La impunidad persistente

Pesimismo Esperanzador

Por Jorge Rocha, académico del ITESO / @JorgeRochaQ

La semana pasada fuimos testigos de un espectáculo bochornoso en la Cámara de Diputados, donde por mayoría se rechazó la petición de desafuero del diputado morenista, Cuahutémoc Blanco, ex gobernador del estado de Morelos y ex -alcalde de la ciudad de Cuernavaca, quien era acusado por su media hermana por una presunta tentativa de violación. Más allá del caso en específico, donde la mayoría de los legisladores de Morena, Partido Verde, Partido del Trabajo y Partido Revolucionario Institucional votaron en contra del desafuero, lo que saca a relucir este caso, son una serie de problemas de la vida política de México, que por la vía de los hechos parece que permanecen y siguen vigentes, a pesar de que se habla por todas partes de que las cosas han cambiado. 

Las y los especialistas en las agendas de corrupción e impunidad, señalan que este problema sigue presente en el país a pesar de los esfuerzos que se han realizado al respecto. El colectivo Impunidad Cero señala que el 93% de los delitos que se cometen no se denuncian y de cada cien delitos que sí se denuncian, sólo 14% se resuelven, es decir, la probabilidad de que un delito sea resuelto en nuestro país es sólo del 0.9%. A esto hay que añadir el llamado pacto de impunidad, que se nombra a la práctica que hace una parte de la clase política, para entre sí, cubrirse mutuamente en la persecución de probables delitos: “yo no te persigo, tú no me persigues”. Esta dinámica traspasa las fronteras entre los partidos políticos y entre las generaciones de la clase política. 

Combatir la impunidad fue una de las promesas del primer gobierno de la alternancia política con Vicente Fox y muy poco se avanzó al respecto, regresó el PRI con Enrique Peña Nieto y el problema de la corrupción e impunidad se volvió a acrecentar. Una de las principales agendas del ex -presidente López Obrador fue combatir la corrupción e impunidad y tampoco hubo grandes avances en el asunto y ahora mismo todavía no se vislumbran acciones contundentes frente a este tema. El caso del ex -gobernador de Morelos nos recuerda este tipo de prácticas que han sido tan nocivas para nuestro país. Sólo para clarificar, el desafuero de un funcionario público electo no es una condena automática de la persona, es poner a disposición a un servidor público elegido mediante el voto popular, para que sea investigado y entonces se determine por un juez si la persona es culpable o inocente.

Otro de los asuntos que quedó claro luego de esta votación, es que más allá de las agendas de derechos humanos, de derechos de las mujeres u otras agendas de esta naturaleza, en los partidos políticos la lealtad hacia el instituto político pesa más que cualquier cosa. Esta lealtad no sólo genera protección frente a conductas inadecuadas, también permite que se concedan cargos públicos a personas que no cuentan con la experiencia o la capacidad técnica para realizar una encomienda pública. Esta vieja práctica no se ha desterrado a pesar del paso de distintos partidos políticos en el gobierno federal y en los gobiernos de los estados.

Tampoco las dependencias que el Estado Mexicano ha creado para combatir la corrupción y la impunidad han dado los mejores resultados, la antigua Secretaria de la Función Pública, ahora llamada Secretaria Anticorrupción y Buen Gobierno, no ha logrado bajar los niveles de impunidad y tampoco ha conseguido erradicar la corrupción. Este organismo lleva tres sexenios creados y hasta ahora los problemas siguen más o menos igual. El Sistema Nacional Anticorrupción que nació como una iniciativa con un gran consenso social, tampoco logró calar hondo para desterrar estas prácticas, y en las entidades federativas las cosas están más o menos igual. Hay que recordar que una de las estrategias nodales para bajar la crisis de inseguridad en otros países con experiencias relativamente exitosas, fue bajar la impunidad en casos donde la clase política estaba implicada.

Esperemos que con Claudia Sheinbaum y con Pablo Lemus las cosas mejoren y que la impunidad en México y Jalisco desciendan de forma importante, ya que ya son muchos años con promesas de cambio que nunca llegan.

Correo electrónico: jerqmex@hotmail.com

Comparte

Pesimismo esperanzador
Pesimismo esperanzador
“Pesimismo esperanzado” es una columna escrita por Jorge Rocha, Profesor e investigador del ITESO.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Quizás también te interese leer