El poder de la organización estudiantil en la Universidad de Guadalajara: por una universidad más justa y democrática 

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#ZonaDeOpinión

Por Unión de la Juventud Revolucionaria de México / UJRM Jalisco / @UJRMJalisco

La educación es un punto estratégico de la burguesía y su Estado para lograr sus objetivos. Este hecho ha generado numerosas amenazas hacia el proletariado y sus hijos e hijas, por lo que las universidades históricamente han sido nido de numerosos movimientos sociales, motivados por esta lucha de clases. 

La Universidad de Guadalajara no ha sido la excepción, incluso cuando se mantiene silenciosa sobre la trascendencia que ha tenido la organización estudiantil. 

Una mirada al pasado de la Universidad de Guadalajara

En los años 30 se formó el Frente Estudiantil Socialista de Occidente (FESO), que, a pesar de su nombre, no solo no era socialista sino que tenía un carácter antidemocrático. Más adelante, se fundó la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), que en menos de dos años, relevó las responsabilidades de la FESO. La FEG pasó a dominar la representación estudiantil por medio de la imposición y la violencia. 

Hacia 1970 los movimientos estudiantiles toman relevancia en México como en el resto del mundo, y simultáneamente, la violencia contra la juventud y los mismos estudiantes crecía como un fenómeno nacional impulsado por la decisión del gobierno federal. 

En Jalisco, dadas las buenas relaciones entre el gobierno federal y los fundadores de la FEG, ésta organización concedió el favor de ahogar violentamente las iniciativas para unirse al movimiento del 68 en Guadalajara, convirtiendo a la UdeG en la única en no participar. 

Es aquí que aparece el Frente Estudiantil Revolucionario (FER), para abogar por la democratización de los procesos electorales estudiantiles y del Consejo General Universitario. La respuesta de la FEG ante el acogimiento del FER entre los estudiantes fue la represión y la violencia, ocasionando que en 1973 los miembros del frente se vieran obligados a vivir en la clandestinidad dada la persecución. 

Se repite la historia, de la FEG a la FEU 

A la FEG le sucede otra organización igual de antidemocrática, la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), que tomó el poder hacia 1991. Esta es la federación que sofoca en nuestra generación los intentos de organización, ocupando los espacios de representación estudiantil y protegiendo el status quo.   

Recuérdese que la FEU fungió su papel como grupo de poder durante el movimiento CUCSH No Se Mueve, al “mediar” en nombre de este con las autoridades, a las que les sirve. La misma que mantuvo su característica tibieza ante el genocidio a manos del Estado ilegítimo de Israel, con el que ha colaborado nuestra Universidad. 

Las necesidades del estudiantado no pretenden ser atendidas por la Universidad, y en consecuencia, los estudiantes se organizan para recordarles a las autoridades que tienen una responsabilidad con su comunidad antes que con los agentes que se nutren de los espacios, investigaciones y poder político de la misma. 

Las y los estudiantes tienen un deber permanente: recordarse a sí mismos su capacidad de organización y acción, y el de negarse a la apatía y la sumisión. 

Las demandas del estudiantado deben ir al frente 

Como estudiantes organizados de manera independiente, se ha intervenido en la política estudiantil, no sólo fuera de la FEU, sino a pesar de ésta. Entre las principales demandas que hemos perseguido se encuentra la necesidad de un transporte digno y eficiente entre los centros universitarios, como: CUCBA y CUCSH, que se encuentran en la periferia de la ciudad. 

Además, la falta de infraestructura básica en los centros universitarios es otra necesidad básica, pues los salones, laboratorios, y otros espacios no cuentan con lo necesario. Por si fuera poco, muchos de los estudiantes carecen de acceso adecuado a comedores universitarios. ¿Cómo se nutren los estudiantes cuando sus horarios son extensos —debido a la falta de cupos— y tienen recursos limitados? 

Éstas demandas, y otras muchas más, han sido impulsadas a través de la organización independiente de los estudiantes, realizando asambleas, marchas y diversas actividades culturales que se suman a los esfuerzos por motivar y fortalecer el movimiento estudiantil.

Un llamado a la acción 

Hoy, frente a la indiferencia e incapacidad de la FEU para responder a nuestras necesidades, así como la violencia institucional que ha ejercido la UdeG hacia el movimiento estudiantil, es necesario que el estudiantado se organice y exija lo que necesitamos: transporte digno, espacios adecuados, acceso a salud mental, productos de higiene, comedores universitarios, y una Universidad consciente de los problemas del mundo.  

La movilización estudiantil tiene el poder de cambiar las condiciones de la universidad, pero sólo si nos unimos y actuamos colectivamente se puede lograr una universidad más justa y democrática. 

En la Unión de la Juventud Revolucionaria de México estamos comprometidas y comprometidos con la Universidad que queremos y la educación que necesitamos, por lo que hacemos un llamado a la organización juvenil, por una sociedad donde se construya otra educación, y una educación que nos permita construir otra sociedad. 

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