La migración y la economía en la relación México-Estados Unidos

Pesimismo Esperanzador

Por Jorge Rocha, académico del ITESO / @JorgeRochaQ

La migración de mexicanas, mexicanos y de personas de Centroamérica hacia los Estados Unidos es un proceso histórico que ha tomado formas distintas a lo largo de los años. Al día de hoy las razones de la migración se incrementaron y los perfiles de las y los migrantes se modificaron. Hace algunos años los motivos por los cuales las personas migraban eran por razones fundamentalmente económicas y en algunas zonas del país se convirtió en una práctica cultural. Ahora aparecen cada vez más personas que tienen que abandonar sus hogares por la inseguridad de sus países de origen o por desastres socio-ambientales. Hace dos décadas el perfil mayoritario de las personas migrantes eran hombres adultos, ahora también hay cada vez más mujeres, familias completas y niñas y niños. 

También se mantienen en los países receptores la necesidad de mano de obra en tres sectores económicos: las empresas de servicios y comercio, la construcción y las empresas agrícolas. El desarrollo capitalista en estos ámbitos reclama la incorporación de mano de obra intensiva que países como Estados Unidos no puede resolver con su propia población. A la par se añade que la condición de irregularidad legal se presta a que estas personas les cuesten menos a las empresas, ya que no cuentan con todos sus derechos laborales.

La política estadounidense al respecto ha sido bipolar frente a la migración, ya que por un lado se mantiene un discurso y actividades que impiden la entrada de personas a su país, pero por otro lado las y los migrantes siguen llegando a aquel país. Socialmente hay quienes apoyan la migración tanto en México como en Estados Unidos, pero también hay grupos sociales que se oponen a esta dinámica en ambos lados de la frontera. A pesar de estos vaivenes, la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos si ha tenido efectos inmediatos en esta agenda.

De acuerdo a organizaciones civiles y eclesiales que otorgan ayuda humanitaria y asistencia legal a las y los migrantes, los albergues habilitados por estas instituciones ya están llenos, es decir, aún y cuando no se han generado las deportaciones masivas, ya hay muchas personas que están buscando este tipo de ayuda y empiezan a saturar estos espacios.

La cancelación del programa de asilo político a través de las citas del CBP One provocó que muchas personas que estaban esperando su cita, quedaran varadas en México, son personas que tenían su apuesta en lograr su estancia en los Estados Unidos por razones humanitarias y de trabajo. Ahora estas personas entraron en un escenario de indefensión muy grande, ya que no tienen horizonte de futuro y el retorno a sus países de origen parece muy complicado. Ahora el gobierno de México deberá de contemplar alguna política para resolver esta situación.

También en los últimos días se han implementado operativos muy violentos en contra de migrantes que no tienen su estancia regularizada y hasta hace una semana se reportaron poco más de 5 mil personas que fueron deportadas a México. Aunado a ello el presidente Donald Trump amenazó con imponer aranceles del 25% a importaciones de origen mexicano, que luego de una negociación con Claudia Sheinbaum se pospuso por un mes, es decir, hasta el 4 de marzo. Lo que la presidenta se comprometió a hacer es mandar a 10 mil elementos de la Guardia Nacional para contener migrantes y para evitar la entrada de fentanilo, a la par el Gobierno de los Estados Unidos se comprometió a contener la venta de armas hacia México. 

Finalmente, el republicano ordeno cerrar la agencia de cooperación USAID que financiaba muchos proyectos de promoción de los derechos humanos en México y América Latina, se espera que esta medida afecte a organizaciones civiles que tenían comprometidos proyectos con dicha agencia y que buscaban incidir en la agenda de seguridad y derechos humanos en México y Latinoamérica.

Las políticas que se han implementado por los Estados Unidos han sido muy rápidas y han tenido efectos inmediatos. Hasta ahora el Gobierno de México ha respondido como ha podido, pero lo que si parece impostergable es poner sobre la mesa la excesiva dependencia económica y tecnológica que tiene México con Estados Unidos. Fortalecer el mercado interno, fomentar el desarrollo tecnológico propio e internacionalizar la economía con el resto del mundo parecen ser caminos que se deben de tomar a la brevedad para no tener este tipo de presiones que muchos en el pasado habían señalado como una debilidad muy importante de nuestra economía y que ahora empieza a cobrar altos costos.

Habrá que ver cómo se sigue desarrollando esta agenda.

Correo electrónico: jerqmex@hotmail.com

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Pesimismo esperanzador
“Pesimismo esperanzado” es una columna escrita por Jorge Rocha, Profesor e investigador del ITESO.

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