Pèsimismo Esperanzador
Por Jorge Rocha, académico del ITESO / @JOrgeRochaQ
Ilustración: @shustrik
Este 14 de febrero la Ciudad de Guadalajara cumplirá 483 años de su fundación. Aunque lo que tenemos ahora es una Zona Metropolitana de Guadalajara constituida por varios municipios, podríamos asumir que el festejo abarca a todas estas demarcaciones. Habitualmente hay eventos deportivos, espectáculos y actividades académicas alrededor de esta fecha que ponen a la ciudad en modo “festivo”. Pero más allá de las actividades lúdicas y de entretenimiento, sería necesario preguntarnos si a 483 años de su fundación ¿Guadalajara es la ciudad que queremos? ¿en qué debemos de trabajar para que las aspiraciones de las y los tapatíos se materialicen?
Si hiciéramos una pregunta en esta tesitura a las y los habitantes de esta gran ciudad, me atrevo a plantear algunas respuestas que posiblemente saldrían a colación:
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- El déficit medio-ambiental de la ciudad es una agenda pendiente, esto se traduce en lograr el acceso al agua de calidad a todas y todos los habitantes; el control y disminución de la contaminación del aire, que cada vez se hace más presente sobre todo en las temporadas de seca; la falta de arbolado nativo que ayude a regular el clima y a retener al agua; no contar con mecanismos sólidos para el cuidado de zonas boscosas importantes como la Primavera o el Bosque del Nixticuil; y la regulación de la contaminación auditiva, que en algunas zonas de la ciudad donde se asientan industrias o lugares de salones fiesta es cada vez más intolerante.
- La ciudad de Guadalajara se consideró por mucho tiempo como una ciudad muy tranquila y tenía una fama que prevaleció por muchos años, sin embargo, esto se comenzó a trastocar en los años 80 y ya para el presente siglo la inseguridad se incrementó de manera muy notable, sobre todo por la aparición de delitos de alto impacto y la desaparición de personas. Este es uno de los temas que más preocupa a la ciudadanía y donde es necesario que avancemos de forma significativa. Los procesos de reconstrucción del tejido social y de construcción de paz se convirtieron en un imperativo para la metrópoli.
- A pesar de los loables esfuerzos de los últimos gobiernos en la materia, Guadalajara sigue siendo una ciudad donde la movilidad es muy complicada y poco sustentable. Los episodios de larga espera en calles transitadas, los persistentes accidentes de auto, las deficiencias en el transporte público, el poco entendimiento para la movilidad no motorizada, el modelo de urbanización que nos hemos dado, entre otras cosas, han propiciado que esto sea un problema que parece no tiene solución. Para el futuro próximo es un asunto donde tendremos que seguir avanzando para mejorar la calidad de vida de las personas que vivimos aquí y dejar una ciudad más amigable y sustentable.
- Aunque poco se habla de esto, pero que nos quejamos continuamente, es la falta de estado de derecho en la ciudad. Los “gandallas” hacen de la suyas y se estacionan donde no deben, infringen las reglas viales, construyen en lugares prohibidos, se apropian del espacio público, ponen negocios que claramente molestan a sus vecinos, hacen ruidos estridentes sin importar lo que pase en su alrededor y todo ello en una sistemática impunidad. Las personas que habitan la ciudad desde hace mucho tiempo hablan de que se perdió el respeto y efectivamente es cierto, pero también hay muchas conductas sancionables que se dejan pasar.
Efectivamente en varios de estos asuntos las autoridades tienen una notable responsabilidad, pero también es tarea de las y los ciudadanos que podamos resolver estos retos de la mejor manera.
Los aniversarios de la ciudad deberían ser un momento de reflexión ardua y colectiva sobre el tipo de ciudad que queremos, sobre la Guadalajara que soñamos, pero claro soñar juntos, soñar despiertos y soñar caminando. ¿Qué Guadalajara queremos para los 500 años de su fundación? ¿qué Guadalajara les queremos dejar a nuestras hijas e hijos?
PostData
Poco duró el gusto de la “pausa” de los aranceles a las exportaciones mexicanas a Estados Unidos. Donald Trump firmó una orden ejecutiva donde impone aranceles a las importaciones de acero y aluminio de cualquier procedencia, incluyendo México y Canadá. Además amenazó con que no permitirá que se vendan autos de origen mexicano en aquel país. Habrá que esperar la respuesta del Gobierno de Claudia Sheinbaum.
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