Ejes de acción contra la desaparición de personas

Manos Libres

Por Francisco Macías Medina / @pacommedina (X) / @FranciscoMacias (TG)

Nos hemos convertido en una sociedad de reacciones, ante una fotografía, un video o una postura somos víctimas de ese impulso que en muy pocos casos refleja lo que sabemos, lo que conocemos o lo que hemos vivido para entender más sobre nosotros.

Las instituciones gubernamentales o privadas se han contagiado de lo anterior al contar con un número de personas y presupuestos para narrar a través de las imágenes o lo que dicen los actores, porque el centro es crear emociones y construir comunidades existentes en lo abstracto de la virtualidad.

La capacidad de reflexionar y dar cuenta de lo que somos para poder dialogar, proponer, desaprender y construir lo nuevo cada vez se vuelve un reto y origina una búsqueda casi “arqueológica” para encontrar voces, espacios y posturas que vengan de ello.

Ignacio Ellacuría aquel gran rector de la Universidad de Centroamérica, martirizado en el marco de la guerra en El Salvador, recordaba la función que deberían tener ante la emergencia humanitaria: 

“La forma específica con que la universidad debe ponerse al servicio inmediato de todos es dirigiendo su atención, sus esfuerzos y su funcionamiento universitario al estudio de aquellas estructuras que, por ser estructuras, condicionan para bien o para mal la vida de todos los ciudadanos. Debe analizarlas críticamente, debe contribuir universitariamente a la denuncia y destrucción de las injusticias, debe crear modelos nuevos para que la sociedad y el Estado puedan ponerlas en marcha. Insustituible labor de la universidad en su servicio al país como un todo y a todos los ciudadanos. De esta orientación se aprovecharán además los profesores y estudiantes al vivir en una universidad, que al ser lo que debe ser, les ofrece una tarea crítica y creadora, sin las que no hay formación universitaria” (Discurso de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas)

Ese universitariamente en la contribución de la destrucción de las injusticias es lo que presenciamos en esta semana con la propuesta del Comité de Análisis contra la Desaparición de Personas de la Universidad de Guadalajara, al proponer una serie de ejes de acción.

En vez de construir conocimiento y propuesta desde la vida interna de su institución o de participar en espacios cuya verticalidad y asepsia nos alcanza a todos, prefirieron marcar el camino para superar este grave desafío.

El documento que puede ser consultado íntegramente en su cuenta de X, ofrece un recorrido pedagógico útil para las instituciones obligadas a la atención y erradicación, así como para cada una, porque parte del reconocimiento del horror y el tamaño de la tragedia, es decir, es urgente un algo, una pausa activa que nos permita reencontrarnos para reconocernos y responsabilizarnos.

Antes de hablar de leyes o prácticas, recuerda que la indignación es el motor por el cual se han construido nuevos derechos, nuevas fronteras que deben intervenirse porque arriesgan la humanización. Eso nos permite colocar como fuente de conocimiento no solo las teorías, leyes o dinámicas sino las rupturas, contradicciones y el mismo horror como parte de nuestro reflejo para aprender de ello (Cabarrús).

Implican rutas donde las renuncias y rompimientos a nuestros intereses fraguan un camino de paz posible, hecho por el caminar de una sociedad que dice basta a las violencias y al mismo tiempo ofrece consuelo, palabra, cuidados y ternura como forma de resistencia.

Si queremos una verdadera transición a la democracia reflejada en las acciones gubernamentales, no bastan solo reuniones o mecanismos de participación, que aunque indispensables deben de ser medios para un querer y hacer transparente, aunque impliquen mínimos pero que permitan construir lo nuevo.

La palabra rezago deja de ser institucionalizada para ser intervenida como toma de ruta y conformación de nuevas instituciones recursos materiales e inmateriales que posibiliten entender lo que ha ocurrido para poder mirar el futuro. 

No es una política pública sino la verdad, la justicia y la memoria lo que está en juego, por eso son importantes los signos, las acciones, los presupuestos, los actores, la inclusión de todas las familias de los desaparecidos y de las personas sobrevivientes, quien coinciden y diversifican la parte de verdad que no tenemos.

Las acciones propuestas son un gran ejemplo y oportunidad para iniciar el camino, para “ser lo que debemos ser” como decía Ellacuría.

P.D. Momentos de cambio en la Universidad de Guadalajara, la llegada de la Rectora Karla Planter, que sea la oportunidad para la erradicación de las violencias en contra de las mujeres y de crear una institución con voz y acción para la Ética del Cuidado. 

Comparte

Manos Libres
Manos Libres
Francisco Macías Migrante de experiencias, observador de barrio, reflexiono temas de derechos humanos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Quizás también te interese leer