Para Liliana, para mí y para todas: Reflexiones acerca de “El Invencible verano de Liliana”

#ZonaDeOpinión 

Por Anashely Elizondo / @Anashely_Elizondo

Recopilar, juntar, anexar, investigar, recordar, hablar, sentir, llorar… lista de verbos que se pronuncian fácil pero llevan consigo una carga emocional inamovible, sobre todo cuando se trata de una persona que ya no está, sobre todo cuando esa persona es tu hermana, sobre todo cuando fue víctima de un feminicidio.

En su libro “El invencible verano de Liliana”, la autora y ganadora del premio Pulitzer, Cristina Rivera Garza, recopila, de manera amorosa, escritos, cartas, testimonios de amigos y personas que conocieron a Liliana, su hermana, todo esto, con el fin de crear un mapa íntimo que envuelve al lector y lo transporta a una cotidianidad tangible, verosímil y real. 

Toda la triste pero necesaria belleza que se incluyen dentro de las páginas de este libro, terminan siendo, en manera de homenaje, una recapitulación del diario de una mujer víctima fatal de la violencia patriarcal que luchó e intentó sobrellevar situaciones que tal vez, nunca pensó que terminarían con su vida.

Este libro, fue escrito 30 años después de que Liliana Rivera Garza fuera asesinada a manos de su ex novio, quien hasta el momento permanece prófugo de la justicia. A través de diversas entrevistas, la autora ha revelado que uno de los motivos por los que esta historia tardó tanto en ser contada se debe a su propio duelo, pero -además- a que el lenguaje tuvo que ser transformado para que las palabras exactas existieran.

Foto: Anashely Elizondo.

La palabra feminicidio fue tipificada en nuestro código penal a mediados del 2012, antes de eso, esos delitos eran catalogados, tanto por la prensa como por las entidades de seguridad, como crímenes pasionales. Estos lenguajes, beneficiaban la revictimización de las víctimas, perjudicando a las mujeres. Todas, en algún momento de nuestra vida, escuchamos un: ¿Qué hacía sola a esa hora?” , “Hubiera elegido mejor a su pareja” .“Le gustaba mucho la fiesta”,“Se vestía inapropiadamente”.

La libertad de las mujeres, no es y nunca será mala, lo único malo aquí es el patriarcado que ha perpetrado por siglos creencias equivocadas sobre el papel que tienen los hombres en la vida de las mujeres, alimentando la creencia del amor romántico como único motor de la felicidad, orillando a novias y a esposas a soportar cada insulto, amenaza, falta de respeto, abuso (sexual, psicológico, laboral y de confianza), cada rasguño, reclamo y promesa vacía en nombre del supuesto amor

Este libro, nos invita a dejar de ver a las víctimas como una cifra y nos obliga a pensar en sus realidades, sentimientos y preocupaciones. Analiza el caso específico de su hermana pero nos forza a reflexionar sobre las particularidades, símbolos y rastros que atañen a todas las mujeres que han sido víctimas de violencia de género.

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Anashely Elizondo
Anashely Elizondo
Licenciada en Artes Visuales para la Expresión Fotográfica y becada en taller de fotoperiodismo de National Geographic. Colaboradora de la Gaceta y el Área de Prensa de la Universidad de Guadalajara. Enfoca su visión en temas relacionados con derechos humanos, feminismo y arte/cultura.

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