecanismos alternos para la solución pacífica de conflictos
El estado y la sociedad hoy más que nunca, tienen una corresponsabilidad ineludible en la búsqueda y construcción de la paz. Por un lado, la implementación de políticas públicas eficaces en materia de seguridad y justicia es fundamental; esto incluye la depuración de cuerpos policíacos, el fortalecimiento de la investigación criminal y la garantía de acceso a la justicia para todas las víctimas. Es vital invertir en oportunidades laborales y educativas para reducir las causas estructurales de la violencia. La sociedad juega un papel crucial e importante. El fortalecimiento de valores como la empatía, la solidaridad y el respeto puede generar un cambio significativo. El activismo social y las redes de apoyo han demostrado ser buenas prácticas y mecanismos indispensables para exigir justicia y generar transformaciones sociales y culturales.
Sí; México enfrenta una crisis de violencia que ha dejado marcas y heridas profundas en nuestra sociedad; sin embargo, en medio de esta adversidad, también existen oportunidades para construir un país más seguro, justo y pacífico. A través de la educación, la participación ciudadana y la implementación de políticas públicas efectivas, es posible romper el ciclo de violencia y abrir paso a una cultura de paz. La tarea no es fácil, pero debe ser un compromiso que todos los sectores debemos asumir para garantizar un mejor presente y futuro para las próximas generaciones.
¡Ya no más violencia. Un SÍ a la paz!
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Profesora Investigadora y Coordinadora de la Carrera de Abogado de la Universidad de Guadalajara. Centro de Estudios de Paz del Instituto de Justicia Alternativa del Estado de Jalisco.