El colectivo artístico Merma (Merrr.Ma), compuesto por estudiantes de la Universidad ITESO, presenta la exposición “Un (Solo) Cuarto”, una reflexión sobre la intimidad y los espacios habitacionales en la vida contemporánea. La muestra busca explorar cómo los objetos y la aceleración de la vida moderna afectan las relaciones humanas y la conexión con los espacios personales.
Además de la exposición de obras de 21 artistas, la iniciativa incluye actividades paralelas como recorridos guiados, talleres y ciclos de cine, diseñados para generar un espacio seguro y de reflexión sobre la privacidad y la memoria.
La exposición se inauguró el pasado 17 de noviembre en una casa acondicionada de la Colonia Moderna, en Enrique Díaz de León 762. La muestra ofrece talleres y actividades que invitan a la participación activa del público en un ambiente de conexión emocional e introspección. Para asistir a estas actividades, es necesario agendar la visita a través de la página de Instagram del colectivo @merrr.ma.
Por Vanessa Briseño / @nevervb
El colectivo Merma, conformado por cinco estudiantes de la carrera en Arte y Creación de la Universidad ITESO, en colaboración con estudiantes de Gestión Cultural de la misma escuela, han creado la exposición “Un (Solo) Cuarto”, la cual se presenta como un espacio para explorar y discutir la intimidad en el contexto de la vivienda contemporánea.
A través de esta muestra, se busca reflexionar sobre la manera en que se configuran y desarrollan las relaciones humanas hoy en día, particularmente en entornos habitacionales que se vuelven cada vez más individualizados. La propuesta de Merma va más allá de mostrar arte autorreferencial: también se enfoca en generar diálogos y experiencias compartidas mediante recorridos guiados y actividades paralelas con los 21 artistas participantes (20 mujeres y un hombre), ofreciendo una mirada profunda y sensible al concepto de intimidad desde una perspectiva artística.
Ahora Soy Natalia, artista e integrante del colectivo Merma, compartió que la idea de la exposición “Un Solo Cuarto” surgió durante el verano, a partir de una reflexión personal:
“Pues la idea surge de que yo literalmente en verano me puse a pensar en cómo los objetos de mi cuarto como que me veían más que las personas de fuera no me podían conocer un poco más. Yo tenía que plantear un proyecto para la clase y pues yo dije…lo voy a poner sobre la mesa”.
Con este planteamiento, Natalia identificó una conexión con la práctica de otros artistas que utilizan el arte-objeto como forma de expresión. Así fue como conoció a Lorena Van Meeter y a Danna Alcántar, artistas e integrantes de Merma, quienes también estaban interesadas en explorar la relación entre la intimidad, los objetos y los espacios personales. El proyecto evolucionó a través del diálogo constante entre las integrantes, reconociendo la importancia de la gestión cultural para llevarlo a cabo, por lo que, invitaron a Paola Romo y Melina Coleman, gestoras con interés en el sector artístico.
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Lorena, Dana y Natalia coincidieron en que una de las principales motivaciones para crear la exposición “Un (Solo) Cuarto” fue reflexionar sobre cómo habitamos los espacios en la actualidad, particularmente en un contexto marcado por la aceleración constante de la vida moderna. Lorena señaló que compartían la inquietud de cómo los objetos que nos rodean han perdido su carga simbólica y se han convertido en soluciones prácticas, diciendo:
“La modernidad nos tiene hasta el tope y no tenemos un momento como para poder sentarnos y convivir con nuestros objetos. Ahora los objetos nos conocen más que muchas personas.” Esta reflexión llevó al colectivo a encontrar una línea de exploración entre la intimidad, los objetos y el ritmo de vida contemporáneo.
Por su parte, Dana destacó la idea de que las relaciones humanas han cambiado y se han vuelto más aceleradas, lo que afecta el desarrollo de la intimidad: “Las relaciones humanas cada vez son más aceleradas y por lo mismo no podemos desarrollar justamente esta intimidad. Guardamos tanto nuestra intimidad en nuestras habitaciones, es algo que parte del contexto actual”.
En ese sentido, la exposición busca dialogar sobre cómo la privacidad de los espacios personales ha ganado relevancia frente a la dificultad de establecer vínculos profundos en la vida cotidiana.
Natalia complementó esta reflexión con un análisis sobre los cambios que ha sufrido la arquitectura de la colonia Americana en Guadalajara, sitio donde se presenta la exposición. Comentó: “Nos interesaba mucho explorar cómo ha cambiado la estructura arquitectónica de las casas en la Colonia Americana. Antes estaban hechas para ocupar familias muy grandes, incluso de hasta 10 personas, no solo la familia nuclear. Ahora, estas casas se han transformado en departamentos individuales. Decíamos, cómo ha cambiado mucho la sociedad para que pase esto, que la vivienda se vuelva más individual.” Esta transformación refleja un cambio en la forma en la que las personas habitan y se relacionan con los espacios y con los demás.
Paola y Melina, encargadas de la gestión del proyecto, compartieron que uno de los objetivos principales de la exposición “Un (Solo) Cuarto” es generar un espacio seguro tanto para las artistas como para el público asistente.
Paola comentó: “Me he dado cuenta de que también se volvió como un lugar seguro, ese mismo espacio que digo, es este concepto de la casa y del lugar que habitas. Sin querer, se volvió una habitación para cualquiera que le interese asistir”.
Agregó que la intención no era simplemente exponer piezas artísticas, sino crear un lugar de encuentro donde las personas pudieran conectar con lo íntimo y participar en diversas actividades paralelas, algo que no siempre se ve en este tipo de proyectos. “La idea es que todo el mundo se entere de esto y que sepa que de lo íntimo también se puede conectar bastante, que con cada pieza puedes conectar de una forma distinta.”
Melina coincidió y resaltó la importancia de crear comunidad, no solo entre las integrantes del colectivo Merma, sino también con los artistas invitados y el público:
“La casa se volvió un espacio no solo para nosotras, sino también para los artistas. Esta parte de compartir y transmitir historias personales ayuda a crear comunidad tanto para las artistas como para las personas que vayan y quieran compartir un poco de lo que para ellos es la intimidad.”
Natalia añadió que el proyecto ha permitido fortalecer los lazos entre ellas mismas y con las demás artistas, señalando que lo más valioso es que el colectivo pueda seguir creando y que este sea solo el primer impulso de muchas iniciativas futuras.
“Creo que para todas lo más valioso es que este colectivo siga, que este sea el inicio de un proyecto que va a pasar varias veces. Ya vimos que pudimos trabajar muy bien, tanto en la gestión como en la curaduría y con las artistas, así que pueden pasar muchas más cosas”, enfatizó.
Dana, además explicó que la exposición pretende invitar a las personas a participar de manera íntima desde el primer momento. En ese sentido, mencionó que la inauguración contó con un performance que buscó involucrar a los asistentes a través de la lectura en vivo de un ensayo.
“Es que este performance invita, dispone a la gente a estar leyendo un ensayo en vivo. Y como es muy abstracto, también invita a la gente a pensar en sus propias experiencias y a reflexionar en torno a lo que vivieron durante el performance”.
Por su parte, Lorena compartió que esperan generar un espacio común donde la intimidad de cada persona pueda encontrar un lugar para conectarse con las experiencias de otros, más allá de la individualización contemporánea, “vamos con esta esperanza de hacer de lo íntimo un espacio en común donde nos podamos encontrar varios, sin que sepamos quién está enfrente. Queremos que la gente se permita sentir esta intimidad lejos de la vergüenza o la culpa, y que puedan conectar con las historias personales que están reflejadas en cada pieza”, destacó.
Durante las actividades paralelas a la exposición, el colectivo espera que las personas asistentes se cuestionen y reflexionen sobre sus propias relaciones, ya sea con figuras familiares o consigo mismas.
Natalia añadió que quieren reivindicar el valor del arte personal, especialmente en una época en la que prevalecen discursos políticos o activistas. La artista comentó:
“A veces se nos olvida que lo más político es lo que podemos hablar desde nuestra propia perspectiva. Nos interesa darle espacio al arte que habla sobre uno mismo, porque refleja experiencias con las que otros podrían sentirse identificados. Queremos mostrar que lo íntimo puede ser un espacio en común, donde estas intimidades puedan convivir juntas sin competir entre sí.”
El principal reto, confiesan, ha sido conseguir el presupuesto necesario para materializar la exposición, un desafío evidente desde los inicios del proyecto al surgir en un contexto académico y con recursos limitados. Natalia comentó que, aunque el amor por el arte motiva a invertirlo todo, enfrentaron dificultades económicas, “creo que cuando un proyecto nace del amor te encantaría gastarlo todo, ¿no? Así que quiero poner todo mi dinero”, mencionó.
La decisión de alquilar una casa para la muestra también implicó un costo significativo que todas decidieron asumir, lo que, según Natalia, refleja un problema más profundo: la falta de apoyos para proyectos culturales. Esto llevó al colectivo a aliarse con gestoras, dialogar y buscar soluciones viables, considerando las diferentes capacidades económicas de cada integrante y su disposición a aportar no solo financieramente, sino también en términos de tiempo y energía.
Todas participaron activamente y de manera horizontal en la curaduría, museografía y gestión de la exposición, en colaboración con Paola y Melina, aspecto clave para superar los retos que se presentaron durante el proceso de creación y producción de “Un (Solo) Cuarto”.
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Finalmente, las integrantes de Merma mencionaron que el siguiente paso para el colectivo es hacer del arte una experiencia más accesible y pedagógica. Natalia comentó que el arte contemporáneo suele percibirse como inaccesible para quienes no están familiarizados con el contexto artístico, y destacó la importancia de abrir espacios de diálogo para acercar estas expresiones a un público más amplio:
“A mí personalmente lo que me interesaría en este colectivo es tener un programa de actividades paralelas que permita a los asistentes dialogar estas piezas, saber qué entienden ellos, qué les gusta y por qué es importante exponer este tipo de arte para ellos”.
Las creadoras señalaron su interés en consolidar la red artística y seguir creando un entorno seguro y colaborativo. Paola expresó su deseo de que el colectivo continúe siendo “un lugar seguro que siga creciendo y que se una más gente interesada”, mientras que, Lorena subrayó la importancia de la horizontalidad en las relaciones entre artistas y gestoras, construyendo una comunidad basada en la confianza.
Melina añadió que la cercanía y sensibilidad en los procesos de curaduría son clave para mantener esta intimidad, pues “no solamente es dame tu pieza y la pongo; es dialogar y conectar de una forma más íntima”, aseguró.
La exposición “Un (solo) cuarto” se inauguró el pasado 17 de noviembre de 2024 en una casa acondicionada de la Colonia Moderna, ubicada en Enrique Díaz de León 762. El evento estuvo marcado por un performance a cargo de la artista escénica Ana Sánchez Bernal y la participación dle Dj set con Hasel, Mamba, Gato Planta y Adi.
La muestra artística contará con talleres, recorridos guiados y ciclos de cine que exploran temas como la memoria y las historias personales, ofreciendo una agenda amplia para quienes buscan experimentar el arte desde una perspectiva íntima y reflexiva.
Para asistir a estas actividades es necesario agendar la visita a través de la página de Instagram del colectivo @merrr.ma.