Bernardo Atxaga y la importancia de avivar una lengua

#FIL2024

En la edición 38 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, España fue el invitado de honor. Uno de los invitados fue Bernardo Atxaga, reconocido escritor vasco. Conoce en esta nota su obra y trayectoria.

Por Rodrigo Estrada / @rorrockstaar (X)

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara es el evento editorial más importante de habla hispana y el segundo más grande del mundo, después de la Feria del Libro de Fráncfort. Fundada en 1987, se realiza anualmente en Guadalajara, Jalisco, y reúne a escritores, editores, traductores, académicos y amantes de los libros de todo el mundo.

Para la edición de 2024, la FIL llega a su 38ª edición tuvo como invitado de honor a España. Los invitados de honor son seleccionados por la FIL a través de un proceso que evalúa propuestas de países, regiones o culturas que buscan destacar su aporte literario y cultural.

Uno de estos invitados fue el vasco, Bernardo Atxaga.

Bernardo Atxaga: Cronista de una lengua milenaria

José Irazu Garmendia, conocido como Bernardo Atxaga, nació en Asteasu, Guipúzcoa, y es uno de los autores más destacados en lengua vasca. Desde sus primeros textos en la década de los setenta hasta obras célebres como Obabakoak, Atxaga ha dedicado su vida a mantener viva la lengua y cultura vasca a través de la literatura.

Sus obras han sido traducidas a más de 30 idiomas, y su labor ha sido reconocida con premios como el Nacional de Narrativa y el Nacional de las Letras Españolas. Su literatura, marcada por el simbolismo y el realismo mágico, aborda tanto temas universales como los desafíos de escribir en una lengua minoritaria como el euskera.

País Vasco: Historia y resistencia cultural

El País Vasco, o Euskal Herria, abarca territorios en el norte de España (Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra) y en el suroeste de Francia (Labort, Baja Navarra y Sola). Su lengua, el euskera, es considerada una de las más antiguas de Europa y no pertenece a ninguna familia lingüística conocida, lo que la hace única.

A lo largo de los siglos, el euskera ha sobrevivido gracias a su capacidad de adaptarse y tomar préstamos lingüísticos, resistiendo incluso durante periodos de prohibición y represión. Según la UNESCO, su uso es desigual, con áreas en riesgo de perder hablantes, pero el esfuerzo de instituciones como Etxepare Euskal Institutua ha logrado revitalizarla.

Literatura en euskera: Un legado en expansión

Desde la publicación de Linguae VasconumPrimitiae de Bernart Etxepare en 1545, la literatura en euskera ha crecido de manera exponencial. Mientras que en 1968 se publicaron apenas 93 obras, en 2017 la cifra alcanzó las 2 mil 267. Este crecimiento refleja no solo el interés por preservar la lengua, sino también la calidad de las obras contemporáneas.

En palabras de Irene Larraza, directora del Etxepare Euskal Institutua: “Escribir en una lengua es mostrar una interpretación del mundo completamente diferente”. Esta afirmación cobra vida en la obra de autores como Bernardo Atxaga, quien con su estilo único y compromiso con el euskera ha puesto al País Vasco en el mapa literario global.

Atxaga en la FIL: Un encuentro imperdible

La presencia de Bernardo Atxaga en la FIL 2024 no sólo representó una oportunidad para conocer su obra, sino también para reflexionar sobre el poder de la literatura como puente entre culturas. En un mundo cada vez más globalizado, preservar lenguas como el euskera no es solo un acto de resistencia, sino un testimonio del valor de la diversidad cultural.

Entre las obras de Bernardo Atxaga, las que más destacan son Obabakoak (1988), Bi anai (1985), Zazpi etxe Frantzian (2009) y Etxeak eta hilobiak (2019). Estas obras no sÓlo consolidaron su lugar como uno de los escritores más relevantes en euskera, sino que también han sido reconocidas con prestigiosos premios como el Premio Nacional de Narrativa por Obabakoak y el Premio de la Crítica por Bi anai. Leer a Atxaga es fundamental para adentrarse en el mundo vasco, ya que sus historias capturan la esencia de su cultura, su lengua y los dilemas de identidad que atraviesan su historia.

Particularmente, Obabakoak no solo es una obra clave de la literatura contemporánea, sino que también actúa como un puente que conecta el conflicto político y social del País Vasco con una visión utópica de comunidad y resistencia cultural. A través de sus relatos, Atxaga no solo aviva la lengua euskera al llevarla al plano internacional, sino que también plantea un País Vasco más allá de sus tensiones históricas: como un lugar lleno de magia, misterio y humanidad, ofreciendo al lector una perspectiva única de reconciliación y esperanza.

El País Vasco, con su historia milenaria y su vibrante literatura, promete ser uno de los grandes protagonistas de esta edición de la FIL. Como dice Atxaga: “Escribir en euskera es construir un mundo distinto, uno que merezca ser contado”.

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