El 1° de octubre de 2024, Claudia Sheinbaum asumió la presidencia de México, presentando sus “100 pasos para la Transformación”, un conjunto de compromisos que buscan consolidar la Cuarta Transformación iniciada por Andrés Manuel López Obrador. Entre los ejes de su plan destacan temas como salud, educación, seguridad y justicia social. Sin embargo, solo 8 de esos compromisos se centran explícitamente en atender problemáticas que afectan a las mujeres, lo que genera inquietudes sobre si esta administración logrará avances significativos en materia de igualdad de género y derechos humanos de las mujeres.
Guadalupe Ramos, representante de CLADEM, considera que la llegada de Sheinbaum es un paso simbólico importante para las mujeres mexicanas, pero advierte que no basta con celebrar este hecho. Las feministas y académicas no están otorgando “un cheque en blanco”, ya que, aunque reconocen el avance, están vigilantes para que las promesas se conviertan en acciones concretas.
Por Vanessa Briseño @nevervb
El pasado 1° de octubre del 2024, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum presentó los “100 pasos para la Transformación” con los que trabajará a lo largo de su mandato. Con estos compromisos, su administración busca construir el “segundo piso” de la Cuarta Transformación iniciada por su antecesor y compañero de partido, Andrés Manuel López Obrador.
Estos 100 compromisos se dividen en 14 apartados enfocados en la gobernanza y soberanía; compromiso social y humano; mejora en el sistema educativo y científico; lectura y cultura; sistema de salud en México; acceso a la vivienda; atención a los temas de género; trabajo y salarios; justicia y atención a las comunidades rurales; energía sustentable; transporte y conexión; medio ambiente y recursos naturales; acceso al agua; seguridad y justicia.
Pese a que estos “pasos para la transformación” van dirigidos a la mejora en general de las condiciones de vida para las personas en México, es relevante considerar que, de la totalidad de los enunciados, solamente 8 de los compromisos están explícitamente enfocados en atender problemáticas que afectan a las mujeres.
A su vez, un aproximado de 8 compromisos abordan textualmente la atención a comunidades indígenas, jornaleras y derechos agrarios.
En comparativa, los compromisos expresos relacionados con la economía nacional suman cerca de 15, mientras que, el total de los relacionados con la seguridad pública se remiten a 11 enunciados.
¿Cuáles son los 10 compromisos?
Los compromisos en materia de género remiten a mejorar las condiciones de vida de las mujeres en el país, específicamente apoyando a mujeres adultas mayores y madres trabajadoras, garantizar igualdad sustantiva, combatir la violencia de género, mejorar el acceso a salud, educación, y cuidados a través de una serie de estrategias que garanticen su bienestar, las cuales se enlistan en los siguientes apartados:
Fraterna (compromiso 15 -19)
- “Vamos a garantizar la pensión universal a las personas adultas mayores, el apoyo a las personas con discapacidad, Jóvenes Construyendo el Futuro. Vamos a aumentar el número de beneficiarias del programa de bienestar de niños y niñas de madres trabajadoras. Nos aseguraremos que el incremento anual de todas estos programas nunca esté por debajo de la inflación”.
- “Este es un programa nuevo. Las mujeres de 60 a 64 años han dedicado su vida al cuidado de sus familias, es hora de retribuirlas para que puedan gozar de mayor autonomía. Por ello en mi gobierno, recibirán un apoyo bimestral equivalente a la mitad de la pensión de los 65 y más. En 2025 un millón de mujeres de 60 a 64 años van a recibir este apoyo”.
De y para las mujeres (compromiso 48-53)
- “Enviaremos una propuesta al Congreso para elevar a rango constitucional la igualdad sustantiva de las mujeres en todas sus formas y el derecho que tenemos a una vida libre de violencias, así como reformas legales para garantizar gabinetes paritarios por siempre, la erradicación de la brecha salarial y otras medidas igualitarias”.
- “Con el objetivo de atender a las mujeres víctimas de la violencia y disminuir los feminicidios, crearemos como lo hicimos en la ciudad el Programa SOS Mujeres, que incluye un número de atención nacional vinculado con el 911; la obligatoriedad de abogadas mujeres en Ministerios Públicos. Se enviará al congreso iniciativas para garantizar refugios, pero sobre todos para que los agresores se salgan de casa y las mujeres permanezcan en el hogar con sus hijos. Vamos a promover también la creación de fiscalías especializadas de feminicidios y la obligatoriedad de que cada muerte de una mujer sea investigada como feminicidio, nunca más lo que ocurrió en Morelos”.
- “Garantizaremos el acceso a la salud de las mujeres en todo su ciclo de vida especialmente en lo que se refiere a salud sexual y reproductiva”.
- “Más de 150 mil mujeres tendrán apoyo para ser reconocidas como garantes de derechos agrarios”.
- “Vamos a crear centros públicos de educación inicial para la primera infancia, y vamos a dar prioridad a las hijas y los hijos de las jornaleras agrícolas y a las trabajadoras de la maquila en el norte del país”.
- “A través del DIF promoveremos un Sistema Nacional de Cuidados que apoye a las mujeres a compartir la carga y el tiempo que dedicamos a cuidar a los hijos”.
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La llegada de la primera presidenta al país, a través de la figura de Claudia Sheinbaum, abrió paso a los siguientes cuestionamientos ¿qué se puede esperar de esta nueva administración liderada por primera vez por una mujer? y ¿la agenda en materia de género se verá atendida desde una nueva perspectiva con la llegada de la presidenta?
En esa lógica, Guadalupe Ramos del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM), abogada y académica feminista, experta en temas de género en la Universidad de Guadalajara, explicó a ZonaDocs que la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México a pesar de que representa “un gran paso” para las mujeres en México, especialmente para las feministas y defensoras de los derechos humanos, también invita a la reflexión crítica. A decir de la académica es esperanzador que una mujer llegue al cargo más alto del país, pero al mismo tiempo resulta “vergonzoso” que haya sido necesario esperar más de 200 años desde la independencia para tener una presidenta.
Guadalupe Ramos advirtió que, desde una perspectiva feminista interseccional, el discurso de “llegamos todas” en la presidencia de Claudia Sheinbaum es en gran parte simbólico. Aunque representa un avance importante para las mujeres, en la realidad muchas no se ven beneficiadas de manera inmediata. La coordinadora de CLADEM mencionó que, definitivamente, ser mujer en determinados contextos en el país es una experiencia totalmente distinta, donde las intersecciones de vulnerabilidad no necesariamente se resuelven con una representación simbólica en el poder.
Sin embargo, Guadalupe destacó que, desde ese punto de vista simbólico, la llegada de una mujer a la presidencia sí representa un golpe al patriarcado, especialmente al ocupar un espacio de decisión históricamente reservado para los hombres. “El mayor golpe que le puedes dar al patriarcado es ese, que sea una mujer la que llegue, que sea una mujer la que gobierne”, dijo, subrayando que aunque el análisis particular revela que no todas las mujeres están representadas, la presidencia de Sheinbaum constituye un nuevo símbolo de poder femenino en México.
En esa línea, Guadalupe comentó que, aunque Claudia Sheinbaum ha asumido la causa de las mujeres como propia, existen dudas sobre si los 100 compromisos serán suficientes para generar un cambio real. Desde su perspectiva, hay una narrativa histórica en la que los presidentes han prometido reformas para las mujeres, pero muchas veces esas promesas se quedan en lo discursivo. Ahora, con Sheinbaum, se han presentado propuestas concretas desde el inicio, como la creación de la Secretaría de las Mujeres, pero todavía falta ver “cómo funcionará” y si realmente logrará generar políticas públicas efectivas.
Guadalupe destacó que las organizaciones feministas, como el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, están participando activamente en este proceso para asegurar que el sexenio de Claudia Sheinbaum no se limite a promesas, sino que efectivamente sea un sexenio de cambio para las niñas y mujeres de México.
“Nos interesa que no quede solo en la narrativa y lo discursivo, sino que sea una realidad”, señaló, enfatizando la importancia de la implementación de estas políticas.
Así mismo, Guadalupe señaló que en México ya se ha avanzado significativamente en la transversalización de la perspectiva de género, destacando que no se parte de cero. Comentó que ha podido asesorar en otros países, como Honduras y Bolivia, donde hay un atraso considerable en esta materia. En el caso de México, aseguró que la presidenta Sheinbaum y su equipo tienen “un proyecto muy claro” con enfoque feminista y de derechos humanos, lo cual marca una diferencia respecto al gobierno anterior, en donde, a pesar de tener mujeres en posiciones importantes, existía “un desdén por los temas de violencia contra las mujeres.” Ahora, cree que habrá un enfoque más coherente y comprometido en estos temas, incluyendo la violencia de género y los feminicidios.
Finalmente, Guadalupe concluyó que, aunque celebran la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia, “no es un cheque en blanco.” Como feministas y académicas, no solo permanecerán vigilantes de que se cumpla lo prometido, sino que también, serán “actuantes” aportando y señalando en todo momento.
Para ellas, hay una oportunidad real de cambio, esperando que estos avances impacten directamente en la vida de las niñas, jóvenes y mujeres de México en todas sus etapas de vida.
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