El digno final de Ulises: la odisea por otorgar dignidad a las personas en situación de calle

¿Qué pasa cuando las personas en situación de calle mueren? ¿A dónde van a parar sus cuerpos? ¿Quién les garantiza un destino final digno? ¿Por qué, tras su muerte, el Estado se empeña en negarles su derecho a la dignidad? Esta es la historia de Ulises, quien pasó más de un mes en las instalaciones del Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México porque un proceso burocrático, que debiera ser un mero trámite, evidenció el poco interés que se le da al derecho a la dignidad que, tanto en vida como en muerte, debieran tener todas las personas que fallecen en situación de calle.

Por Darwin Franco / @DarwinFranco

Ulises falleció en las calles de la Ciudad de México, el 25 de diciembre de 2024. Tenía 36 años. Era padre, y también abuelo. Quienes compartían con él, no sólo la calle sino también la vida, le decían con cariño: “El Payaso”. 

Era usuario frecuente del Centro Comunitario Morelos, ubicado en la colonia del mismo nombre en la Alcaldía Venustiano Carranza. En este lugar, auspiciado por la institución de asistencia privada EDNICA, era tan bien acogido que él mismo decidió que su contacto de emergencia, no sería algún familiar sino el propio personal de esta organización que, desde 1989, se dedica a apoyar a personas en situación de calle, específicamente a la niñez, en la Ciudad de México.

En EDNICA se enteraron, por vecinos del Centro Comunitario, que Ulises había fallecido hasta la mañana del 31 de diciembre en el Hospital Gregorio Salas. La salud de Ulises era muy frágil no sólo por la vida en calle, sino también porque durante el 2024 tuvo diferentes dificultades en su salud, justo a mediados de ese año sufrió quemaduras de un grado considerable y aunque estuvo hospitalizado durante varias semanas varios días, no se recuperó del todo.  Se ignora qué pasó con él aquel 25 de diciembre; sin embargo, la situación de calle provoca muertes a temprana edad. 

No obstante, en ese momento, lo importante para quienes laboran en EDNICA era saber qué había pasado con su cuerpo, pues querían hacer todo lo posible por recuperarlo, pues no querían que Ulises fuera a parar a una fosa común. Querían darle un entierro digno.

En 2023, el Gobierno de la Ciudad de México registró 962 fallecimientos de personas en situación de calle (783 fueron hombres, 113 mujeres y 66 menores de edad); sin embargo, sólo existieron 130 reclamaciones, lo que significó que 832 personas fueran a parar a la fosa común ubicada en el Panteón de Dolores.

Todos los trámites -producto del periodo vacacional en EDNICA- para recuperar el cuerpo de Ulises comenzaron a realizarse el 2 de enero de 2025. Para esa fecha, la experiencia con otros casos en los que tuvieron participación les hacía saber que el cuerpo había sido trasladado del hospital a las instalaciones del Instituto de Ciencias Forenses (INCIFO) de la Ciudad de México.

“Sabíamos que no había posibilidad de que la familia recuperara el cuerpo porque Ulises ya había roto todo todo vínculo, y nosotros no teníamos conocimiento de quiénes eran, pues hay algunas ocasiones que sí llegamos a tener ese contacto por circunstancias diversas aunque sepamos que no hay buena relación con la persona que vive en la calle, pero en el caso de Ulises, nosotros éramos su contacto de emergencia”, contó la directora general de EDNICA, Bertha Bocanegra.

De parte de la organización, Karla Hernández -coordinadora del Centro Comunitario Morelos- encabezó todas las gestiones burocrático-administrativas tanto con INCIFO como con el personal del Ministerio Público de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, adscritos a la Delegación Cuauhtémoc.

Al estar ya el cuerpo de Ulises en INCIFO, sabían que tenían pocas posibilidades de recuperarlo, pues las organizaciones de la sociedad civil no tienen ninguna condición jurídica para hacer el reclamo; sin embargo, estaban esperanzadas en lo que organizaciones como: El Caracol -que apoya a personas en situación de calle- o La Casa de las Muñecas Tiresias -que atiende a la comunidad LGBTTTIQ- ya habían logrado, pues ambas habían recuperado los cuerpos tanto de personas fallecidas en situación de calle como de víctimas de crímenes de odio localizadas en la vía pública. 

En el caso de La Casa de las Muñecas Tiresias, Kenya Cuevas ha logrado, a lo largo de ocho años (y hasta noviembre de 2024), la recuperación de 69 cuerpos de INCIFO; en el caso de El Caracol, en 2024, logró obtener los cuerpos de dos personas en situación de calle que eran reclamados, no por familiares sino por personas conocidas que -como EDNICA- deseaban darle un digno final a quienes en vida se vieron forzados a vivir en las calles.

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Un oficio que tardó siete horas en elaborarse

De acuerdo a las normas vigentes en la Ciudad de México, cuando una persona muere en la vía pública se debe acudir a la Agencia del Ministerio Público (MP), por lo regular es la más cercana a donde se localizó sin vida el cuerpo de la persona a ser reclamada, para “solicitar la entrega del cuerpo”, la cual sólo podrán hacer por familiares consanguíneos que tengan los mismos apellidos; sin embargo, en caso de que no se pueda acreditar el vínculo familiar directo se deberá acudir acompañado de dos personas para: “atestiguan que existe una relación con la persona fallecida”.

Esa relación cercana se comprobará mediante un proceso de entrevista a cargo del MP, quién al no observar ninguna irregularidad deberá de entregar una “Solicitud de Práctica de Necropsia” con su sello y firma, dirigida al o la titular del INCIFO, esto para que la instancia forense pueda proceder a realizar la necropsia de ley que es el primer requisito para la recuperación de un cuerpo.

Con dicha solicitud entregada en el INCIFO, esta instancia también deberá entregar la “Confirmación de Reconocimiento de la Persona” y el “Certificado Médico de Cadáver” (documento distinto al Certificado de Defunción), los cuales deberán llevarse nuevamente al MP para que éste pueda entregar la “Solicitud de entrega de Cadáver”, misma que  deberá llevarse al INCIFO para que éste emita el “Certificado de Defunción” con sello original, documento con el que ya es posible realizar la entrega. 

Este proceso que las propias páginas oficiales de la Fiscalía de la CDMX y el INCIFO señalan no debe ser mayor a una semana, si toda la documentación se acredita en tiempo y forma, en el caso de Ulises se convirtió en un mes, esto por los múltiples errores cometidos por la MP que únicamente tenía que seguir el protocolo para la recuperación de un cuerpo donde no existe un vínculo familiar.

“El proceso fue tortuoso, aunque nunca se nos negó la posibilidad de recuperar a Ulises… sí nos la hicieron difícil”, narró Bertha Bocanegra, quien debía de tomar aire para hacer el recuento de cuántas veces Karla tuvo que ir y venir del INCIFO a la Agencia del MP en la alcaldía Cuauhtémoc.

“Para ella (Karla) fue muy cansado, pues la comunicación entre el MP y el INCIFO fue prácticamente inexistente, no se ponían de acuerdo sobre qué deberían de llevar los oficios… se daban una serie de excusas… lo que convirtió todo este proceso en una tortura que inició con el no respetar o postergar las citas que daba en el MP… todo con el temor de que si se nos pasaba el tiempo ya no se nos podría entregar el cuerpo de Ulises”, precisó la directora de EDNICA.

Pero la gota que derramó el vaso ocurrió el día en que la MP decidió tener siete horas frente a su escritorio a las integrantes de EDNICA para elaborar un oficio que, al final del día, estuvo mal hecho.

“La MP, tuvo a Karla y otra compañera sentadas frente a su escritorio siete horas para la entrega de un oficio. Esto es algo que es inconcebible porque no es que no estuviera trabajando la persona, no es que las haya ignorado, es que la agente del Ministerio Público se tardó 7 horas en hacer un oficio”.

Ese oficio que requirió siete horas de trabajo de la MP, como señalamos, resultó estar equivocado, razón por la cual INCIFO no pudo continuar con el proceso de entrega del cuerpo. Eso implicó varias vueltas más entre dependencias que sólo tenían que emitir diversos certificados de los que, seguramente, tenían machotes para sólo colocar la nueva información de la o el solicitante.

“Cuando por fin tuvimos bien el oficio nos tocó cambio de turno en INCIFO, y eso implicó un día más en la recuperación de Ulises. Después de este calvario, lo logramos recuperar el 24 de enero, pero fue un maltrato sistemático para mis compañeras”.

Acciones de apoyo de EDNICA a infancias en situación de calle (Foto: EDNICA).

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Abogar por el principio de familia social

“Creemos que es importante que se nos reconozca como una especie de familia social; es decir, que la recuperación del cuerpo de una persona en situación de calle no sea una concesión dada por la buena voluntad de un servidor público, sino que hayan herramientas jurídicas que reconozcan a las organizaciones de la sociedad civil como acompañantes legítimos y legales de las personas con las que trabajamos”, explicó Bertha Bocanegra de EDNICA.

Esta figura permitiría que organizaciones civiles que trabajan con personas en situación de calle no sólo puedan recuperar los cuerpos de quienes no sean reclamados por sus familiares, sino que al hacerlo puedan respetar su derecho a un digno final.

“¿Por qué no hay ningún reglamento o legislación que ponga en consideración el derecho a los sepulcros dignos para las personas que viven en calle? Porque además el índice de mortalidad es elevadísimo. ¿Pero por qué no preocuparse por garantizarles un sepulcro digno cuando en vida no se les garantizó respeto a su dignidad?”, cuestiona Bertha.  

Para EDNICA, como para la organización El Caracol, el acceso a este derecho podría dar el reconocimiento jurídico como una familia social a quienes acompañan a esta población que ha sido sistemáticamente vulnerada.

“Para nosotros la lucha por recuperar a Ulises fue también un acto político por la reivindicación de la vida y dignidad de las personas que han sido consideradas despojos, pero que para otras puede ser aquello que tanto han estado buscando”, puntualizó Bertha para quien existe una plena posibilidad de que alguna persona desaparecida esté en situación de calle. 

Razón suficiente para que pueda dársele un digno final a toda persona que muera en situación de calle, pues así será posible saber dónde está, lo que -como en el caso de Ulises- les dará la oportunidad a su hijo y nieto de visitarlo en un panteón, lo que hubiese sido imposible si el cuerpo de Ulises se hubiera mandado a una fosa común, tal y como pasa con la mayoría de los cuerpos de personas en situación de calle que al morir no fueron reclamadas por nadie, y por quienes el Estado no hizo nada para localizar a sus familiares. 

Hoy Ulises, gracias al ahínco de EDNICA, tiene un digno sepulcro

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Darwin Franco
Darwin Franco
Me encanta hacer periodismo y contar con dignidad las historias de quienes confían en mi trabajo. Disfruto ser profesor y aprender de mis alumnas, alumnos y alumnes. Creo que el periodismo es una potente herramienta de paz y esperanza.

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