Los bosques de pino en México se encuentran en peligro de extinción por la amenaza que representa la plaga de los insectos descortezadores.
El territorio mexicano es el hogar de la mitad de las 111 especies de pinos de todo el mundo. Querétaro cuenta con 15 de esas especies.
Los estados más afectados son Querétaro, Durango, Chihuahua, Michoacán y el Estado de México
Por María José de la Garza Garza
Los pinos (Pinus), considerados “los reyes del bosque”, son un testimonio de la resistencia y la belleza de la naturaleza. Con un origen que se remonta a la era Mesozoica (la era de los dinosaurios) estas coníferas se han expandido a casi todos los hábitats, mostrando su amplia biodiversidad con más de cien especies distintas.
El pino es parte integral de los ecosistemas forestales en México. Ariadna González Jacobo, integrante de Arboristas de México, una agrupación que trabaja en la promoción de las buenas prácticas de la arboricultura y la mejora de la relación del árbol urbano y la ciudad, explica que los árboles tienen tres grandes beneficios: los ambientales, los sociales y los económicos.
Ambientalmente, los árboles previenen la erosión del suelo, captan agua para los mantos acuíferos y fijan dióxido de carbono (CO2), contribuyendo a la mitigación del cambio climático. Económicamente, incrementan la plusvalía de las propiedades, especialmente en zonas urbanas y regulan la temperatura. Socialmente, proporcionan espacios para la recreación y el fortalecimiento del tejido social, ayudando a mejorar la calidad de vida en las comunidades.
Los pinos no son un ser solitario sino un componente integral para la salud del ecosistema y a largo plazo para la sostenibilidad del medio ambiente. Los pinos ayudan a regular el clima, protegen el suelo y dan soporte a la biodiversidad.
Sin embargo, explica Santiago Vergara, profesor de la Universidad Autónoma de Querétaro, experto en plagas “el estrés hídrico, causado por la sequía, disminuye la capacidad de los pinos para producir resina, lo que facilita la invasión de los Dendroctonus”.
Los escarabajos descortezadores, también llamados gorgojos, son actualmente la mayor amenaza de los bosques de pino. Las especies específicas de estos escarabajos que atacan los bosques queretanos son los Dendroctonus mexicanus y Dendroctonus frontalis.
Desdroctonus valens
Llegan a medir de 3mm a 4mm.
Larva Cerambycidae
La arborista Ariadna González explica cómo los descortezadores son una parte del ciclo de vida del bosque, advierte que estos ayudan a eliminar a los árboles más débiles o enfermos y así solo sobreviven los más fuertes. En un ambiente controlado, esto es necesario para mantener la salud del bosque y que se tenga un equilibrio natural.
No obstante, los bosques ya no son un ambiente natural controlado y estos insectos están causando daños a gran escala, como una consecuencia directa de la intervención humana y del cambio climático. La falta de manejo del adecuado para controlar esta plaga, combinada con los efectos del calentamiento global, provocado un aumento en los brotes de plaga que ahora están afectando no solo a los pinos débiles y enfermos sino también, a los fuertes y sanos que no se pueden defender como antes, permitiendo que el insecto invada con éxito poniendo en riesgo la regeneración futura de los bosques.
La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), ha reportado el aumento de las sequías extremas, así como del estrés hídrico. Y, si bien, los pinos aunque son un árbol muy resiliente, desde el 2012, los bosques se enfrentaron a una fuerte plaga que se generó como consecuencia de los incendios forestales.
“El problema no es solo la plaga; la normativa gubernamental que prohíbe la tala de árboles sin permisos ha permitido que las poblaciones de Dendroctonus crezcan sin control.” opina.
El aumento de los Dendroctonus se debe a varios factores, según explica el experto. En el pasado, las personas que vivían en los bosques o cerca de éstos podían identificar a los árboles enfermos y los talaban. Esto ayudaba a controlar la plaga.
Ahora existe la NOM-019-SEMARNAT-2017, la cual establece los métodos de monitoreo terrestre para que se tenga una detección temprana de infestaciones y lineamientos técnicos para la prevención, como vacunas y demás métodos para controlar la plaga de los insectos descortezadores.
Sin embargo, don Rafael Soto explica que aunque varios pinos han sido vacunados, si se deja alguno que no tenga la vacuna, esté infectará a los demás a su alrededor. También explica que llevar a cabo este tratamiento de derribar y descortezar al árbol lleva mucho tiempo y es
Marcas para saber si un árbol está vacunado.
La Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), mantiene activos programas de saneamiento forestal, a través de la aplicación de la NOM-019-SEMARNAT-2017, que permite la detección, derribo y quema de los árboles afectados.
El especialista Vergara, menciona que acciones como: la eliminación de árboles afectados, combinada con un proceso de descortezado mecánico y el uso de insecticidas aprobados, han sido buenas estrategias para controlar la plaga. Sin embargo, la quema del material afectado no es recomendada debido al impacto ambiental negativo.
Actualmente, en Querétaro la CONAFOR, está llevando a cabo un programa de saneamiento forestal en el bosque de Lagunas de Servín en Amealco de Bonfil.
El técnico forestal, Hector Silva Rodriguez, quien registra el Bosque de Servín, señala que la masa forestal se infecta entre un 10 y 20 por ciento más en la época de calor que en la época de lluvias y frío.
Según el reporte de saneamiento forestal de Querétaro, durante el año 2023, se autorizaron 106 notificaciones de saneamiento, reportando una superficie total afectada de 3 mil 098.46 hectáreas. El principal agente causal reportado en este periodo fueron insectos descortezadores, para los cuales se han emitido 60 notificaciones, con una superficie afectada de 75.87 hectáreas.
Hasta ahora, el técnico forestal informa que 300 pinos han sido vacunados y ha contabilizado cerca de 135 pinos infectados con la plaga.
Una gestión integrada del medio ambiente urbano y forestal
En el bosque, los árboles compiten por la luz y solo aquellos que logran acceder al sol pueden crecer y prosperar.
“No se trata solo de plantar árboles, sino de seleccionar y manejar adecuadamente las especies más resilientes al cambio climático y a las plagas” comenta la arborista Ariadna González.
Como parte de Arboristas de México, Ariadna reconoce que es importante entender que la ciudad y sus áreas metropolitanas están intrínsecamente relacionadas con los bosques circundantes. Aunque la ciudad cuenta con su propio “bosque urbano”, las plagas que afectan las zonas forestales pueden migrar a las áreas urbanas y viceversa.
Esta interconexión subraya la necesidad de una gestión integrada del medio ambiente urbano y forestal.
Plantar un árbol por solo plantarlo, puede dañar más. Es necesario evaluar el sitio y seleccionar la especie adecuada. A veces, los programas de reforestación o arborización se enfocan más en la cantidad que en la calidad, lo que lleva a problemas diversos, como: árboles que no crecen correctamente o que no se adaptan al lugar.
La arborista Gonzales señala que hay que elegir ejemplares sin plagas ni problemas en las raíces, además de asegurarse de su altura máxima para que no interfieran con la infraestructura urbana. Otro elemento crucial es involucrar a la comunidad en el cuidado y mantenimiento de los árboles para así asegurar su cuidado y protección a largo plazo. Además, es importante informarse sobre las mejores prácticas de arborización y compartir ese conocimiento para fomentar su conservación.
“No podemos seguir siendo espectadores inermes; debemos tomar la iniciativa y actuar para salvar nuestros bosques antes de que sea demasiado tarde” apunta Santiago Vergara ante la situación.
Los pinos los “reyes del bosque”, como también han sido nombrados, tienen un papel importante dentro de estos ecosistemas, moldean su entorno y son moldeado por él.
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Este reportaje fue realizado en el marco del Bloque de Producción periodística convergente del Tec de Monterrey Campus Querétaro, del cual ZonaDocs fungió como Socio Formador.