Einstein y la ciencia NO neutral

Secreto a voces

Por Rafael Alfaro Izarraraz

Einstein, nació el 14 de marzo de 1879, en Ulm, Alemania; no obstante que siendo pequeño su familia se trasladó a vivir a Munich, en donde se dedicaron al comercio de suministros eléctricos. Aunque Einstein es conocido por su teoría de la relatividad, fue en los estudios del Efecto fotoeléctrico el campo en el que recibió el Premio Nobel, en 1921. Sus padres, eran de origen judío. Durante los primeros estudios no existe nada destacado, pero se recuerdan las palabras del su profesor de griego quien le dijo que “no llegaría a ningún lado”, palabras citadas por José Adolfo de Azcárraga, quien agrega tocaba violín y fue parte de su vida adulta, además de un interés por la lectura de filósofos y libros de geometría, entre otros, pero por fuera del aula.

De Italia, país al que se trasladó la familia, terminó por instalarse e ingresar a un colegio politécnico de Zurich, Suiza, en donde conoció a su primera esposa y a quien, a decir de Azcárraga, haría profundamente desgraciada. Mileva Marié, esposa de Einstein, la primera, pues la segunda sería su prima Elsa, fue también una científica dedicada a la física y colaboró con el científico alemán en los trabajos que en un inicio, antes de la ruptura entre ambos, era contemplada como coautora de los trabajos y Einstein así o reconocía. Esta situación cambió con el nacimiento de los dos hijos que procrearon Albert y Eduard. Se separan en 1919 y en compensación Einstein le entrega los beneficios económicos del Premio que recibió en 1921.

El primer de los dos hijos, Albert, desarrolló su vida como académico especializado en la hidrología en EU, El segundo, Eduardo, murió en un hospital psiquiátrico en donde fue diagnosticado de esquizofrenia, luego de haber llamado la atención por su peculiar inteligencia. La vida personal parece que está cubierta de obscuridad, parte de la documentación que se refiere a su vida personal está protegida por la Universidad Hebrea de Jerusalén. Por lo menos su vida antes de conseguir la fama no tiene nada que ver con el hombre equilibrado, bonachón e irónico, de las imágenes que se conocen de él cuando migró a EU. En Suiza, conoce a grupos de la intelectualidad europea como Rosa Luxemburgo, Chaim Weizman, León Trotsky, Carl G. Jung, Friederich Adler (hijo del fundador del Partido Socialdemócrata Austriaco). Se gradúa en 1900, año en el que Planck da conocer la constante h, que da inicio a la física cuántica con la que Einstein estuvo en desacuerdo. 

Einstein se graduó en 1900, dice Azcárraga, en parte por los apuntes que le daba su compañero Marcel Grossman, que fue importante matemático, no obstante que no faltó el profesor que representaba sus imágen de estudiante como un genio, pero vago “de siete suelas”. Poco asiduo a clases, pero apegado a su laboratorio. El padre de Grossman le ayudó a conseguir trabajo en una oficina de patentes, en Berna. Por sus manos debieron pasar o tuvo conocimiento de la formulación de las patentes y las normas que regulan su registro. En 1905 publica en la revista Annalen der Physik, cuatro artículos poco extensos dice Azcárraga, de quien hemos tomado la información. No obstante, las palabras de genio que le otorga el biógrafo citado, no deja de llamar la atención el señalamiento de que en tan poco tiempo Einstein haya escrito cuatro artículos científicos. 

Fue profesor en institutos y universidades, actividad para la que no poseía cualidades, pues dice Azcarrága que:

“Einstein era un mediano profesor: escribía con letra pequeña, hablaba mirando a la pizarra y generalmente no aclaraba las convenciones de símbolos salvo – para desesperación de sus pocos alumnos- cuando resultaba innecesario, como con la velocidad de la luz c o con la constante de gravitación universal G. Einstein, por otra parte, no escribió textos en el sentido convencional de la palabra…”

Sin embargo, y a pesar de todo lo referido, es una de las figuras de la ciencia más conocidas y difundidas en occidente por los medios de comunicación de masas como autor de la teoría de la relatividad.

La guerra estalla en 1914 y Einstein aparece como un personaje pacifista. Salta a la fama en 1921 cuando le otorgan el Premio Nobel no por la teoría de la relatividad sino por sus trabajos sobre el Efecto fotoeléctrico. La teoría de la relatividad sostiene que el espacio y el tiempo forman una unidad espacio-tiempo que los relaciona. Es relativo a partir de la diferencia de lo que ocurría en el pasado en que era considerado como un espacio ideal, absoluto. “La teoría general de la relatividad

“es una generalización de la especial que suprime la categoría especial de sistemas inerciales respecto de … otros estados de movimiento …; tiene su origen en el hecho, conocido desde hace siglos, de que la inercia y el peso del cuerpo están caracterizados por el mismo número, su masa” (ver Lara y Miranda, 2001; Azcárraga, 2005)

Pero, en realidad, lo relevante de Einstein es que fue él quien creó la fórmula que llevó a la bomba atómica. El resultado de su fórmula también indica lo que permanece oculto en el trabajo científico, que este campo no es un espacio neutral y que el conocimiento llamado científico que se traduce en bienes materiales y subjetivos tiene una existencia que carece de toda neutralidad. Se encuentra asociado e inclinado hacia los intereses de los gobiernos que son hegemónicos en el mundo y que utilizan a la ciencia para sus propósitos. Es verdad que Einstein en su vida se proclamó contra los regímenes con tendencias militaristas, esa fue una de las razones por las que renunció a la nacionalidad alemana (ver Einstein y la bomba atómica, texto en línea). Ahí se expone.

“La formulación einsteniana, de transformación de materia en energía, expresada en su famosa fórmula E=mc2 , donde E representa a la energía, m a la masa y c la velocidad de la luz elevada al cuadrado, representa una importante base teórica para diversos propósitos y útiles aplicaciones. Sin embargo, ese conocimiento en manos de políticos criminales y científicos acríticos y serviles, sirvió con fines militares. Durante la Segunda Guerra Mundial, el conocimiento científico avanzado fue utilizado para manufacturar la primera bomba atómica. La fuerza aérea del ejército norteamericano la hizo explotar en Japón destruyendo Hiroshima y Nagasaki el 6 de agosto de 1945”.

Para la elaboración de las dos bombas atómicas que detonaron en las dos ciudades japonesas, fueron el resultado del Proyecto Manhattan, iniciado en 1943, que fue presidido por Robert Oppenheimer y promovido por el presidente de EU, Roosevelt. “En la madrugada del 16 de julio de 1945, instantes después de la explosión, que tuvo lugar en la Jornada del Muerto, un desierto distante unos 200 kilómetros de Alamogordo (Nuevo Méjico), Bainbridge felicitó a Oppenheimer y a los otros testigos presentes; acto seguido, les dijo: “Ahora somos todos unos hijos de puta”. Oppenheimer comentaría más tarde que ésa fue la observación más profunda de las que se habían hecho justo después de la explosión” (José Canosa). Oppenheimer, de héroe pasó a decir que tenía las manos manchadas de sangre.

El experimento del Proyecto Manhattan, mostró que la ciencia tiene un precio y que los científicos que carecen de principios y que fueron contratados por el gobierno y las multinacionales ponen el conocimiento al servicio de intereses hegemónicos. Que lo importante no es la vida ni el principio vale tanto como el poder. Es a Oppenheimer al que se le reconoce la paternidad de la bomba atómica, porque Einstein no participó en el diseño práctico. Otros científicos contratados por el gobierno estadounidense (en total 5 mil fueron contratados en el laboratorio de El Álamo, ubicado en Nuevo México) consideraban que su actividad como científicos no debería juzgarse moralmente. El recuerdo de Oppenheimer justo unos momentos después de la caída de las bombas atómicas sobre las ciudades japonesas no deja dudas del carácter de quien había inclusive estado cerca del Partido Comunista de EU: 

“La única reacción que recuerdo -quizá yo estaba cegado por mi propia reacción- fue una euforia y una excitación muy grandes. Había fiestas 2005 energía 5 (65) 38, FTE de México y gente que bebía para celebrarlo. Era un contraste tremendamente interesante; lo que estaba pasando en Los Álamos y lo que al mismo tiempo pasaba en Hiroshima. Yo estaba envuelto en esta juerga, bebiendo también y tocando borracho un tambor sentado en el capó de un jeep; tocando el tambor con excitación mientras recorremos Los Álamos al mismo tiempo que había gente muriendo y luchando en Hiroshima”.

Es imposible evitar que las naciones puedan proveerse de armas atómicas, pero luchemos por evitar las causas que producen las guerras, decía Einstein.

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